Karla Smith

El iranun es una de las más de cincuenta lenguas indígenas de Sabah, Malasia, en la isla de Borneo. Como acontece a la vuelta del milenio con muchas de las otras minorías etnolingüísticas del mundo, algunos miembros de la comunidad iranun se han preocupado por lo que ellos perciben como una declinación en el uso de su idioma étnico entre la generación joven. Lo que les preocupa es que los niños/as a los que se obliga a aprender el idioma nacional, el malasio, para poder acceder a la educación formal, aýaben por no dominar con fluidez ni su lengua materna ni el idioma nacional. Además, algunos miembros de la comunidad están preocupados por la cantidad de conocimientos y de herencia cultural que se está perdiendo a medida que muere la vieja generación. En un esfuerzo por promover el uso de su lengua materna y preservar su herencia, la comunidad iranun ha iniciado varios proyectos de desarrollo lingüístico. Éstos incluyen el desarrollo de formas escritas de su idioma, el uso de tecnología informática para poner en pie una biblioteca de literatura en lengua materna, y la planificación de un programa preescolar en lengua materna como un medio para aumentar las capacidades cognitivas de sus niños/as y para perfeccionar su adquisición del malasio y más tarde del inglés. El énfasis central de estas actividades es que se desarrollan como procesos centrados en las personas y basados en la comunidad. Karla Smith es especialista en alfabetización y colaboradora del Instituto de Lingüística SIL.

La estrategia de la comunidad iranun para la preservación de su lengua y su cultura

Se calcula que en Sabah son unas 15.000 las personas que hablan iranun. Se las encuentra principalmente en un distrito de la costa occidental, si bien también se habla iranun en unas cuantas aldeas de otra zona de Sabah suroriental. Los iranun son musulmanes y muchos viven en la costa y se ganan la vida en el mar. Otros viven tierra adentro y han adoptado un estilo de vida agrícola, cultivando arroz y verduras. La literatura los registra como illanun o lanun, pero el nombre preferido por los iranun de Sabah es iranun, que significa «los que anhelan cierto lugar», lo que según ellos expresa el amor que ellos sienten por su tierra natal.

Un legislador y senador iranun, que a la vez es ministro del gobierno, sintió en sí mismo las preocupaciones de su pueblo. En 1995 invitó al Instituto Lingüístico SIL1 para que trabajara con su pueblo ayudándole a la preservación y desarrollo de su idioma. El SIL ha trabajado en Sabah por más de 20 años ayudando a otros grupos étnicos a desarrollar sistemas de escritura para sus idiomas. La organización está especializada en el desarrollo y análisis lingüísticos, apoya con la elaboración de descripciones gramaticales y ortografías prácticas, y proporciona capacitación en traducción y producción literaria. Nuestro énfasis está en la capacitación, de manera que cada grupo étnico esté en condiciones de desarrollar y preservar su idioma de la manera que ellos consideren conveniente. Muchos libros y artículos técnicos escritos por miembros del SIL han sido publicados por el Museo estatal de Sabah y se los puede encontrar en el mismo.

El Dr. Howard P. McKaughan,2 un respetado lingüista y consultor del SIL, hizo su primer viaje a Sabah en 1996 para trabajar con el pueblo iranun. Habiendo completado ya muchos años de investigación acerca de la lengua maranao, que pertenece a la misma familia lingüística que el iranun, estaba bien preparado para trabajar con el iranun. Cada dos años él regresaba por unos dos meses, recogía datos y trabajaba con una pareja de líderes. A mediados de 1999 había completado una descripción fonológica preliminar del iranun y una descripción de la estructura gramatical de dicho idioma.

En 1998 nos pidieron a mi esposo y a mí que trabajáramos con los iranun. Una de las primeras peticiones que les hicimos a ellos fue que se conformara un comité asesor que pudiera dirigir nuestros esfuerzos conjuntos y que representara a todas las aldeas iranun. Estuvieron de acuerdo en la conformación del comité asesor, dentro del cual se eligió cargos ejecutivos y se procedió a definir cuatro áreas geográficas que abarcaban todas las aldeas iranun.

A continuación, el presidente y el presidente adjunto del comité asesor sostenían reuniones en cada área geográfica para explicar cuál era el objetivo de poner por escrito su lengua, de capacitar a las personas para que se volvieran escritores, de utilizar computadoras y de producir materiales en su propio idioma. Se eligió un comité ejecutivo para cada área geográfica.

Se identificó diferentes tareas en cada área geográfica y para cada tarea se conformó comités de trabajo, respectivamente supervisados por el comité ejecutivo del área. Los pobladores se comprometieron en varios proyectos permanentes que fueron sometidos al comité ejecutivo del área. Los comités de trabajo iniciales eran responsables, primero, de recolectar elementos de historia oral y narraciones tradicionales, segundo, de aprender a usar computadoras para la producción de textos literarios, y tercero, de desarrollar literatura vernácula. Ésta fue para ellos una experiencia de aprendizaje, y en los comités se produjeron cambios en la medida en que iban adquiriendo una comprensión más completa de los métodos que mejor se ajustaban a las diferentes tareas. El diagrama que se reproduce a continuación presenta la estructura general del comité para encarar el nuevo esfuerzo.

Un ejemplo de un comité de trabajo es el comité del diccionario ilustrado. Él mismo es responsable de ponerles nombre a los dibujos de animales locales, enseres domésticos y otros objetos de la vida cotidiana. Es también responsable de decidir qué otros gráficos deben entrar en el libro, en especial aquèllos que son exclusivos de la cultura iranun y de su tradicional estilo de vida. Entre sus responsabilidades está también la de encontrar un artista y poner los gráficos en un folleto con sus nombres en iranun.

Al principio, estos comités de trabajo no sabían qué hacer, de manera que hubimos de organizar talleres de capacitación para enseñarles. Por ejemplo, les enseñamos cómo grabar magnetofónicamente su historia oral y sus narraciones tradicionales y cómo traýscribirlas después. Se mostraban reacios a hacer la transcripción porque no sabían cómo escribir las palabras en su propia lengua. Muchas palabras del iranun tienen sonidos que no están presentes en malasio o en inglés. Los animamos a escribir de la me¥or manera posible utilizando el alfabeto malasio, asegurándoles que se podría corregir fácilmente la escritura una vez que los textos estuvieran en la computadora.

En noviembre de 1998, los consultores del SIL organizaron un seminario de Ortografía para la comunidad iranun. El Dr. Dennis Malone, consultor internacional del SIL para temas de alfabetización, presentó unos principios generales de ortografía, después de lo cual mi esposo y yo mostramos cómo se puede aplicar estos principios específicamente al idioma iranun. La ortografía que se proponía estaba basada en el análisis lingüístico y en una descripción fonológica preliminar que había elaborado el Dr. McKaughan y que se complementaba con estudios y discusiones que nosotros sostuvimos con la gente. Si bien hay múltiples principios a tener en cuenta a la hora de diseñar una ortografía, de nuestras discusiones con los dirigentes iranun salieron como los tres principios más relevantes para la situación concreta los siguientes: (1) que la ortografía iranun se mantenga lo más próxima posible al idioma nacional, el malasio, con el fin de facilitar procesos de transferencia entre ambos idiomas, (2) que los sonidoý del idioma iranun queden representados de la manera más precisa posible mediante los símbolos ortográficos escogidos, (3) que la ortografía sea ampliamente aceptada por la población iranun. Al final del día se propuso un alfabeto que actualmente está siendo usado y verificado. Como ocurre con cualquier diseño inicial, damos por contado que en el próximo seminario habrá cambios en la ortografía.

Contando con una propuesta ortográfica concreta, los iranun estaban ahora preparados para escribir más cosas de su literatura oral. En 1999, trabajando juntamente con los comités, pusimos en marcha un taller de escritura en tres sesiones con el fin de que los participantes empezaran a escribir. Más de sesenta personas asistieron a las primeras dos sesiones, quedando la tercera para febrero del 2000. Para esta tercera sesión el grupo se dividió en dos secciones, de manera que fuera más fácil trabajar con‚un grupo pequeño, no sólo en la ilustración de las narraciones sino también en la preparación de las mismas para su publicación.

Ésta fue una experiencia llena de desafíos para la mayor parte de los escritores. Para las personas jóvenes el desafío era identificar las palabras y la gramática en su lengua madre en lugar de recurrir a las formas malasias que les resultaban más familýares. Para el grupo en general el desafío era encontrar la paciencia necesaria para leer varias veces sus propias narraciones y también las de otros/as. Algunos/as participantes de la generación mayor, que todavía no están alfabetizados/as, participabañ escuchando las narraciones y haciendo sugerencias para la construcción de palabras y frases. Todos/as coincidieron en comprobar que la edición es un trabajo duro y tedioso, pero eso no los/as desalentó de querer ver su idioma en imprenta.

Malasia se está volviendo sofisticada en el campo de la electrónica, por lo que parecía apropiado el uso de computadoras para la producción de literatura local. Se conformaron comités de computación en cada una de las cuatro áreas geográficas, en tres de las cuales se está utilizando en las clases computadoras regaladas. Algunos/as participantes han terminado el curso básico de procesamiento de textos y están listos para ser promovidos al curso avanzado. También están en proceso otras clases para el uso de software con programas para publicaciones. Durante los recientes talleres de escritura estas personas que se habían capacitado en el uso de computadoras fueron las responsables de meter en la computadora las narraciones escritas a mano. Algunas de ellas aprendieron también a reproducir gráficos con scanner, preparándose así para la edición de folletos. De hecho produjeron folletos en su idioma y también algunos folletos bilingües en iranun y malasio. Esperan que llegue a haber compilaciones de esas narraciones en ediciones trilingües: iranun, malayo e inglés.

Los iranun tienen un plan para establecer en cada área un «centro de aprendizaje» propio de la comunidad. En dos de las áreas geográficas, la construcción del mismo ya está cerca de su culminación. Se usará estos centros para ulteriores actividades de desarrollo lingüístico. El equipo de los mismos contará con la ayuda de los/as estudiantes de computación que hayan adquirido las necesarias habilidades y destrezas para enseñar a otros. La Agencia Internacional Canadiense para el Desarrollo (Canadian International Development Agency – CIDA) ha donado «486 computadoras», con lo que la población iranun estará en condiciones de seguir publicando libros. Esta transferencia de tecnología les permitirá participar más plenamente en una Malasia moderna.

Ellos/as tienen sus esperanzas y aspiraciones, como le ocurre a cualquier grupo poblacional al que le está permitido soñar. Desde el momento en que están trabajando para transformar estos sueños en realidad, sólo el tiempo podrá decir lo que resulta bien y lo que no. Lo importante es que han arrancado, y aunque todavía es muy pronto (apenas han pasado dos años desde que han empezado a trabajar conjuntamente organizados/as en comités) están avanzando bien y ya han logrado muchas cosas.

Notas

1 El SIL es una organización no gubernamental internacional que cuenta con miembros procedentes de más de 35 países, los cuales trabajan con comunidades lingüísticas minoritarias en más de 60 países. Mi esposo y yo, como especialistas en alfabetización que trabajamos en el SIL, hemos estado en Sabah, Malasia, desde 1996.

2 El Dr. Howard P. McKaughan, Profesor Emérito de la Universidad de Hawai, ha publicado muchos artículos sobre diversos temas lingüísticos. Ha trabajado en México, Tailandia, Filipinas y Malasia, además de emplear 25 años como profesor y decano en la universidad de Hawai. Su especialidad es el análisis gramatical y lingüístico y es coautor de un diccionario de maranao, un idioma de las Filipinas que tiene relación con el iranun.

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