A. Semchenko

El presente artículo describe y analiza la actual situación y el desarrollo de la interacción entre el nuevo mercado laboral de Kazajistán y el sistema de educación y formación profesional. La precaria interacción entre ambas esferas es uno de los mayores problemas que se afronta al crear un sistema de formación profesional para la población desempleada de los países de Asia Central. La correspondiente iniciativa kasaja es uno de los pocos modelos promisorios que han sido creados en los últimos años. A. Semchenko es experto en educación de adultos y colaborador de la Fundación Europea de Formación (FEF) de Alamty, Kazajistán

El mercado laboral y el sistema de educación y formación profesional: posibilidades de colaboración

La colaboración social en la educación y formación profesional

Aspectos del proyecto «Colaboración Social en la Educación y Formación Profesional»:

  • La colaboración social en la educación y formación profesional es un factor importante para formar profesionales que cumplan con los requisitos del mercado laboral, lo que a su vez crea las condiciones para reducir la tasa de desempleo y superar la pobreza.

  • La colaboración social en la educación y formación profesional ha ido desarrollándose y adquiriendo importancia en Kazajistán.

  • El desarrollo de la colaboración social en el contexto de la educación y formación profesional exige la creación de una base jurídica y normativa apropiada así como la participación —en forma de asociaciones— de las partes interesadas.

  • Los principales socios de la colaboración social en el campo de la educación y formación profesional son las entidades públicas, los establecimientos educacionales y los empleadores.

  • Los principales objetivos de la colaboración social en el campo de la educación y formación profesional son la actualización de los planes y de los niveles de estudio así como la formación de profesionales debidamente calificados.

  • Uno de los principales obstáculos que afronta el desarrollo de la colaboración social en la educación y formación profesional es el reducido interés de los actores sociales que desconocen los beneficios de una colaboración social eficaz.

El fundamento jurídico

La creación de una nueva y cualitativamente mejor forma de colaboración social en el campo de la formación profesional se basa en las disposiciones normativas y jurídicas de comienzos de la década de 1990, es decir, de los años inmediatamente posteriores a la independencia de la República de Kazajistán. La primera disposición de este tipo es la Ley sobre Acuerdos Colectivos del 4 de julio de 1992.

Sólo poco después, también en 1992, se promulgó el Decreto sobre Colaboración Social en el Campo de las Relaciones Socio-Laborales, que se basa en una ley del 3 de agosto de 1992. Este decreto establece el marco para los acuerdos colectivos.

A fin de coordinar los acuerdos colectivos generales y sectoriales entre el gobierno de la República de Kazajistán y las asociaciones sindicales y patronales, el gobierno promulgó el 24 de agosto de 1992 un decreto que establece la creación de una comisión especial y de una comisión de reconciliación que mediase en situaciones conflictivas de carácter colectivo.

En julio de 1993 se aprobó la Declaración Conjunta de los Principios de Colaboración.

Teniendo en cuenta la importancia que reviste el diálogo social, el 14 de diciembre de 1994 el Presidente de la República de Kazajistán firmó el Decreto sobre la Colaboración Social en el Campo de las Relaciones Socioeconómicas y Laborales, que exige el establecimiento de un diálogo permanente entre los representantes de las partes y destaca la necesidad de contar con acuerdos generales, sectoriales y regionales.

Desde entonces se han logrado siete acuerdos generales, el último de los cuales se firmó el año 2002.

Todo ello ha contribuido a sentar la base normativa para la colaboración social y a promulgar la Ley sobre la Colaboración Social en la República de Kazajistán en diciembre de 2000. En uno de sus artículos se establece que en los estatutos de los acuerdos se deben incluir la formación y el perfeccionamiento de especialistas.

A partir del año 2001, y de acuerdo con las disposiciones legales, en los procesos de negociación de los acuerdos entre la República de Kazajistán, las asociaciones republicanas de trabajadores, por una parte, y de empleadores, por la otra (inciso 21), el Gobierno tiene la misión de velar por el desarrollo del sistema de formación de la población desempleada y de promover el perfeccionamiento de la población activa.

Por lo demás, de conformidad con el inciso 80 del acuerdo, las partes tienen la responsabilidad de «crear y llevar a la práctica programas apropiados para la formación profesional de la población desempleada, a fin de cumplir con las exigencias de la Ley de Empleo de la República de Kazajistán».

Es importante destacar que el Gobierno ha cumplido con sus obligaciones en lo que a la primera parte se refiere, es decir, la formación de la población desempleada. Es así como el 19 de junio de 2001 se promulgó el Decreto No 836 que regula las actividades en este campo y garantiza el financiamiento de las iniciativas de formación profesional y de reconversión profesional de la población cesante.

Este decreto especifica los derechos y las tareas de las oficinas de colocación, de los establecimientos educacionales, de los empleadores y de las personas desempleadas durante el proceso de formación profesional. De acuerdo con estas normas, las autoridades locales deben entregar los recursos necesarios para aplicar las medidas de formación profesional de personas desempleadas. Gracias a estos esfuerzos, en 2001 un total de 19.800 desempleados se graduaron en una nueva profesión o perfeccionaron sus habilidades profesionales.

El primer proyecto de la FEF: la colaboración social y la educación y formación profesional

La aplicación de un proyecto de identificación de problemas mediante los centros nacionales de supervisión fue un paso importante hacia el desarrollo de la colaboración social en el campo de la educación y formación profesional.

Dentro del marco de este proyecto se realizaron tres estudios científicos: La colaboración social en Kazajistán, de 1998, «La colaboración social en Kazajistán – situación en el año 2000», y «La colaboración social y la educación y formación profesional», de 2001. En forma paralela se aplicaron medidas de formación y se organizaron seminarios, cuyos beneficiarios fueron empleados públicos, representantes de los establecimientos educacionales y empleadores.

En detalle, el proyecto incluyó las siguientes medidas:

  • Creación de un Consejo de Expertos en la ciudad de Almaty, el cual cumple la función de coordinador regional de la cooperación social entre organizaciones del ámbito de la educación y la formación, empleadores y oficinas municipales. Este consejo cuenta con tres grupos de trabajo: el primer grupo está a cargo de la interacción entre los oferentes de medidas de educación y formación profesional y las empresas, con la finalidad de actualizar los contenidos de la educación profesional; el segundo tiene la misión de identificar las profesiones que tienen demanda en el mercado laboral; y la tarea del tercero consiste en promover en la población un espíritu empresarial mediante iniciativas de formación.

  • Aplicación de medidas de formación para grupos de trabajo del Consejo encargados de promover la interacción entre oferentes de medidas de educación y formación profesional y empleadores, a fin de actualizar los contenidos y los niveles nacionales de educación profesional.

  • Elaboración de un informe sobre las condiciones de la colaboración social en el campo de la educación y formación profesional.

Con el objeto de estabilizar y fortalecer esta cooperación, los expertos formularon las siguientes recomendaciones:

  • Revisar y desarrollar gradualmente las disposiciones legales que atañen a la calidad de la educación y formación profesional, al desempleo y la colaboración social.

  • Crear consejos integrados por actores sociales de los niveles nacional, regional y sectorial a fin de coordinar las actividades y preparar el proceso de toma de decisiones en el campo de la educación y la formación profesional, sobre la base del modelo desarrollado en la ciudad de Almaty, en el contexto del Proyecto de Supervisión Nacional.

  • Desarrollar la metodología científica a fin de identificar las necesidades de los distintos sectores económicos en lo que a profesionales y especialistas se refiere, tomando en debida consideración las prioridades económicas y regionales, las transformaciones que viven los mercados y el nivel de participación de los actores sociales.

  • Elaborar planes y programas de estudio y elevar los niveles educacionales sobre la base de las recomendaciones y sugerencias de expertos y peritos.

  • Realizar estudios regulares sobre futuras tendencias en el mercado laboral sobre la base de las opiniones de los diferentes actores sociales. Informar oportunamente de las eventuales necesidades a las partes interesadas.

  • Elaborar, conjuntamente con los actores sociales, programas de especialización para el período 2003-2005 teniendo en cuenta las necesidades del mercado laboral.

  • Organizar seminarios sobre la interacción de los actores sociales en el campo de la educación profesional a nivel nacional y regional.

  • Crear incentivos para empleadores que ofrezcan iniciativas de formación a su personal.

  • Realizar campañas de información sobre la necesidad de una colaboración social en el campo de la educación profesional.

En el contexto del proyecto «La colaboración social en la educación y formación profesional», en 2001 se llevó a cabo una encuesta entre los actores sociales más destacados y las entidades nacionales más competentes para así conocer sus opiniones sobre el progreso futuro de la colaboración social en el campo de la educación y formación profesional.

Se recibieron 110 cuestionarios debidamente completados. Entre los remitentes se encontraban también los ministerios de trabajo y protección social de la población, como también de educación y ciencias. Empleados de empresas e industrias de Almaty, de organizaciones públicas, miembros de sindicatos del sector educacional y representantes del sector científico expusieron sus opiniones sobre los problemas y el desarrollo de la colaboración social.

De acuerdo con los resultados de esta consulta, prácticamente todos los encuestados reconocen la importancia de la colaboración social a fin de aumentar la eficacia de la formación profesional de empleados y trabajadores y lograr un equilibrio entre la demanda y la oferta en el mercado laboral. Opinaron a la vez sobre el grado de colaboración social en sus respectivas áreas, que varía, según las respuestas, entre un 78% en el área educacional, un 73% en las oficinas de colocación y un 22% en las organizaciones patronales.

La mayoría de los encuestados opina que las organizaciones públicas, las instituciones científicas y los sindicatos se mantienen al margen del proceso de colaboración social en el campo de la educación y formación profesional. La opinión generalizada es que los problemas más importantes que deberían resolverse a través de esta colaboración social son la colocación de los graduados universitarios (54% de los encuestados), la calidad de la formación (36%), el desempleo juvenil (31%), la identificación de las futuras necesidades del mercado laboral (19%) y, por último, la elaboración de programas educacionales de acuerdo con los requerimientos de una economía moderna (19%).

Una mayoría también se expresó en favor de la creación de organismos regionales para promover la colaboración entre las partes sociales. El 82% de los encuestados indicó que la Comisión Regional de Akimat serviría de ejemplo. Otros sugirieron la creación de estructuras autónomas, como por ejemplo consejos que presten asesoría o cumplan labores de control.

Según un considerable número de encuestados, la garantía fundamental de una cooperación efectiva de los actores sociales en el campo de la educación y formación profesional es la creación de una base normativa apropiada que regule la colaboración y promueva la aplicación de ideas y conceptos nuevos.

No obstante, prácticamente todos los encuestados destacaron la necesidad de crear privilegios tributarios que se traduzcan especialmente en una reducción de los impuestos sobre los beneficios, para así promover la participación de los empleadores. Se expresaron también en favor de un estímulo normativo para las asociaciones públicas e instituciones científicas.

El 52% opina que los establecimientos educacionales y las oficinas de colocación deberían concentrar y encauzar mejor su trabajo, para lo cual —en su opinión— dispondrían de suficiente potencial, especialmente las oficinas de colocación. Pero sin una colaboración eficaz entre ambos no sería mucho lo que las oficinas podrían hacer en materia de análisis del mercado laboral.

Aproximadamente un tercio de las personas que devolvieron el cuestionario esperan que los sindicatos incrementen sus esfuerzos por lograr una mayor protección de los derechos de la población joven. Una proporción similar considera que si las organizaciones científicas fuesen llamadas a participar se podría aprovechar su potencial para realizar predicciones que favorezcan la formación de profesionales de acuerdo con la futura demanda del mercado laboral.

La juventud y la difícil búsqueda de trabajo

Según las estadísticas, en el año 2001 fueron alrededor de 330.000 las personas registradas como desempleadas en las oficinas de colocación. Unas 20.000 de ellas recibieron una formación del tipo anteriormente descrito. De éstas, alrededor de 13.000 encontraron trabajo, lo que representa un 66%, en tanto que unas 1.100 —es decir aproximadamente un 5%— se establecieron por cuenta propia.

También de acuerdo con esas estadísticas, entre 70.000 y 90.000 graduados de las escuelas diversificadas básicas y superiores se incorporan anualmente al mercado laboral. Estos jóvenes no tienen posibilidad alguna de recibir una formación profesional, y más de la mitad de ellos pasa a engrosar las filas de desempleados, en tanto que el resto sólo tiene acceso a empleos poco calificados. La situación en el mercado laboral, que se está agudizando en forma permanente, no ofrece futuro para jóvenes poco competitivos que carecen de profesión y experiencia.

Un análisis de las cifras relativas a los graduados de las clases novena a decimoprimera permite definir los principales obstáculos que afronta la colaboración social en la educación y formación profesional. Se trata de los siguientes:

  1. Falta de estrategia y claridad del desarrollo de la colaboración social en el proceso de educación y formación profesional.
  2. Escaso desarrollo de los fundamentos normativos y jurídicos.
  3. Escaso compromiso del Ministerio de Trabajo y Protección Social de la Población y del Ministerio de Educación y Ciencia. Actualmente se mantienen bastante marginados de los problemas de la colaboración social.
  4. Escasa participación de los empleadores, a pesar de que deberían ser los protagonistas de la colaboración social en la educación y formación profesional.
  5. Influencia negativa de los factores económicos, tales como escasez de recursos financieros, materiales y humanos, especialmente en zonas rurales y ciudades pequeñas.
  6. Excesiva diversidad de profesiones en el mercado laboral (los empleadores prefieren contratar a un profesional experimentado).
  7. Prevalencia del interés económico de establecimientos educacionales que preparan sin escrúpulos profesionales para quienes no existe demanda en el mercado, o bien proporcionan una formación inadecuada.
  8. Ineficacia de los establecimientos educacionales cuando se trata de aprovechar operativamente la información que reciben de los empleadores. Un problema adicional es la falta de contactos institucionalizados entre estos establecimientos y las oficinas de colocación.
  9. Falta de flexibilidad e iniciativa de los educandos, que esperan que el Gobierno se haga cargo de los problemas.

La demanda de profesionales es identificada básicamente a nivel regional, de acuerdo con las exigencias oficiales en cuanto a una formación y especialización de las personas mediante toda modalidad de educación, pero según las posibilidades financieras de las regiones.

En consecuencia, incluso a finales del siglo pasado había regiones que carecían absolutamente de programas de formación y perfeccionamiento, en tanto que en las ciudades habían surgido múltiples escuelas superiores y universidades. De estas últimas emergía una gran cantidad de profesionales tales como abogados, economistas, expertos en finanzas, etc., de los cuales ya había más que suficientes en el mercado laboral.

Uno de los grandes problemas que dificultan la planificación es la falta de pronósticos —incluso en el corto plazo— en cuanto a la futura demanda de obreros y empleados altamente calificados. Este tipo de investigación sólo es factible si se cuenta con la participación de todos los actores sociales y de los empleadores.

La actual colaboración social que se puede observar en Kazajistán comprende por sobre todo el ámbito de las relaciones socio-laborales en lo que a remuneraciones y protección se refiere.

Nuevos desafíos que afronta el sistema de educación y formación profesional

La educación y formación profesional según las necesidades del mercado laboral es uno de los principales problemas que debe ser debatido por los actores sociales de todos los niveles. No es un problema que atañe sólo a los establecimientos educacionales, sino también a empleadores, entidades públicas, padres y educandos.

En Kazajistán están dadas de momento las condiciones legislativas e institucionales para desarrollar una colaboración social en el campo de la educación profesional. No obstante, dicha colaboración se encuentra aún en una etapa inicial debido a la inexperiencia de las partes, la existencia de malentendidos y la ausencia de una administración calificada y eficaz.

La transición de los países hacia un sistema de economía de mercado va unida a un cambio general de la educación, especialmente de la educación profesional.

Las relaciones de mercado han obligado al sector de la educación a subordinarse a la demanda, lo que significa que la educación debe acomodarse a las necesidades de las industrias y de los empleadores.

Los factores relacionados con el mercado laboral que influyen directamente en la actividad de los establecimientos de educación profesional son los siguientes:

  • Cambios en las estructuras laborales

  • Cambios en las estructuras profesionales y en las exigencias del mercado

  • Un acentuado clima de competencia debido al surgimiento masivo de institutos privados

Existe una brecha entre la educación profesional primaria y secundaria y las exigencias del mercado laboral. Los estándares creados hace más de 15 años están obsoletos; las características de las competencias profesionales no satisfacen las necesidades de los empleadores, razón por la cual las personas que obtienen un diploma en un instituto de educación profesional frecuentemente pasan a engrosar las filas de los desempleados, incluso en casos en que los alumnos han cursado estudios que parecieran responder a las demandas del mercado laboral.

En consecuencia, la formación profesional pasa a ser parte de un nuevo sistema de objetivos sociales y su finalidad es formar un nuevo tipo de profesionales, que sean capaces de competir en el mercado laboral inmediatamente después de su graduación. Para lograr este objetivo se deben reorganizar las actividades de las escuelas profesionales según las siguientes prioridades:

  • Reconsiderar las actividades de los institutos educacionales de acuerdo con las exigencias del mercado laboral.

  • Reactivar el sistema de colaboración social sobre una nueva base orientada a la cooperación entre la educación profesional y los actores del mercado laboral, a saber las asociaciones de emplea dores, los colegios profesionales, las oficinas de contratación, etc.

  • Integrar la educación profesional en el sistema de análisis del mercado laboral. El sistema define las nuevas exigencias del mercado laboral, las profesiones que el mercado necesitará en el futuro, la capacidad del mercado, la investigación de la actividad comercial, los requerimientos de los empleadores en cuanto a personal, a sus habilidades y competencias.

  • Coordinar los esfuerzos de las escuelas profesionales y de los actores sociales a fin de crear nuevos estándares profesionales y mejorar los ya existentes.

El primer paso hacia una reorganización de los recursos laborales consiste en involucrar a los institutos de formación profesional en el análisis del mercado laboral. A la vez, es importante familiarizar a los educandos con el análisis y los pronósticos del mercado laboral.

«Análisis del Mercado Laboral»: un proyecto exitoso

El proyecto «Análisis del Mercado Laboral» de la Fundación Europea de Formación, llevado a cabo en el contexto del Programa para Mejorar las Competencias de la Población Activa de Kazajistán (Fase III), podría representar una solución de los problemas anteriormente señalados.

Este proyecto se realizó con una metodología e instrumentos específicos (cuestionario, tecnología investigativa), probados anteriormente en Suiza y en San Petersburgo. Pero también se recurrió a la experiencia de científicos y profesionales kasajos.

Es preciso destacar, sin embargo, que la observación de las necesidades del mercado laboral no debe interpretarse como un capricho de los empleadores o de la administración de los establecimientos educacionales.

Es muy importante que el sistema de educación profesional goce también en el futuro de una especial protección de la sociedad. Las generaciones kasajas jóvenes tienen el derecho a recibir una formación profesional, como también los conocimientos y las habilidades que les garanticen tanto un espacio en el sistema de las relaciones económicas y laborales como también remuneraciones idóneas.

Con el proyecto piloto «Análisis del Mercado Laboral de Kazajistán» se pretendió:

  • Identificar las necesidades cuantitativas y cualitativas de los empleadores en cuanto a personas formadas en el sistema de educación profesional de la república kasaja.

  • Identificar los cambios que se deberían efectuar en el sistema para responder a estas necesidades de los empleadores.

La finalidad de este proyecto piloto consistió en recopilar ideas para mejorar los planes de estudio de determinadas profesiones, al igual que:

  • promover una cooperación más estrecha entre los establecimientos educacionales y los empleadores a fin de detectar a tiempo las necesidades de los empleadores en cuanto a conocimientos y habilidades de los profesionales.

  • Desarrollar una metodología de análisis del mercado laboral para así contar en el futuro con una observación permanente de este mercado a fin de conocer oportunamente la demanda en cuanto a profesionales.

El proyecto se concentró en profesiones que tenían demanda en el mercado laboral, que se insertaban en un sector económico en permanente evolución y cuyos planes de estudio debían ser actualizados considerando las nuevas tecnologías y habilidades requeridas.

En consecuencia, se optó por el sector de la alimentación y por las profesiones de «cocinero» y «pastelero». En Almaty estas profesiones se pueden estudiar en la Escuela Profesional N0 18, y en la ciudad de Chimkent, en el Liceo Profesional-Técnico N0 6.

Uno de los métodos consistió en distribuir cuestionarios entre los empleadores de este sector de servicios. En total se distribuyeron 95 cuestionarios, 70 en Almaty y 25 en Chimkent.

El proyecto contempló las siguientes fases:

Primera fase, junio de 1999: primera selección de sectores económicos apropiados, elaboración de cuestionarios, identificación de objetivos, reclutamiento de un equipo.
Segunda fase, julio de 1999:
visita de asesores externos (Lareh Anderson y Sergey Ivanoy), comparación de los sectores seleccionados, de los objetivos y cuestionarios; presentación del equipo y contacto con los establecimientos educacionales; selección final del sector económico y definición final de los objetivos; realización de un seminario dirigido por los asesores externos y que contó con la participación de expertos y representantes del sistema de educación profesional.
Tercera fase, julio de 1999: planificación del proyecto técnico, revisión del cuestionario, selección de los empleadores, redacción de las cartas explicativas, distribución de los cuestionarios.
Cuarta fase, agosto de 1999: desarrollo de un programa para la revisión automática de los cuestionarios, recepción de los cuestionarios, procesamiento de la información, codificación, visita de los asesores externos.
Quinta fase, agosto-septiembre de 1999: desarrollo de modelos, algoritmos para el procesamiento matemático, procesamiento mecánico de los cuestionarios, formulación de las recomendaciones en cuanto a planes de estudio, y presentación de un informe.
Sexta fase, septiembre-octubre de 1999: revisión final del informe, distribución del informe, planificación y realización de una conferencia final.

Primeras conclusiones

En el contexto de las nuevas relaciones de mercado, el mercado laboral y los proveedores de educación profesional deben mantener un estrecho contacto. Para que estas relaciones funcionen satisfac toriamente, es necesario que los establecimientos educacionales y los empleadores cooperen en el análisis del mercado laboral, de manera que los planes de estudio respondan a las necesidades de los empleadores en cuanto a profesionales. Los métodos con los cuales se analiza el mercado laboral varían según lo que requieren los empleadores. Una modalidad es la consulta a los empleadores mediante cuestionarios —como ocurrió en el caso del proyecto descrito en el capítulo anterior— pero hay igualmente otras que deben ser debidamente consideradas.

En su informe final, el equipo a cargo del proyecto señala que la gran cantidad de preguntas incluidas en el cuestionario dificultaron la consulta, pero que sin embargo se obtuvo la información más importante.

La demanda de los empleadores se determinó sobre la base de la importancia de las operaciones industriales y la necesidad de determinadas habilidades, y al mismo tiempo se incluyó una evaluación de la importancia del desarrollo de nuevas operaciones considerando la creación de nuevas tecnologías.

Se pudieron identificar las principales necesidades de los empleadores en cuanto a profesionales y habilidades, lo mismo que sus preferencias en lo que se refiere a profesionales jóvenes experimentados. Así se pudieron definir los niveles salariales.

Otro resultado positivo es la buena disposición de los empleadores para colaborar con los establecimientos educacionales y para participar en futuros estudios similares. Igualmente se pudo apreciar la necesidad de contar con la cooperación de representantes de las organizaciones involucradas para realizar un proyecto como el anteriormente descrito.

El estudio demostró claramente que los establecimientos educacionales están tomando la iniciativa a fin de establecer contactos e interactuar con los empleadores. Gracias al proyecto, los esta N blecimientos educacionales, especialmente la Escuela Profesional No 8 de Almaty y el Liceo Profesional N0 6 de Chimkent, han establecido nuevos contactos y han fortalecido aquellos ya existentes con otros actores sociales dentro de su campo de acción.

Los resultados del proyecto han repercutido en los planes y programas de estudio.  

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