Christian Ude

A continuación reproducimos las palabras de saludo del Presidente de la Asociación Alemana de Ciudades, Sr. Christian Ude, alcalde de la ciudad de Munich. La Asociación Alemana de Ciudades es la asociación comunal más grande de Alemania y representa los intereses de todas las ciudades alemanas que no son parte de una distrito así como de la mayoría que sí pertenece a un distrito. En cifras, representa los intereses de 4.700 ciudades y comunas con un total de 51 millones de habitantes.

Las universidades populares son los centros más importantes de formación permanente y aprendizaje de por vida

En mi calidad de Presidente del Congreso Alemán de Ciudades acepto con gusto la invitación a ratificar nuestra posición con motivo del Congreso Alemán de Universidades Populares.

En primer lugar porque la formación permanente es una importante tarea de la protección de la existencia en el plano municipal. En segundo lugar porque las universidades populares son los centros más importantes de formación permanente y aprendizaje de por vida en las ciudades y municipios. Y finalmente, en tercer lugar, porque precisamente este ámbito de las políticas educativas municipales se encuentra actualmente ante grandes desafíos.

Permítanme algunas observaciones a propósito de estos tres aspectos:

En la actual discusión sobre políticas educativas está en este momento en tela de juicio en Alemania todo el sistema educativo. También en el plano municipal se discuten intensivamente medidas para una reforma educativa. Las ciudades se ven a sí mismas no sólo como pasivamente afectadas, sino que tienen interés en participar activamente en las iniciativas relacionadas con políticas educativas y en la aplicación de las reformas. Las políticas educativas constituyen un componente independiente del accionar municipal en el que puede adquirir vigencia la propia responsabilidad municipal. De ahí que, frente a la tendencia de trasladar al mercado cada vez más ceder espacios del accionar municipal, yo considero decisivo el defender la formación permanente como tarea de protección municipal.

El aprendizaje de por vida

Todos debemos aprender durante el mayor tiempo posible, y si está en nuestras manos a lo largo de toda la vida. Sobre este punto de vista generalizado y casi trivial existe amplio consenso. Pero cuando se trata de precisar criterios respecto de un aprendizaje de por vida y de establecer las consecuencias que de ahí se siguen para la promoción y responsabilidad pública de cada una de las fases de la formación, entonces las opiniones empiezan a divergir.

El accionar municipal en el campo de la formación permanente se guía por una concepción amplia de lo que es la formación, según la cual la formación permanente debe ser aprovechable también, pero no exclusivamente en el plano profesional. Sólo un aprendizaje permanente y progresivo asegura la integración duradera al mercado laboral, como también sólo una infraestructura educativa eficiente hace posible el desarrollo económico municipal y regional. Pero este tránsito hacia la sociedad del conocimiento, tantas veces descrito, no es sólo de naturaleza profesional. Tomar cada vez nueva conciencia de la realidad, interpretarla, y así buscar orientación, es una tarea compleja que no puede realizarse con un mero aprendizaje adecuado. Precisamente porque las exigencias profesionales están en constante flujo, la contribución de nuestras instituciones educativas debe consistir también en hacer que los/as estudiantes de todas las edades se formen como personas independientes, capaces de aprender y de juzgar, y que puedan articularse y comprometerse con la sociedad.

La formación permanente no es un asunto privado. Así lo consideró en 1996 el Congreso Alemán de las Ciudades cuando demandó que la universidad popular siga siendo el centro espiritual, pedagógico y organizativo dentro de un sistema global de formación permanente plural. Cuando se hablaba de formación permanente bajo responsabilidad pública, como programa político, se debía entender que la formación permanente no sólo representa una tarea cualquiera a cargo de diferentes actores, sino que la misma, a causa de su creciente importancia tanto para el individuo como para la sociedad, forma parte de un sistema educativo global.

1.000 universidades populares, 7 millones de participantes

Entre tanto ha surgido un mercado para la formación permanente que apenas se puede abarcar con la vista y en el que el estado sólo es corresponsable. Esta evolución de la responsabilidad pública a la corresponsabilidad pública se refleja también en los cambios ocurridos en la financiación de las universidades populares. Es así como en los últimos diez años se han desplazado los componentes de las fuentes de financiación. Mientras para la financiación de las universidades populares disminuía continuamente la cuota de los subsidios públicos, crecían claramente en importancia los aportes en dinero de los/as participantes. De todas maneras un análisis más minucioso de los subsidios públicos muestra también que aumentaban las cuotas municipales, mientras disminuían las cuotas de los Länder. Es decir que a pesar de sus dramáticas estrecheces financieras los municipios han mantenido la cofinanciación de las universidades populares que están a su cargo. La ciudad de Munich, por ejemplo, paga más para sus universidades populares de lo que paga el estado libre de Baviera para un total de 220 universidades populares bávaras.

La responsabilidad institucional de cerca de dos tercios de las aproximadamente 1.000 universidades populares en Alemania es la expresión más visible del compromiso municipal con la educación permanente. Dichas universidades son extraordinariamente apreciadas por las ciudadanas y ciudadanos. Anualmente son cerca de 7 millones de participantes los que visitan los cursos e instalaciones de las universidades populares. Pese a los recortes de los recursos y de la oferta, en conjunto ésta se mantiene estable alrededor con 15 millones de horas lectivas. Encuestas realizadas a los clientes demuestran la elevada calidad de las instalaciones y el alto aprecio de la población por las mismas.

Permítanme mencionar tres desafíos que en mi opinión afectan de manera especial a la formación permanente municipal.

1. Nueva tarea: las generaciones mayores

No es posible dejar de percibir en Alemania la tendencia al envejecimiento de la población y a su consiguiente disminución. En los próximos decenios la relación numérica entre los diferentes grupos etáreos en la vida activa se desplazará en beneficio de las generaciones mayores, concretamente de las que han sobrepasado los 50 años. Teniendo en cuenta esta evolución, deberemos promover las competencias y experiencias de las generaciones mayores en la vida profesional y social. Ya no podemos imaginarnos la edad madura como una suerte de epílogo de la vida sino como una larga etapa de la vida, que con frecuencia abarca más de treinta años. Y deberíamos desprendernos de la concepción tradicional de que una persona de 60 ó 70 años ya no estaría en condiciones de producir en la vida social y profesional resultados intelectuales, artísticos o corporales. Se trata del desarrollo y fortalecimiento de las competencias de las generaciones mayores. Es aquí donde las universidades populares están haciendo ya ahora una importante contribución, cuya importancia crecerá todavía más con el cambio demográfico. Porque si la fuerza innovadora y el clima cultural de nuestra sociedad se ven cada vez más marcados por las generaciones mayores, entonces tenemos que invertir precisamente en la formación permanente y en el aprendizaje de por vida.

2. Compensar las omisiones del sistema escolar

No es algo que sepamos recién a partir de las investigaciones de Pisa, hace tiempo que la expansión de la formación que se daba en años anteriores ha empezado a estancarse. El sistema escolar alemán falla sobre todo en la promoción de los/as estudiantes que se encuentran en situaciones de mayor debilidad. Pero la correspondiente disponibilidad a seguir aprendiendo y a aprovechar las ofertas de la formación permanente depende a su vez del nivel educativo y del grado escolar. Y esto significa que de los actuales resultados de las investigaciones de Pisa puede deducirse el nivel de competencias y las barreras educativas de la futura población activa. A esto se añade otra cosa: Desde comienzos de la década de los noventa vuelve a aumentar notablemente la proporción de jóvenes que abandonan el sistema educativo sin haber obtenido ningún grado escolar o que sólo cuentan con una madurez educativa precaria. Como quiera que se pueda interpretar en cada caso este escandaloso resultado, lo cierto es que tampoco aquí podemos esperar a que tengan lugar reformas fundamentales del sistema escolar y educativo. Sin duda alguna irá ganando importancia la tarea clásica de la formación permanente que consiste en proporcionar a los/as jóvenes adultos una segunda oportunidad y abrirles posibilidades de recalificación escolar y profesional, lo que a su vez demandará esfuerzos financieros adicionales.

3. Las universidades populares promueven la integración

Entre los grandes países europeos, Alemania tiene de lejos la mayor proporción de población extranjera. Con la ley de Inmigración, Alemania está también en curso de definirse como país de inmigrantes. Los cursos de integración, asumidos en lo esencial por las universidades populares, son —pese a la notable insuficiencia de la financiación y al burocrático afán de regulación— un primer paso importante que en ningún caso debiera verse amenazado por los actuales planes de recorte. Y es que conocimientos locales suficientes son la condición sine qua non para una integración lograda. A continuación se tiene que tomar medidas para la calificación profesional. Además, en un proceso de largo plazo, se debe llegar a que la presencia de personas de diferente origen se transforme en una pertenencia de todas ellas a nuestra sociedad.

Formación en una sociedad de inmigración, tal es la extensa tarea que vale tanto para los migrantes como para los nativos, ya que sólo de manera conjunta se podrá crear una nueva normalidad de la convivencia, normalidad que pese a todas las diferencias culturales se habrá de mantener sometida a los principios y valores de una democracia liberal.

La integración no es algo que ocurre de por sí, eso es lo que nos ha vuelto a poner ante la vista la llamada de auxilio del Colegio de Maestros de Neukólln. Pero no sólo ha fracasado el folclore ingenuo y «pluri-multi» que niega todos los problemas, sino también aquella actitud que durante años se negó a reconocer la realidad de la sociedad de la inmigración y a reforzar la fuerza integradora del sistema escolar y de formación.

Estos desafíos que hemos esbozado, y que en mi opinión marcan de manera esencial las futuras tareas de la formación permanente, están en crasa desproporción con el estado actual de los recursos disponibles para la formación permanente y para la formación en general.

Lo que el mercado no hace

El Congreso Alemán de las Ciudades defiende la posición de que la responsabilidad pública y el compromiso privado con la formación permanente constituyen conjuntamente los pilares del sistema de educación permanente en Alemania. Un «modelo de mercado» por sí solo no estaría en condiciones de responder a las demandas planteadas por las políticas educativas, las políticas sociales y las políticas del mercado laboral. ¿Qué oferente que depende del mercado podría presentar ofertas de educación permanente en zonas de estructura débil? ¿Quién presentaría ofertas para grupos meta desaventajados o alejados de toda formación, de los que sólo se podría obtener pocos ingresos? Finalmente cabría esperar que estos ámbitos de la oferta tendrían que seguir siendo asumidos por la mano del estado, mientras que espacios más rentables, como cursos de idiomas u ofertas de formación en temas de salud, serían cubiertos por oferentes privados.

La universidad popular ha sido y sigue siendo un componente integral e irrenunciable de la infraestructura educativa municipal y del aprendizaje de por vida.

A los Länderse les pide que promuevan conjuntamente universidades populares y formación continua de manera confiable y adecuada. No se puede admitir que los Länder se desprendan de la promoción de la educación de adultos, como hace poco era ya cosa decidida en Baviera. Tampoco se puede dispensar al estado federal de su responsabilidad política respecto de la educación y de mantener en el futuro la posibilidad de iniciar programas que trasciendan a los Länder y compensen las diferencias estructurales. El actual acortamiento del título «Educación permanente y aprendizaje de por vida» resulta al respecto tan adecuado como un puñetazo en el ojo.

Los desafíos que enfrentan conjuntamente la educación permanente y las políticas educativas son tan grandes que sólo podrán ser superados mediante una colaboración razonable de los diferentes niveles financieros y en el supuesto de que la universidad popular municipal, es decir de responsabilidad pública, siga siendo un elemento central del sistema del aprendizaje de por vida.

En este sentido le deseo al Congreso Alemán de Universidades Populares que logre poner de relieve la importancia de las universidades populares como centros municipales del aprendizaje de por vida y que dé un importante impulso a su ulterior desarrollo.

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