Matthias Klingenberg

Historia oral, trabajo con testigos de la época y proyectos históricos en Asia Central

Cuando, después del desmoronamiento de la Unión Soviética, las primeras organizaciones internacionales se encaminaron al Asia Central —en aquel momento todavía apartada y totalmente desconocida— para abrir sus dependencias allá, en Tashkent, Bishkek, Dushanbe o Alma Ata, muchas de ellas cometieron el error de transferir a la nueva región meta las líneas programáticas que estaban vigentes en el llamado Tercer Mundo 1:1, siguiendo atrevidamente el lema: «Lo que sirve en África no puede ser perjudicial en el Asia Central».

Lamentablemente en este caso habían apreciado erróneamente el peculiar punto de partida de los países post-soviéticos en proceso de transformación. También se apreciaba equivocadamente la relación existente entre gobierno y población cuando se daba por hecho que, a causa de la desastrosa situación vital que imperaba en el país, sólo desde afuera se podía esperar la activación de una «masa crítica». Por ejemplo, no se había tenido en cuenta que la empobrecida población rural uzbeca tenía una lealtad profundamente enraizada respecto del gobierno, y del gobierno como principio. Como tampoco se percibió que en Asia Central es desconocida nuestra concepción occidental de democracia y derechos humanos, o de «liberté, égalité, fraternité».

De ahí que muchos proyectos no lograron presentar sus principios de cuño occidental —como community mobilization (movilización comunitaria), advocacy (defensa) o también gender mainstreaming (transversalidad de género)— de manera que pudieran tener efectos de largo plazo. Por el contrario, aquellos se mantuvieron como algo extraño e impuesto desde afuera, como algo que se oponía y se opone diametralmente a las costumbres, tradiciones y rituales de las sociedades meta post-soviéticas.

En cambio fue correcta la percepción de muchas otras organizaciones (curiosamente) norteamericanas en el sentido de que lo que faltaba para un desarrollo sostenible no era principalmente elementos materiales (es decir infraestructura, en el sentido de un desarrollo que se trata de recuperar), sino que más bien debía estar en primer plano el desarrollo de la personalidad y la inclusión de ciudadanas y ciudadanos de las jóvenes repúblicas; que para estimular el desarrollo se tendría que dar este «rodeo» (para decirlo de alguna manera), es decir pasando por las personas y su desarrollo. Lamentablemente con demasiada frecuencia no se logró «recuperar» a las personas en el nivel local, en sus cosmovisiones y situaciones vitales reales, y esto, cosa notable, precisamente en tiempos de paradigmas como ownership (apropiación), local partnership (asociación local) y grassroots (bases).

Historía e identidad: No hay futuro sin pasado

A continuación el autor quisiera presentar la serie de proyectos «Historia e Identidad», una serie que en su criterio viene a ser un aporte importante para el desarrollo de las sociedades civiles en el Asia Central, y que por tanto no viene «impuesta desde arriba», sino que consigue recuperar y atraer a los grupos meta. Lo que él quisiera, con los llamados proyectos históricos de DVV International en el Asia Central, es mostrar cómo este enfoque pone a la vista todo un espectro de factores que resultan relevantes para el desarrollo y que parecen particularmente eficaces para el espacio post-soviético. Además el autor quisiera mostrar cómo se hace para incorporar proyectos de manera correcta y para aplicarlos en el nivel local juntamente con las contrapartes.

Los proyectos históricos de DVV International en Asia Central se mueven en por lo menos tres grandes ámbitos:

  • Trabajo social y con personas de la tercera edad.
  • Fortalecimiento de la sociedad civil, ciudadanía activa y democratización.
  • Procesamiento de la historia, formación de la nación y búsqueda de identidad.

Y en los tres casos se trata de educación de adultos.

El proyecto de historia empezó en el Asia Central el año 2002 con la apertura de una oficina de proyectos en Tashkent (Uzbekistán) que continúa activa hasta el día de hoy, si bien con énfasis que se han seguido desarrollando. Al principio se procedió a adaptar los métodos de trabajo con testigos de la época, tomado de Rusia, donde ya desde tiempo atrás se venía trabajando con enfoques adaptados a su vez de Alemania. Lo que a primera vista parece sencillo, ya que desde lejos cabría pensar que las dos regiones, o sea Rusia y Asia Central, son idénticas o por lo menos tienen muchas cosas en común, no resulta en absoluto ser así cuando después se analiza la realidad con mayor precisión. Para su uso en Uzbekistán, donde primero tuvieron lugar todas las actividades, se tuvo que reinterpretar todos los métodos, modificarlos y «cambiarles el embalaje». En ese proceso el cambio de nombre del método «Café Narrativo» (en ruso razgovorny café) por el de «Tetería Narrativa» (en ruso/uzbeco razgovornaya chaikhona) —¡Uzbekistán es un país de té!-— venía a representar la modificación más pequeña. Más allá de eso se trataba de tomar en cuenta factores como mentalidad y forma de pensar, religión y ruralidad, pertenencia étnica y nivel educativo. A continuación, como primer paso, el año 2004 se formó moderadores nativos. Para ello se intentó seleccionar personas «culturalmente híbridas» que conocieran bien las dos culturas, es decir tanto la autóctona como la de los principios y métodos.

Earthquake in Tashkent in 1966

Terremoto de Tashkent de 1966, Fuente: Oficina de proyectos en Tashkent

Luego, el año 2005, cinco organizaciones alemanas llevaron a cabo, por primera vez en Tashkent, una conferencia de un día con repetidos talleres sobre el tema «Historia e identidad: experiencias alemanas y uzbecas». Cada una de las instituciones que participaba en la organización, entre ellas el Goethe-Institut, el Deutsche Akademische Austauschdienst (Servicio Alemán de Intercambio Académico) y la Fundación Friedrich-Ebert, trató el tema general de acuerdo con su respectivo perfil. DVV International, juntamente con la fundación uzbeca Mahalla (Mahalla es un barrio residencial y al mismo tiempo una unidad comunal de autoadministración, tal vez comparable más que nada con el «Kiez» berlinés), empezó a poner en práctica los llamados razgovornye chaikhony. La idea al respecto es que personas mayores, por tanto testigos de la época, se sienten juntos en una atmósfera acogedora, tomando té y plov (una comida centro-asiática hecha con arroz) bajo la conducción de una moderadora formada por DVV International, e intercambien información sobre vivencias personales, es decir sobre su propia historia. Además se invita a representantes de la joven generación que, con sus preguntas, a menudo inusitadas para los testigos de la época, le presten al evento una dinámica adicional y provoquen así un diálogo entre generaciones. Cada chaikhona se lleva a cabo con un tema específico. Los temas son escogidos por los propios participantes (¡un aspecto de suma importancia!). Por lo general son temas de la vida cotidiana, como p.ej. «Casarse antes de los 30 años», o «Mi primer maestro», pero incluyendo también de pasada acontecimientos históricos, como p.ej. «Nuestra Mahalla en tiempos del Glasnost y la Perestroika», los que de esta manera se iluminan desde otro ángulo, el personal.

Tema: El grande terremoto de Tahskent de 1966

Después de las primeras sesiones en torno a ese tema, surgió entre los participantes el deseo de recopilar en un libro las impresionantes historias que se habían ido recordando. Los años 2006 y 2007 DVV International organizó con tal fin, y con el apoyo de nuestra oficina de proyectos en San Petersburgo y de la organización rusa «Obshestvo Snanie Orjel» (Sociedad científica de la ciudad de Oriel, Rusia), dos cursillos de capacitación en los que se facilitó cómo poner por escrito los propios recuerdos de manera que éstos también resulten interesantes para terceros. Fue un proceso largo y difícil, entre otras cosas a causa de las muchas instancias de control por las que obligatoriamente tiene que pasar una publicación en Asia Central, pero a mediados del 2008 pudo entrar el libro en la imprenta, con el título de «El Terremoto de Tashkent de 1966: Recuerdos de testigos de la época».1 La publicación no sólo contiene las mencionadas historias relatadas por los testigos de la época, sino que intenta considerar el acontecimiento histórico en toda su amplitud. Por eso se la completó con artículos de sismólogos, historiadores y conocidas personalidades uzbecas de aquel tiempo.

En la mayor parte de los relatos que contiene el libro se puede percibir sin dificultad el intento de envolver el acontecimiento, en sí mismo trágico, con una luz positiva, de obtener de la tragedia algo positivo: La historia «La bondad de la madre», de Mansura O., nacida en 1943 en Margilan, Ferganatan (Uzbekistán), termina con la afirmación de que «La mayor de las sabidurías es la unidad».2 La autora escribe esto como última frase, como moraleja, como la conclusión final que se saca de los acontecimientos relacionados con el terremoto. ¿Será que un alemán o una alemana podrían también concluir así sus recuerdos de la mayor tragedia alguna vez vivida? ¿Serían en absoluto capaces de relatar así un desastre que ha costado innumerables vidas y que ha dejado sin techo a los habitantes de toda una ciudad? Lo más probable es que no. Y Mansura no es un caso excepcional, Askar Obidov, de la Suzuk Ota de Mahalla, escribe:

«La violencia con que la naturaleza arrastró a nuestros habitantes urbanos unió a la gente, nos hizo misericordiosos, dispuestos a ayudar, solidarios, y nos enseñó que debíamos ayudarnos unos a otros. Ella demostró que la paz en el país, la salud y la tranquilidad constituyen un gran don para los humanos».3

La búsqueda de armonía, de equilibrio, de compañerismo y unidad, está particularmente desarrollada en el Asia Central. A esto se suman otras peculiaridades que se podrían adscribir a una mentalidad específicamente centro-asiática, en este contexto uzbeca. Se puso de manifiesto que, en comparación con sus colegas alemanes o rusos, el participante uzbeco está claramente menos acostumbrado a hablar de su historia personal. En correspondencia con su sociedad de tipo colectivista, la mayor parte de los participantes de avanzada edad, en la primera Tetería Narrativa organizada por nosotros, intentaron siempre pasar de la propia historia a la «historia grande», o presentarse a sí mismos como una partecita que se pierde en un contexto más amplio. Y esto también para obtener aceptación de parte del grupo que los escuchaba, el cual piensa precisamente así y tiende a rechazar cualquier acentuación de la individualidad. En este caso juega seguramente un gran papel, teniendo en cuenta las vivencias que se relataba, el miedo a aparecer como espectador externo. El que está contando en la Tetería convierte automáticamente a los demás participantes en escuchas, es decir que él sale de la masa y asume, aunque sólo sea por breve tiempo, una posición destacada. Esto era y sigue siendo muy difícil para uzbecos mayores y pertenecientes a estratos sociales con escasa educación, y requiere de una larga fase de acostumbramiento con el apoyo de moderadores específicamente formados para ello. También para quienes escuchan, la Tetería demanda algo nuevo, ya que también se tiene que empezar por aprender a escuchar. La costumbre en Uzbekistán, como ya se ha insinuado anteriormente, no es contar públicamente acontecimientos negativos o dolorosos, como tampoco es usual entre varones mostrar francamente los propios sentimientos. Fue necesario preparar de manera especial a nuestros participantes para que pudieran manejar este tipo de expresiones.

En los Cafés Narrativos que se llevó a cabo en Rusia jugó un papel particular-mente importante el diálogo generacional, es decir la conversación entre personas de diferentes generaciones con el fin de desmontar reservas mutuas, evitar conflictos y aprender unos de otros. Precisamente la aplicación de este momento sigue resultando difícil en Uzbekistán hasta el día de hoy, ya que precisamente en este punto parece que se daña tradiciones y costumbres firmemente enraizadas; es decisiva al respecto la tradicional estructura familiar de tipo patriarcal, que tiene a la cabeza al miembro masculino más anciano de la familia y que no prevé un intercambio paritario entre generaciones. Sólo en casos aislados hemos logrado que los jóvenes pregunten con franqueza y que los ancianos puedan escuchar sin reservas. Algunas veces simplemente se les prohibió a los jóvenes el acceso a la Tetería Narrativa, pero también era frecuente que los jóvenes no mostraran por sí mismos ningún interés en participar. Por otra parte resulta problemática la participación de mujeres, que muy rara vez participan en nuestras Teterías Narrativas, y cuando lo hacen es de la manera más sobria; también aquí resulta un obstáculo la comprensión tradicional de los roles.

Uzbek teahouse

Café narrativo uzbeco, Fuente: dvv international

También resultó difícil el poner por escrito los recuerdos, ya sea para una de las numerosas publicaciones de la oficina de proyectos o simplemente para el testigo de la época y su propia familia. Escribir, componer un texto, no es para nuestros testigos uzbecos de la época algo sobreentendido. Para muchos de ellos, a causa de su origen ajeno a la educación, la escritura está poco formada, a diferencia de lo que puede ocurrir, p.ej., en el caso de un jubilado ruso. Tras el final de la Unión Soviética, el idioma ruso pasó a ser una lengua extranjera, es decir que en ese idioma atinan a expresarse cada vez peor. Por lo que hace al idioma uzbeco, sobre todo a su idioma escrito, tampoco son muchos los que lo dominan con un buen nivel, lo que entre otras cosas puede tener también su origen en el hecho de que su grafía cambió cuatro veces en cien años.4 A esto se añade una especie de temor básico, que es resultado de las experiencias soviéticas, a expresar algo personal, que es lo que implica la emisión de cualquier opinión (!), y luego, en el caso del libro de recuerdos, fijarlo por es crito. Por lo general la gente se ha acostumbrado a permanecer en el campo de lo inde terminado sin hacer ningún tipo de afirmaciones definitivas. Incluso quince años des pués de la declaración de independencia esa costumbre va desapare ciendo muy lentamente de la vida uzbeca. Además de todo esto, la cortesía uzbeca manda no herir a nadie con las propias expresiones; lo demasiado personal no res ponde a las expectativas, no es 100 por ciento controlable, y por tanto es preferible evitarlo. El resultado

Otra diferencia decisiva respecto de la aplicación del proyecto en Rusia está en la ausencia de una línea conflictiva en Uzbekistán. Un punto central del proyecto de historia en Rusia era el procesamiento de las experiencias de la guerra mundial y el intento de reconciliación con los enemigos de entonces, los alemanes. Al respecto en Rusia se llevó a cabo encuentros entre veteranos de guerra alemanes y rusos. Para Uzbekistán el aspecto de la reconciliación no tiene tan gran relevancia. Por supuesto que también aquí hay antiguos combatientes del Ejército Rojo, pero en la vida cotidiana de los uzbecos el tema juega un papel subalterno, y ello sobre todo porque el territorio del actual Uzbekistán estuvo a salvo de las acciones bélicas directas. En nuestras Teterías Narrativas uzbecos los temas son «menores» y más «domésticos»: en lo que hace a su alcance se mantienen, con algunas excepciones, en el plano local, a no ser que se plantee una dimensión «soviética» como p.ej. fue el caso de nuestra Tetería Narrativa sobre el tema del Glasnost y la Perestroika.

«Historia e integración regional» – Conferencía y semana de proyectos en el año de 2008

Hasta ahora tuvieron lugar en Tashkent cuatro conferencias comunes sobre el tema «Historia e Identidad». El año 2008 se trató el tema «Historia e Integración Regional». Un tema que a uno no lo hace pensar enseguida en educación de adultos, sino que tiene más bien un carácter de ciencia política. Pero para poder tener éxito en el futuro, en el nivel regional, no sólo se requiere de la voluntad cooperativa de los poderosos sino también la comprensión de las poblaciones residentes y su disponibilidad para una convivencia pacífica. Es aquí donde interviene y realiza su aporte la educación de adultos. Siguiendo esta convicción, DVV International invitó a Tashkent a 20 personas mayores de toda el Asia Central, interesadas en temas históricos, para llevar a cabo por primera vez una Tetería regional, una chaikhona regional. El punto de coincidencia era el pasado común como parte de la URSS, que duró hasta 1991, y por supuesto el interés de saber más cosas acerca de la vida en cada uno de los países vecinos, ahora convertidos en extranjeros. Es así como al principio los temas giraron en torno al pasado común y las diferencias del momento actual, para muchos participantes sorprendentes. En primera instancia se intentó relativizarlo todo, no hablar nada de política y abandonarse ciegamente a la esperanza de que en el futuro todo, también en el sentido de una convivencia regional, andaría bien y mejor. Es decir «armonía centro-asiática» en estado puro, hasta que —de manera totalmente inesperada-— se levantó un antiguo activista de la Mahalla y pidió el micrófono. Dijo que no estaba seguro de que ése fuera el momento adecuado para su corta intervención, ni de que en absoluto tuviera derecho a hablar aquí sobre algo tan personal, y que además venía de tanto tiempo atrás, pero que sentía una necesidad interna de hacerlo. Que sus padres habían sido perseguidos por Stalin. Que él había crecido sin padres en un hogar de niños y que por eso había sido tratado durante toda su infancia como una persona de segunda clase. Silencio, inesperadamente escucha uno, como sobrecogido, las palabras quebradas por el llanto de la persona que está hablando, y uno percibe la cantidad de tragedias no expresadas que flotan en el aire aquí en este país, en esta región en la que ya a los niños se les enseña a no mostrar sus sentimientos y a no manifestarse de manera controversial.

A continuación no ocurre aquí lo que tal vez cabría esperar, no se levantan otros participantes para revelar sus historias, no se produce ningún diálogo sobre lo que se acaba de expresar… pero se crea un extraño ambiente de sincera simpatía y admiración por el narrador. El activista de la Mahalla agradece «educadamente» la atención que se le ha prestado, se limpia dos o tres lágrimas de la mejilla, se sienta y se incorpora nuevamente a la comunidad de la Tetería Narrativa. Se ha descrito este hecho de manera tan «detalladamente literaria» para mostrar con un ejemplo el tipo de reacciones que de cuando en cuando pueden desencadenar estos enfoques de proyecto que aparecen tan simples. Este participante había hablado por primera vez en su vida sobre las circunstancias de su juventud, como le comunicó al autor después del evento.

De manera similarmente exitosa, el último de los tres días que duró la Semana de Proyectos, discurrió la sesión que se llevó a cabo como el «Teatro de la juventud de Uzbekistán». La idea de esta velada teatral surgió, sin ningún tipo de «influencia foránea», en la reunión de testigos de la época para la preparación del libro del terremoto, y lo único que hizo DVV International fue apoyarla y acompañarla. Bajo el título «El terremoto de Tashkent del 26 de abril de 1966. Recuerdos de testigos de la época», hubo un arreglo dramatúrgico de las historias contadas por los testigos de la época. Una presentación de filmaciones y fotografías originales matizada con conocidas canciones de aquel tiempo. La posibilidad que se ofreció a continuación para que los participantes se expresaran libremente fue aprovechada con mucha intensidad y resultó inesperadamente sustanciosa. Entre otras cosas apareció, con el actor Rustam Sagdullaev, el principal intérprete de la película uzbeco-soviética «Ternura», que era de Tashkent y al que ya se daba por muerto, y puso en marcha un proceso de formulación de recuerdos entre los espectadores. Se acuerdan también de que la película «Ternura» no se había presentado hasta entonces en Uzbekistán.

Con un curso de educación permanente para moderadores del proyecto de historia, ofrecido por Vanya Ivanova (DVV International Bulgaria), que con el título «Oral History as a Tool for Better Understanding on the Balkans (La historia oral como herramienta para una mejor comprensión de los Balcanes)» que presentaba a los participantes un enfoque de trabajo histórico en el marco de la resolución de conflictos y la reconciliación en los Balcanes,5 quedaron redondeadas la Conferencia y la Semana de Proyectos.

Proyectos de historia en Kazajstán y en la República Kirguiz

Precisamente las conferencias que tenían lugar cada año y a las que siempre se invitaba también a socios de los otros países centro-asiáticos y de las regiones vecinas, han contribuido a «exportar» la idea del proyecto uzbeco. Es así como el año 2006 tuvo lugar por primera vez, en la capital kazaja, en cooperación con la Academia de Administración Pública, el Goethe-Institut de Alma Ata, la Fundación Friedrich Ebert de Astana, y con la presencia del Presidente de la República de Kazajstán, una conferencia sobre el tema «Migración e identidad nacional». Un tema realmente nuevo, como se pudo apreciar por las reacciones de los participantes en la conferencia, que iban desde «también necesitamos ineludiblemente este tipo proyectos aquí en Kazajstán» hasta «para qué nos tenemos que ocupar de personas viejas, no se saca nada en limpio». Un viaje de unos 20 Km. al campo de concentración estalinista «Alghir», donde vivían y morían sobre todo los hijos y esposas de enemigos del pueblo de la capital soviética que habían sido ejecutados, convenció a la mayor parte de los participantes de cuánto sentido tendría el procesamiento de la historia, también para la gente de Kazajstán: Surgió espontáneamente la idea de darle vida a un proyecto común, ruso y central-asiático, para el mejoramiento de lugares conmemorativos con la colaboración de testigos de la época y el método de la historia oral. Las experiencias alemanas en el manejo de los restos de campos de concentración del Nacionalsocialismo podrían aplicarse aquí provechosamente, ya que muchos de los campos en el territorio de la ex Unión Soviética, en el caso de que todavía hoy sigan siendo reconocibles como tales, hacen sentir la ausencia de un manejo museal.

Esto vale también para el lugar conmemorativo «Ata Beyit »6 (cerca de la capital Bishkek), donde a fines de la década de los treinta el padre del recién fallecido escritor kirguiz Tschingis Aitmatow 7 y otros 136 supuestos enemigos del pueblo fueron ejecutados y enterrados en una fosa común. El sencillo lugar conmemorativo, que consiste en lápidas de piedra grabadas, una barraca a modo de museo y la fosa común, deja al visitante más bien perplejo. El cuartel cercano, hoy utilizado por la guardia nacional del Presidente, por una parte perturba considerablemente el carácter de un lugar conmemorativo, y por otra impide un adecuado manejo museal, ya que el edificio en que tenían lugar las ejecuciones se utiliza hasta ahora como vivienda de los soldados, de manera que resulta inaccesible para el público. Hasta el día de hoy en la república kirguiz no existe —o no existe suficientemente— una sensibilidad real ni una percepción pública de aquellos acontecimientos, y menos aún un procesamiento histórico de los mismos. Nuestra contraparte, la Asociación Kirguiz para la Educación de Adultos,8 una red que ha llegado a reunir a 14 centros de educación de adultos repartidos por todo el país, está llevando a cabo proyectos históricos desde el año 2007. En ellos se ha tematizado en diversos formatos, junto a otros, también los crímenes estalinistas descritos anteriormente. El libro «Taina Tschon Tascha»,9 de la periodista kirguiz Regina Helimskaja, que puso al descubierto los fusilamientos de Ata Beyit y por primera vez los tematizó públicamente, se utiliza aquí como lectura introductoria. Un proyecto futuro para el trabajo de los lugares conmemorativos, como se ha mencionado anteriormente, incluirá una cooperación con ella.

Uzbekistán: Tres nuevos temas para los años de 2009 a 2011

El tema de las represiones estalinistas fue asumido sólo con vacilaciones por DVV International para el procesamiento histórico, a pesar de que por supuesto es particularmente grande el interés precisamente por esas heridas traumáticas insertas en las almas de la población. Como representación de una organización extranjera teníamos miedo de meternos demasiado en un terreno inseguro. Y ello tanto más cuanto que la actitud de los actuales gobiernos del Asia Central respecto de su propio pasado soviético en general, y de manera particular respecto de la era de Stalin, aparecía muy poco clara, por no decir completamente oscura. No se puede perder de vista que muchos gobiernos y sus máximas cabezas han de entenderse bajo el aspecto de la continuidad, lo que no sólo, pero también, significa una continuidad de los cuadros. De ahí que fuera tanto más sorprendente la noticia de que nuestra colaboración con el estatal Museo de Historia de la ciudad Kokand (en la parte uzbeca de Valle de Fergana) había sido autorizado sin ningún problema. También se acomoda a esta imagen la inauguración del Museo de las Víctimas de las Represiones10 en Tashkent, que por lo menos representa un primer comienzo de procesamiento histórico. Por supuesto no se puede pasar por alto el hecho de que el terror estalinista se utiliza una y otra vez como argumento político: Y es que, dependiendo de la «situación metereológica general» reinante en la región, Uzbekistán interpreta la era soviética de su territorio como «opresión colonial» o como «época de oro del progreso», y en consecuencia se maneja cada vez de manera diferente el tema de las represiones, o bien se lo silencia totalmente.

En la conciencia de las personas que ya no pertenecen a la generación directamente afectada no deja de estar este tema inusitadamente presente, como se pone de manifiesto en el ejemplo anteriormente descrito de nuestra Tetería Narrativa de Tashkent. En Kokand se tiene el plan de vincular al (probablemente) único testigo de la época que todavía vive, con la generación joven, reservarle un Foro y procesar con los participantes lo que él cuente. El proyecto mismo se llamaría, siguiendo la voluntad de sus iniciadores nativos, «Los hijos de los reprimidos de Kokand», y procesaría las experiencias de discriminación, exclusión y estigmatización que padecían los hijos y parientes cercanos de los llamados vragi naroda (enemigos del pueblo), para transmitírselas a las generaciones venideras.

Otro proyecto de historia, cuya puesta en práctica está planificada para la fase trienal de proyectos 2009-2011, estará dedicado a otra extensa porción del pasado soviético de Uzbekistán, esta vez no en Valle de Fergana sino en la región de los Arales, que pertenece a la república autónoma de Krakalpakstán.11 Bajo el título «Los hijos del lago Aral», la intención de DVV International, junto con su socio de muchos años, la ONG «La herencia dorada del lago Aral», es considerar esta vez la gran catástrofe del lago Aral desde la perspectiva de los testigos de la época: Los habitantes de Moynoq12 se acuerdan del agua cuando todavía inundaba el puerto de la ciudad, de cuando lentamente fue desapareciendo, y del tiempo posterior, ya sin agua.

Con este proyecto se pretende mostrar que todo acontecimiento histórico tiene una dimensión personal y co-determina un destino personal, que a su vez el con-junto de destinos personales convierten el acontecimiento global en historia, que en el caso ideal lo configuran y determinan en su percepción de largo plazo, y que la historia no se escribe simplemente desde arriba, como ocurre con demasiada frecuencia. De esta manera el proyecto contribuye a un relacionamiento más consciente con el pasado en el proceso de búsqueda de identidad.

Particularmente inusitado resulta el tercer tema «La caída del avión del equipo de fútbol Pachtakor, el 11 de agosto de 1979 .»13 Igual que con el terremoto de 1966 en Tashkent, la caída del avión, y la práctica extinción de todo el equipo de primera división de Tashkent, está entre los grandes momentos dignos de recuerdo del siglo XX uzbeco. Sobre todo las numerosas especulaciones, sospechas y teorías de atentado que han ido proliferando en torno a la desgracia, mantienen el recuerdo vivo hasta el día de hoy. El avión se encontraba de camino a un partido fuera de casa, contra el FC Dynamo de Minsk, y tenía buenas oportunidades de ganar el campeonato soviético; sobre la ciudad ucraniana de Dniprodzerzhynsk el Tupolev 134a chocó con otra aeronave que también se encontraba de camino hacia Minsk. Todos los pasajeros de ambos aparatos, en total 172 personas, perdieron la vida. La tragedia quedó profundamente marcada a fuego en la conciencia colectiva uzbeca.

Los tres temas agrandarán considerablemente el «área de aprovechamiento» del actual proyecto de historia; los nuevos temas y sus respectivos enfoques llegarán a nuevos grupos meta, precisamente también fuera de la ciudad capital, y al mismo tiempo harán posible que los socios y actores ya experimentados pongan a prueba en otros contextos lo que han ido aprendiendo.

Conference “History and Identity”

Conference “History and Identity” Source: DVV International

Instalar en Asia Central un portal semejante para testigos de la época

¿Cuál sería o podría ser la perspectiva de largo plazo de estos proyectos de historia?

En la ya mencionada conferencia sobre «Historia e integración regional», que se celebró en mayo del 2008 en la Universidad Nacional Mirzo Ulugbek, de Tashkent, con el título «Sacar a luz lo que tenemos en común y salvar lo que nos separa: el trabajo con testigos de la época como requisito para un enfoque regional en Asia Central»14 el autor presentó al público especializado la idea de una red regional de historia oral. Para ello hizo referencia, tanto técnica como metodológica, al portal de historia «eines tages»15 de la revista de noticias alemana DER SPIEGEL. Esta oferta de Web interactiva permite que las vivencias y recuerdos de los testigos de la época sean accesibles a una mayor cantidad de público. La idea es instalar, con enfoque regional, un portal semejante para testigos de la época dentro y fuera del Asia Central. Esto podría seguirlo desarrollando, basada en la Web, la red regional de historia oral que de hecho ya existe, si se tiene en cuenta la extensión de los proyectos de historia promovidos por DVV International. De esta manera el trabajo con testigos de la época podría ayudar a sacar a luz lo que se tiene en común y salvar lo que separa. Se trata de un principio imprescindible para una región que por una parte sólo puede sobrevivir junta (véase p.ej. el problema del aprovisionamiento de agua en Asia Central) y que por otra parte se encuentra totalmente aplastada.

En una situación así, de un conflicto latente entre más o menos todos los estados, sólo puede resultar provechoso ponerse a conversar juntos sobre tópicos aparentemente apolíticos y poco problemáticos.

Armenia y Turquía: Construyendo puentes para el diálogo y la comprensión

La oficina regional de DVV International en Tashkent no sólo está encargada del Asia Central sino también del Cáucaso Sur, que abarca los países Armenia, Georgia y Azerbaiján. Por eso en las capitales de esos tres países DVV International mantiene oficinas de proyectos con personal autóctono. Y es que siempre fue un deseo de nuestro trabajo el promover la colaboración de estas dos regiones, muy semejantes en lo que se refiere a su común pasado soviético, y entre tanto bastante diferenciadas en el desarrollo vivido después de 1990. Cabalmente la herencia común, y el diferente relacionamiento con el mismo, hacen muy estimulante, desde nuestro punto de vista, todo lo que pudiera ser aprender unos de otros.

Por eso cada año llevamos a cabo encuentros de representantes de diferentes organizaciones contrapartes de ambas regiones, aprovechamos un equipo compartido de expertos y capacitadores y hacemos intercambios recíprocos. Así surgió la idea de nuestra oficina armenia, y de algunos socios en Yerevan, de hacer que las iniciativas de procesamiento de la historia fueran provechosas para Armenia. El impulso para ello salió de nuestros proyectos uzbecos. Pero muy rápidamente quedó claro que precisamente las experiencias de DVV International en los Balcanes, donde se trata de procesamiento de la historia y de reconciliación, son particularmente adecuadas para el contexto armenio, ya que —tanto aquí como allá-— los conflictos existentes se basan en una historia entendida e instrumentalizada de manera controversial. Esto vale de manera especial para el conflicto armenio-turco, que gira en torno a la interpretación y clasificación histórica del asesinato masivo de población de origen armenio, en la actual Anatolia Oriental, por los Jóvenes Turcos (1915 a 1917). Estrechamente relacionado con esto está también el conflicto armenio-azerbaijano que desembocó en la guerra de Bergkarabach (1992-94) y que todavía hoy sigue sin resolver.16

En este contexto se planteó la cuestión de hasta qué punto puede ser eficaz aquí la educación de adultos, hasta qué punto estamos aquí ante un conflicto político que ha sido provocado por políticos y que por tanto sólo puede ser resuelto por ellos y en «su» nivel. La respuesta es que la educación de adultos puede ayudar a desmontar prejui cios y estereotipos, lo que por lo menos en el nivel de la convivencia de los grupos poblacionales interesados puede tener efectos en términos de reducción del nivel conflictivo, e incluso de reconciliación. Que esto puede funcionar y que tiene un efectivo éxito «mensurable» lo prueban nuestras actividades de proyectos en los Balcanes y en la Federación Rusa, que sin lugar a dudas contenían también un principio de reconciliación.

Publication about the Earthquake published by DVV International in Tashkent

 

 

 

 

DVV International: Publicación sobre el terremoto de 1966 en Tashkent

 

 

 

 

En octubre del 2007 tuvieron lugar en Yerevan las Jornadas Armenias de Educación de Adultos; parte del evento era la conferencia «Educación de adultos y diálogo intercultural en la encrucijada del milenio» (Adult Education and Intercultural Dialogue at the Crossroads of the Millenium). Para este acontecimiento nuestra oficina de proyectos invitó por primera vez también a un representante turco: el Profesor Dog?u Ergil, del Departamento de Comportamiento Político de la Universidad de Ankara, pronunció una conferencia sobre el tema «Historia común, identidad particular» (Common History, Particular Identity) que despertó gran atención y provocó una viva discusión en el auditorio armenio. Hasta hoy apenas existen contactos entre los dos países enemistados, de manera que su presencia era ya de por sí una pequeña sensación. Esta especie de experimento —que no era otra cosa, puesto que en absoluto se podía calcular cómo reaccionarían los participantes armenios ante el profesor turco y sus tesis-— resultó más que exitoso y nos dio ánimos para llevar a cabo el año 2008 una iniciativa propia sobre el tema turco-armenio. De ahí que, desde el 6 hasta el 10 de noviembre del 2008, tuvo lugar en Yerevan el taller común «Historia e Identidad: construyendo puentes para el diálogo y la comprensión» (History and Identity: Building Bridges for Dialogue and Understanding) bajo la conducción de Vanya Ivanovna, con la participación de científicos turcos y armenios.

La idea, además de un primer conocimiento mutuo, era elaborar perfiles de proyectos compartidos para una futura y más amplia cooperación. Que no se podía esperar que ésta fuera una empresa necesariamente fácil, fue algo que se incorporó en la planificación de la iniciativa. Como no podía ser de otra manera, las discusiones giraron sobre todo en torno a la valoración, desde el punto de vista de derechos de los pueblos, de los sucesos criminales de 1915-17, vale decir en torno a la cuestión de si aquéllos podrían o no clasificarse como genocidio. Naturalmente no era posible clarificar esta cuestión en nuestro seminario, sin embargo sí se logró encontrar un lenguaje común, en parte por la vía de poner entre paréntesis determinados aspectos controversiales. En total fue posible que los participantes en el seminario llegaran a elaborar cuatro propuestas de proyectos:

  1. Realización de un campamento de verano compartido para jóvenes adultos de Turquía y Armenia.
  2. Elaboración de un libro de historia a partir de principios comunes para la historiación del siglo XX (Título del trabajo: «Compartiendo una historia común» [Sharing Common History])
  3. Organización de una investigación acerca de la formación de prejuicios mutuos entre jóvenes adultos en Turquía y en Armenia.
  4. Realización de un proyecto de entrevistas y testigos de la época en Anatolia Oriental y Armenia.

Por el momento éstas son todavía ideas; si se las podrá realmente aplicar así, y en qué medida, es algo que depende no sólo de la disponibilidad de recursos suficientes, sino también y de manera especial de la voluntad que tengan los interesados de proseguir el camino del diálogo que se inició en el taller. Por lo que hace a DVV International, se siente reflejada sobre todo en las iniciativas que se refieren al trabajo con testigos de la época, de manera que surgió la idea de combinar las ideas de los proyectos 1 y 4, es decir ofrecer un campamento de verano para jóvenes adultos de ambos países sobre el tema historia oral y trabajo con testigos de la época. La idea es equipar a los participantes con una comprensión básica de los métodos de la historia oral, y luego procesar conjuntamente pequeños enfoques de proyectos con testigos de la época que después puedan ser replicados en los respectivos países. Una valoración de estos mini-proyec tos debería darse el año siguiente en un segundo campamento de verano en Turquía. Para ello se piensa en sostener entrevistas con ciudadanas y ciudadanos mayores tanto de Turquía como de Armenia acerca de las relaciones armenio-turcas (en el más amplio sentido de la palabra). Los resultados, es decir la recopilación de historias de los testigos de la época, se resumirían después, el segundo año, en una pequeña publicación. Con este fin se pudo ya identificar a etnólogos de la Universidad Sabanci de Estambul y de la Academia de Ciencias de Yerevan que, apoyados por capacitadores de DVV International, podrían aportar los necesarios insumos (input).

El filósofo y teólogo danés Sören Kierkegaard dijo una vez:

«La vida ciertamente se vive hacia delante, pero sólo se entiende hacia atrás».17

Si con sus proyectos de historia DVV International puede ayudar a promover esta forma de pensar, y animar a la gente a interesarse de manera más consciente por esta forma de pensar, estas iniciativas han alcanzado su objetivo, y contribuyen por tanto a una más lograda formación del estado nacional y de la integración regional (no sólo en el Asia Central).

Armenian-Turkish Workshop

 

 

 

 

 

Taller turco-armenio Source: DVV International

 

 

 

 

Notas

1 Se puede obtener gratuitamente la publicación en info@dvv-international.uz
2 Günther, Klingenberg, Krumm, Ryssel (Eds.): Geschichte und Identität II: Usbekistan und Deutschland im 20. Jhdt. (Historia e Identidad II: Uzbekistán y Alemania en el siglo XX). Tashkent 2007, Pág. 142.
3 Klingenberg (Ed.): Taschkenter Erdbeben 1966. Erinnerungen von Zeitzeugen (El Terremoto de Tashkent de 1966. Recuerdos de testigos de la época). Tashkent 2008, Pág. 129.
4 A comienzos del siglo XX se escribía el uzbeco con caracteres árabes, después con latinos, después con cirílicos, y después de la independencia otra vez con latinos. Actualmente se puede observar, en el uso cotidiano, un retorno a la escritura cirílica.
5 Véase también al respecto la página Web del proyecto: www.historyproject.dvv-international.org
6 «Tumba de nuestros padres», en idioma kirguiz.
7 El propio Tschingis Aitmatow, que murió el 10 de junio de 2008 en Nürnberg, está ahora enterrado también en Ata Beyit, junto a su padre.
8 Más detalles en: www.nst.dvv-international.uz/contacts_kaov.html
9 Helimskaja, Regina: Taina Tschon Tascha (El secreto de la colina), Bishkek, 1994.
10 Véase también a este respecto: www.ce-review.org/02/5a/CER-museumJB.html
11 Se trata de una república parcial, con 160.000 kilómetros cuadrados que de hecho es poco autónoma y es parte de la federación estatal uzbeca. El grupo étnico de los karakalpacos está en la práctica más cerca, sobre todo en lo que se refiere al idioma, de la cultura kazaja que de la uzbeca. La región padece intensamente por el proceso de desecación del lago Aral y sus consecuencias (p.ej. la salinización). Véase también: karakalpak.homestead.com y/o en.wikipedia.org/wiki/Karakalpakstan
12 Cf. también en.wikipedia.org/wiki/Moynaq
13 Ver al respecto: www.ferghana.ru/article.php (en idioma ruso).
14 Klingenberg, Matthias: Neue internetgestützte Angebote der Zeitzeugenarbeit in Deutschland. Zum Beispiel die Onlineplattform eintages.de des Nachrichtenmagazins Der SPIEGEL (Nueva oferta, basada en Internet, del trabajo con testigos de la época en Alemania. Por ejemplo la plataforma on-line eintages.de la revista noticiosa Der Spiegel), en: Bomsdorf, Günther, Hussner, Inomjonov, Klingenberg, Lapins (Eds.): Geschichte und Identität IV: Regionale Integration und Geschichte (Historia e Identidad IV: Integración regional e historia). Tashkent 2008, Pág. 142ss.
15 Cf. einestages.spiegel.de/page/Home.html
16 El 12 de mayo de 1994 entró en vigor un acuerdo de alto el fuego. En el curso de la guerra las tropas de la república Bergkarabach, conjuntamente con el ejército armenio, pudieron llegar a controlar grandes partes de la región reclamada por Bergkarabach. En la guerra, y en los enfrentamientos previos, murieron un total de 40 mil personas, mientras alrededor de un millón fueron desplazadas.
17 Sören Kirkegaard: Diarios 1834 –1855, (Die Tagebücher 1834-1855, Munich1949).

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