Timote Masima Vaioleti

Para pueblos como el tongano, el acto de plantar las semillas y cosechar los frutos significa estar en armonía con la naturaleza y con los dioses, que regulan el proceso enviando lluvias suficientes en la época adecuada, y proporcionando una adecuada dosis de luz solar que ayuda al desarrollo de las plantas, en un ciclo vital que se repite año tras año. La escasez de lluvias es un signo de que la armonía entre el ser humano y los dioses ha sido perturbada, aunque a menudo las personas son capaces de apaciguar a los dioses y restablecer la armonía de la naturaleza. Sin embargo, ahora que la naturaleza parece encontrarse en un estado de permanente desequilibrio, las personas se sienten desconcertadas, por lo que a la educación le corresponde encontrar nuevas vías para ayudarles a comprender este cambio en las condiciones y a afrontar la situación. Timote Masima Vaioleti, presidenta de la Fundación Benéfica de Educación para Pueblos Indígenas Maoríes y del Pacífico (Indigenous Maori and Pacific Education Charitable Trust – IMPAECT) en Nueva Zelanda, describe este desafío.

El futuro del kahokaho, ‘ufi de Dios y de los dioses, está en las manos de la gente

Hacia fines de 2010 y comienzos de 2011, sostuve un talanoa1 con diversos habitantes del reino de tonga sobre el impacto que un ambiente en permanente cambio produce en diversos aspectos de su vida. en este artículo se reúnen esos talanoas y conversaciones que en particular giran en torno al ‘ufi (ñame), una planta alimenticia que reviste una enorme importancia para el bienestar emocional, espiritual y económico del pueblo tongano. Sus historias acerca de la plantación, el cultivo y la cosecha están imbuidas de la historia, la mitología y la espiritualidad propias de la identidad tongana.

El ciclo de vida anual del ‘ufi incluye la fertilización del lecho de siembra, la plantación, el mantenimiento, la cosecha, el almacenamiento, y la producción de plántulas. cada una de las etapas de todo el ciclo requiere una enorme dosis de atención, dedicación, paciencia y delicadeza, además de un alto grado de intuición o sensación de unidad con la naturaleza y las aptitudes. ello se debe a que cada etapa del crecimiento de la planta es congruente con temporadas que dependen de las condiciones ambientales estacionales, incluidas las precipitaciones, la intensidad de la luz solar y la humedad tanto diurna como nocturna. Quisiera compartir una historia sobre los potenciales efectos negativos que las minúsculas alteraciones provocadas por el actual fenómeno de cambio climático tienen en el crecimiento del ‘ufi, y sus posibles repercusiones espirituales en la población tongana.

Tonga es un archipiélago situado en el océano Pacífico Sur. comprende 176 islas, en su mayoría de poca altitud, dispersas en una extensión de 700.000 km2 de océano, y forma parte del así llamado cinturón de Fuego del Pacífico. Por este motivo, se trata de una región sumamente sensible a los cambios climáticos, tsunamis, huracanes y erupciones volcánicas. tonga, que se cuenta entre las más antiguas comunidades polinésicas, nunca fue colonizada formalmente. este país, reconocido por la influencia política y espiritual que en el pasado ejerció en la región, se extiende sobre una superficie de aproximadamente 800 kilómetros a lo largo de una línea imaginaria que recorre de norte a sur, situada a un tercio del trayecto entre nueva zelanda y Hawái.

Por lo general, en tonga predomina una cultura de subsistencia, que depende en gran medida de la abundancia de productos de la naturaleza. Los alimentos son recolectados diariamente del mar o de sus pródigas tierras, y las sólidas unidades familiares satisfacen otras necesidades básicas. Los bienes materiales y las frivolidades en que la mayoría de los occidentales gastan sus ingresos disponibles simplemente no existen en tonga. La moneda tongana es el pa’anga, pero ciertos tapices hechos a mano llamados ngatu (conocidos en otras partes como tapa), al igual que el ‘ufi, conservan su validez como medio de pago y como signo de patrimonio, principalmente en la población femenina.

El reino de tonga se encuentra en la zona horaria más oriental, desde donde primero se divisa la salida del sol, y al final del día sus habitantes son los primeros en presenciar el ocaso. este hecho, al igual que la variabilidad del clima, no revisten mayor importancia para los pobladores locales. Sin embargo, ellos poseen la sagacidad para percibir las diferencias y los cambios en su fértil territorio, en la producción de alimentos y en las condiciones de pesca. tonga, junto con otros pequeños estados del Pacífico, es la primera región en percibir los efectos del aumento del nivel del mar y los progresivos cambios en su entorno y su estilo de vida.

Como pobladores autóctonos de estas islas, los tonganos basan espiritualmente su fe en las antiguas prácticas religiosas del pasado. La mayoría de los actuales habitantes profesan la fe cristiana. no obstante, si nos detenemos a analizar el fundamento de sus actividades culturales, no necesitaremos ahondar demasiado para descubrir que su creencia se basa en el deber de servir y agradar a sus antepasados, en el mundo espiritual y en dios o en varias divinidades del pasado. Según sus relatos tradicionales, una vez muertos, los jefes ancestrales se dirigen a Pulotu, un lugar en el inframundo. desde allí cuidan de los vivos, y algunos incluso han llegado a transformarse en santos patrones de algunos oficios, familias o personas. así pues, lo sobrenatural sigue ocupando el pensamiento de los tonganos e interviene en su vida actual. Las necesidades cotidianas más importantes para las relaciones culturales provienen del inframundo.

En un pasado remoto, el fuego fue considerado un bien preciado, un don traído desde Pulotu. al igual que en otras naciones del Pacífico, la guirnalda de flores ocupa un lugar especial en la cultura tongana. el color de la guirnalda, la composición de las flores, su disposición y la manera en que se entrelazan requieren la destreza propia de un especialista. colocadas en lugares destacados alrededor de la guirnalda, las flores son dispuestas en ramilletes para realzar su protagonismo, y por lo general se las coloca al centro de cada ramillete. entre las flores más apreciadas se encuentra la heilala. La heilala fue traída desde el inframundo (el mundo de los espíritus), situación similar a la del ‘ufi, una planta principalmente alimenticia que también proviene de ese lugar. el ‘ufi es objeto de intercambios culturales y económicos, además de ser empleado por los tonganos para propiciar favores de los espíritus ante necesidades cotidianas.

El ‘ufi se planta al interior de un montículo muy semejante al túmulo bajo el cual está enterrado un jefe de alto nivel. este montículo moldeado a mano permite que, al caer la lluvia, el agua se escurra lejos de la raíz de la planta, evitándose así que se pudra.

 

 

Recolección de ‘ufis
Fuente: Timote Masima Vaioleti

Al tener una consistencia poco compacta, el montículo permite que la plántula se mantenga aireada y reciba la cantidad adecuada de calor solar. cuando el brote de un nuevo ‘ufi logra abrirse paso hasta asomarse en la cima del montículo, se eleva hacia el cielo siguiendo una trayectoria sinuosa semejante a la de una solitaria y densa columna de humo, cual si se tratase de un espíritu surgiendo desde la tumba. al cabo de algunos días las hojas brotan del tallo retorcido, y cuando éste ya no es capaz de soportar su peso cae hacia un lado del montículo y luego se desliza por su ladera hasta alejarse de él para encontrarse y entrelazarse con otros ‘ufi de la plantación.

el componente más codiciado es la raíz. a medida que el ‘ufi se desarrolla, la raíz se va transformando en un tubérculo independiente con forma de tubo alargado que crece hacia abajo en el terreno que subyace al montículo y penetra profundamente en el sustrato a través de un hueco cavado previamente y rellenado con una capa poco compacta de tierra fértil y de buena calidad. el tubérculo del ‘ufi es un preciado alimento que se emplea para el intercambio cultural, que se entrega como regalo a personas de alto rango o se ofrenda como tributo a dios

O a los dioses. La variedad más majestuosa y de tallo más largo y esbelto es el kahokaho, que llega a alcanzar alrededor de dos metros. el kahokaho es una de las variedades más apreciadas de ‘ufi, si no la más estimada. el kahokaho es muy difícil de cultivar y a menudo se le denomina ‘ufi fie’ eiki (características asociadas a jefes que son intolerantes, impacientes, confrontacionales e impredecibles, y cuya actitud se basa en el orgullo). La técnica para plantarlo, mantenerlo y cosecharlo requiere un uso intensivo de mano de obra y un alto grado de atención. Las plántulas del ‘ufi propiamente tal se obtienen a partir del cuerpo (tubérculo), que es su parte comestible. Para obtener una plántula, el tubérculo de ‘ufi que mejor cumpla con las normas de calidad es seccionado longitudinalmente en porciones cilíndricas de 15 a 20 cm., las que a su vez vuelven a ser cortadas longitudinalmente por la mitad dando origen a dos plántulas. Las plántulas son apiladas estratégicamente en una concavidad de uno a dos metros de diámetro adecuadamente dispuesta en la tierra, para permitir que el aire circule por los espacios existentes entre ellas. Las plántulas están separadas entre sí para que puedan surgir nuevos brotes en los espacios libres; luego se les cubre con hojas y tierra suelta hasta formar un domo, bajo el cual permanecen por alrededor de dos a tres semanas, dependiendo del clima. Posteriormente los brotes deberían abrirse paso hasta asomar por la superficie del montículo, un indicio de que ya están listos para ser plantados. una vez más, ello dependerá de la época y del efecto estacional. La elección de la época adecuada es un factor esencial: según ana Veilangilala Huni, una reconocida cultivadora de ‘ufi y especialista en la materia, el período recomendado para plantar es alrededor de julio y agosto, y no más tarde que septiembre.

Lo anterior obedece a dos razones fundamentales. en primer lugar, el contenido de humedad de los tubérculos de ‘ufi, que por lo general son cosechados entre fines de enero y marzo, se encuentra en el nivel adecuado (bajo). el ‘ufi es almacenado a la sombra y expuesto a una gran cantidad de luz y aire durante un período que se estima suficiente para que pierda su contenido de humedad y cree resistencia a la putrefacción. esta última es una condición de gran importancia cuando las plántulas permanecen durante dos semanas en el subsuelo de la concavidad practicada en la tierra. el otro motivo tiene que ver con las condiciones climáticas locales en julio y agosto, pues en esa época se registran las temperaturas y el contenido de humedad apropiados para que las plántulas se desarrollen con vitalidad.

Para preparar el lecho de siembra del ‘ufi se requiere cavar un agujero de 30 cm2 con una profundidad ideal de 1,5 a 2 metros en un suelo fértil (de preferencia virgen). La tarea, que se realiza solo a mano, puede tardar entre 30 y 45 minutos por cada agujero. al plantar el ‘ufi, el agujero recién cavado se rellena hasta el borde con tierra suelta. Las plántulas de ‘ufi (pulopula), que ahora tienen brotes de tallos jóvenes y hojas, son colocadas en la superficie del agujero rellenado y el brote dominante se alinea con la cavidad rellenada.

Un año en que se producen el mencionado kahokaho y otras variedades es considerado un buen año y un indicio de que quienes controlan la naturaleza y el ambiente están complacidos con las buenas acciones de los habitantes. Los ejemplares más saludables, más perfectos —y a menudo los más desarrollados— de ‘ufi les son entregados al (o a la) representante de dios o de los dioses en la comunidad (a la mujer de mayor jerarquía al interior de una familia extendida, a un jefe o a un noble; aunque actualmente en la mayoría de los casos se trata de un ministro de la iglesia) como un tributo y una manera de solicitar la bendición espiritual y la persistencia de las buenas cosechas.

Cuando aún vivía, mi padre me contó que al plantar cada ‘ufi se reza una oración especial. de hecho, cuando se plantan otras especies alimenticias se rezan determinadas oraciones apropiadas para la ocasión. Si las ceremonias se han realizado como es debido, entonces la cosecha de ‘ufis saludables será un indicio de que dios o los dioses están complacidos con los servicios que el pueblo les ha prestado a ellos o a sus representantes en este mundo. esa certeza es fundamental para la riqueza espiritual, emocional, cultural y económica del pueblo tongano.

Cuando la cosecha del ‘ufi es insuficiente a pesar de haberse realizado todas las ceremonias necesarias en la época adecuada del año y en condiciones ambientales favorables, ello es visto como una señal de que los seres sobrenaturales e incluso dios o los dioses no han visto con buenos ojos las acciones de quienes habitan en el mundo terrenal. esa sensación puede durar un año o hasta que la cosecha de ‘ufi y las ofrendas a dios o a los dioses sean suficientes en cuanto a cantidad y calidad. cuando se dan esas condiciones adversas, los habitantes locales se culpan a sí mismos. esta carga espiritual y mental puede generar un sentimiento de culpa y la sensación de haber sido abandonados por dios o por los dioses y, posiblemente, por sus propios antepasados. Para una población holística y colectivista, lo anterior representa una opresiva y penosa preocupación, ya que la escasez de alimentos impone otra carga que viene a sumarse a la vergüenza que ya experimentan los habitantes locales.

Si se logra vender, el kahokaho alcanza el precio más alto y conveniente. Para un tongano, el sabor y la calidad de este producto no tienen comparación. en la época anterior a la colonización, el ‘ufi era el elemento central del ‘Inasi, una festividad en la que se ofrendaban los primeros frutos a Hikule’o, una deidad femenina, suma sacerdotisa y guardiana de las puertas del inframundo. a ella se le solicitaban favores, entre ellos un buena cosecha del ‘ufi —una planta que originalmente provino del inframundo— y la protección de sus parientes fallecidos que permanecen en el mundo espiritual.

El ‘Inasi era también una especie de festival de la fertilidad. Se ofrendaban a Hikule’o largos y esbeltos ejemplares de kahokaho, y si estos eran del agrado de la diosa ella los acogía en su fértil cuerpo,2 volviéndose fructífera y muy prolífica, por lo que durante el próximo año la cosecha de ‘ufi y de otros productos alimenticios iba a ser abundante.

Uno podría preguntarse qué tiene que ver lo anterior con asuntos ambientales y con un mundo afectado por el cambio climático. bueno, como señaló anteriormente ‘ana Veilangilala Huni, el momento adecuado para cada etapa de plantación, cultivo, cosecha y almacenamiento depende de las condiciones naturales (medidas de manera natural según meses y época del año). Lo que me ha quedado absolutamente claro tras mis intercambios con ‘ana es que el cultivo del ‘ufi está determinado en gran medida por ciertos equilibrios en cuanto a contenido de humedad, luz solar, precipitaciones, condiciones del suelo, como también por el grado de satisfacción de los antepasados y de dios o de los dioses con las acciones de quienes pueblan las tierras. así pues, a medida que se han producido cambios ambientales la cosecha de ‘ufi parece haberse ido tornando cada vez más escasa. Lamentablemente, estas pobres cosechas se han estado convirtiendo en un fenómeno frecuente durante los últimos años.

Los investigadores y los científicos especializados en el cambio climático tienden a explicar de manera positivista las alteraciones en las estaciones, en el nivel del mar y en las condiciones de cultivo de plantas alimenticias y dan por sentado que su mensaje tiene sentido. estos argumentos solo pueden resultar parcialmente satisfactorios para los tonganos, quienes son religiosos en la forma cristiana moderna y espirituales a la antigua usanza. Para que resulten eficaces los esfuerzos de la comunidad científica y académica por crear conciencia en las comunidades aborígenes y por ayudarles a afrontar los efectos negativos de un mundo afectado por el cambio climático es necesario que los especialistas comprendan que la espiritualidad es un elemento omnipresente en la cultura de los pueblos autóctonos, en este caso de los tonganos. estas percepciones pueden servir como referencia para sus metodologías de investigación, para sus informes, y para su manera de comunicarse y relacionarse ya sea con los habitantes locales, ya sea con sus propios patrocinadores o proveedores de fondos.

Por tanto, con la ayuda de la educación de adultos es posible plantearles a los habitantes locales otras explicaciones que van más allá del razonamiento científico, empleando conceptos que les resulten inteligibles. al dárseles a conocer a los habitantes locales diversas percepciones y razones alternativas que explican los cambios en el clima y en las condiciones ambientales para cultivar el altamente sensible ‘ufi, se les ofrece la oportunidad de pensar de manera distinta para no seguir culpándose a sí mismos por haber contrariado a los residentes en mundo espiritual provocando una perdurable racha de malas cosechas de kahokaho. La aplicación de enfoques planificados basados en la educación de adultos debería dar como resultado una nutrida generación de alumnos con una visión alternativa en cuanto a que la disminución cualitativa y cuantitativa de su sensible especie de ‘ufi obedece más que nada a fenómenos causados por el hombre en comunidades y países muy distantes de sus islas.

 

 

Cultivo de ‘ufis
Fuente: Timote Masima Vaioleti

La educación para el desarrollo sostenible (EDS) es un enfoque que, en primer lugar, puede ayudarles a los tonganos a liberarse del cargo de conciencia de haber cometido una mala acción cuando los efectos negativos de un mundo afectado por el cambio climático se dejan sentir en sus medios de subsistencia. en segundo lugar, puede ayudarles a estudiar los cambios en los patrones meteorológicos para así adaptar la programación de las distintas etapas de siembra, plantación, cosecha y almacenamiento del ‘ufi. el tercer beneficio de la EDS es que les proporcionará conocimientos y estrategias que podrán usar para exponer sus perspectivas y cabildear ante sus autoridades locales en favor del cambio. tarde o temprano, gracias a una adecuada educación (de adultos), los habitantes locales podrán movilizarse para plantear sus argumentos ante organizaciones y países capaces de promover medidas que logren revertir los cambios negativos en los patrones climáticos a nivel mundial. estas iniciativas pueden permitir mejorar las exiguas cosechas de ‘ufi.

Conclusión

Los tonganos mantienen un estrecho vínculo con la naturaleza, y la mayoría de las personas con las que me relacioné en talanoa se habían percatado de que el clima resulta menos predecible y de que el nivel del mar parece estar subiendo. Sin embargo, muchos tonganos no estaban familiarizados con el concepto de un mundo afectado por el cambio climático, situación que probablemente cambiará dentro de poco. Pues tal como la salida y la puesta del sol que los tonganos presencian cada día antes que los habitantes de cualquier otra región del mundo, el cambio climático seguirá afectando en primer lugar a tonga y a otros pequeños estados insulares. Y a diferencia del ritmo pausado que caracteriza la mayoría de los negocios y las actividades en tonga, el cambio climático a nivel mundial debe ser afrontado con urgencia y rapidez.

Existe la posibilidad de que la propia nación tongana reciba la asistencia de ASPBAE y su EDS en la elaboración de un programa de educación que entregue información a los habitantes autóctonos de todas las pequeñas naciones del Pacífico. en él se puede incluir la educación sobre la realidad de un mundo con un clima en constante cambio, al igual que estrategias de promoción para afrontar las transformaciones y hacer un llamamiento a aquellos a quienes les cabe alguna responsabilidad en el cambio climático que actualmente afecta sus mares, su tierra y la producción de ‘ufi necesaria para su bienestar integral.

Notas

1 Se trata de una modalidad tradicional (propia de tonga, Samoa, Fiji y niue) de conversar, dialogar e intercambiar puntos de vista, que se rige por un protocolo contextual y una ética. recientemente, el talanoa ha sido convertido en una Metodología de investigación de la zona del Pacífico.
2 Hikule’o era representada físicamente por la fonua, término que puede incluir la tierra, el mar, el medio ambiente, la gente y todas las entidades que los habitan.

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