Completar la tarea: ¿qué ocurre realmente después de que se aprueba un plan de acción internacional?

John Aitchison
Especialista en educación, Sudáfrica

 

 

 


Resumen
– La Sexta Conferencia Internacional sobre Educación de Adultos (CONFINTEA VI), celebrada en Belém, Brasil, en diciembre de 2009, aprobó el Marco de Acción de Belém (UNESCO 2009b), destinado a orientar y revitalizar la educación de adultos en el mundo. Entre las actividades de seguimiento pueden mencionarse reuniones regionales de especialistas en educación de adultos, como la que tuvo lugar en Cabo Verde a fines de 2012, en la cual se analizaron progresos y ejemplos en materia de buenas prácticas en el continente africano, y se aprobó un plan de acción para ayudar a poner en práctica el Marco de Acción de Belém.

Como preámbulo a la CONFINTEA VI, los participantes africanos en la Conferencia del África Subsahariana, celebrada en Nairobi, habían hecho especial hincapié en la combinación de esfuerzos para impartir educación a jóvenes y a adultos (UNESCO 2009a), y uno de los trabajos presentados en Cabo Verde consistía en un estudio sobre educación de jóvenes y adultos en cinco países llevado a cabo en 2011 y 2012 en los siguientes miembros de la Comunidad de Desarrollo de África Meridional: Angola, Lesoto, Mozambique, Namibia y Suazilandia. La urgente necesidad de elaborar políticas que atendieran a las necesidades de los jóvenes quedó patentemente corroborada por los resultados de este estudio.
 



Respóndanme a la siguiente pregunta: ¿qué tienen en común Angola, Lesoto, Mozambique, Namibia y Suazilandia?

Si contestaron que todos esos países están ubicados en África Meridional estarían en lo correcto, pero solo parcialmente.

Estos cinco países fueron escogidos como objetos de investigación. La misión consistía en averiguar lo que había ocurrido con la implementación del Marco de Acción de Belém, el cual había sido aprobado durante la Sexta Conferencia Internacional de Educación de Adultos (CONFINTEA VI). El estudio de investigación fue financiado por la Iniciativa Abierta de la Sociedad para África Meridional (Open Society Initiative for Southern Africa – OSISA), y respaldada por DVV International. El estudio fue concebido con el deliberado objetivo de trazar un mapa del camino recorrido desde la CONFINTEA VI. La tarea consistía en generar informes sobre cada país que fueran fácilmente utilizables y estuvieran al alcance de todos, al igual que un informe general resumido que incluyera recomendaciones sobre caminos a seguir, lo mismo que modelos y patrones para recopilación y análisis de datos.

En cada país se identificó a uno o a varios investigadores, quienes contaron con el apoyo de una ONG anfitriona local que los asesoró en los preparativos prácticos. Estos investigadores analizaron la legislación, las políticas y los marcos institucionales que regulaban el sector, como asimismo las fuentes de financiación. También identificaron a los actores e interlocutores clave. En sus conclusiones realzaron el hecho de que el sector educativo falta a su deber de atender a las necesidades de jóvenes que acaban careciendo de aptitudes y de perspectivas de futuro. Todos los investigadores (y representantes de las organizaciones anfitrionas) celebraron reuniones regionales de investigación. Asimismo, se llevaron a cabo verificaciones por país y talleres para la elaboración de informes. Por otra parte, en agosto de 2012 tuvo lugar una mesa redonda de alto nivel y una sesión de presentación de informes. 

Dicho estudio se concentró en “la educación de jóvenes y adultos”. La definición incluyó a “todas las modalidades de educación y formación para adultos y jóvenes no escolarizados (entre ellas la educación no formal y la enseñanza informal) que no forman parte del sistema regular de escuelas, institutos superiores de comercio, en señanza técnica y formación o educación superior al que los niños y niñas entran a los 6 ó 7 años y del cual salen entre los 15 y 17 años o poco después de cumplir 20 años”.

Cabe observar que los investigadores propugnan el uso de una terminología estandarizada y reconocida internacionalmente como una manera de evitar una percepción restrictiva de la “educación de adultos” observada en gran parte de África, según la cual ella solo se refiere a la alfabetización y la educación básica de adultos, amén del confuso empleo del término “educación no formal” para aludir a la educación de equivalencia escolar.

El perfil de nivel educativo

Un punto de partida para analizar la situación de la educación de jóvenes y adultos en estos países fue el reconocimiento de que todos ellos presentaban “un perfil de nivel educativo” que es típico de países pobres en vías de desarrollo. En él se incluye una mayoría de la población que solo cuenta con educación primaria, un porcentaje muy reducido que posee formación secundaria y una ínfima minoría que ha recibido educación postsecundaria.

“Más de la mitad de los niños y niñas de África Meridional inscritos en el primer grado no logra llegar a la enseñanza secundaria.”

Si comparamos el perfil anterior con el de sociedades desarrolladas, nos encontraremos con que en estas últimas la mayoría de la población ha cursado estudios secundarios o postsecundarios. En las economías modernas se exige que las personas cuenten por lo menos con educación secundaria, y es cada vez más frecuente el requisito de poseer estudios y formación postsecundarios. Es así como en las economías modernas las posibilidades de empleo para personas que solo cuentan con educación primaria o primaria incompleta son muy limitadas, lo cual nos conduce al enojoso problema de los ni-ni.

El auge de los ni-ni

Más de la mitad de los niños y niñas de África Meridional inscritos en el primer grado no logra llegar a la enseñanza secundaria. Muchos desertan incluso antes de completar la formación primaria y algunos ni siquiera tienen la oportunidad de inscribirse. La tasa de desempleo es alta, lo cual se traduce en una gran cantidad de jóvenes que no estudian, ni trabajan ni se están capacitando, por lo que en el discurso de los especialistas en formación y educación ya es habitual el uso de un nuevo término, ni-ni, que se refiere a personas que ni estudian ni trabajan. En África Meridional (y de hecho en la mayor parte del África Subsahariana), ser un ni-ni es el sino de la mayoría de quienes abandonan la escuela. Recientemente, un alto funcionario del Banco Mundial que trabaja en África Oriental, el Dr. Chunlin Zhang, le advirtió al Gobierno de Sudáfrica que la gran cantidad de jóvenes desempleados, sin educación ni capacitación había pasado a transformarse en el problema más acuciante para ese país (Creamer, 2013). El hecho de que alrededor del 70% de los casi 5 millones de sudafricanos que en la actualidad están desempleados fueran jóvenes lo comparó con una “hemorragia” que requería una intervención radical para ser estancada.

La situación de los 5 países estudiados puede describirse como una “tormenta perfecta” de bajos niveles de escolarización general (1,2 a 7,1 años como media, y un inminente fenómeno de carencia educativa en la población masculina), una alta cantidad de niños y niñas no escolarizados (1,5 millones), una elevada tasa de desempleo (entre 21% y 60%), analfabetismo adulto (en general unos 9,1 millones de analfabetos adultos, de los cuales aproximadamente 2,4 millones son jóvenes), y la inexistencia de instituciones a donde puedan acudir para recibir educación y capacitación. En particular, las instalaciones para educación y formación profesional son absolutamente insuficientes. Por ejemplo, en Namibia, donde anualmente se registran 47.000 desertores escolares, sólo hay 1.500 plazas en instituciones de educación y formación profesional. En Suazilandia, con aproximadamente 7.500 personas que completan su escolaridad y 6.500 desertores escolares cada año, solo se dispone de 1.000 plazas. Con respecto al notorio aumento de la población de jóvenes observado en todos los países, esa tendencia supone una amenaza para la estabilidad económica y política de la región. Las alternativas disponibles en materia de educación de adultos son limitadas y definitivamente insuficientes en términos cuantitativos, además de disponer de escasa financiación. La escolarización formal ya consume una alta proporción de los presupuestos nacionales. Los marcos de políticas para hacer frente a esta situación son por lo general débiles, complejos y poco claros. Concebido en gran medida para adultos analfabetos, el sector no formal es incapaz de adaptarse a la realidad de los jóvenes no escolarizados, y con frecuencia su currículum no satisface las necesidades de esta generación.

El desierto de información

La situación se ve empeorada por el desierto de información —la escasez de información y datos concretos— y la falta de un esfuerzo real a nivel de políticas para traducir los datos a cifras globales de modo de percibir con mayor claridad la verdadera naturaleza y dimensión del problema. Existe, en general, una escasa capacidad para recolectar, analizar, difundir, mantener y actualizar los datos, o no se da suficiente prioridad a esa tarea, lo cual redunda en la inexistencia de información o en su obsolescencia. Esta situación disminuye la eficiencia de la labor de monitoreo, evaluación e investigación basada en evidencias. Cuando se realiza una investigación no se saca provecho de ella ni se la actualiza. Asimismo, cuando se trata de analizar los datos financieros y la rentabilidad de las intervenciones, la situación se torna catastrófica. El desierto de información también es un indicador de que rara vez se procura agrupar los datos interpretados para conformar “visiones generales” (que los políticos y otras personas que toman decisiones podrían comprender).

“Los gobiernos de África Meridional deben reformar urgentemente sus sistemas educativos para que respondan con mayor eficacia a las necesidades de adultos analfabetos y de jóvenes no escolarizados, y adquieran también mayor utilidad práctica en el contexto de las actuales tendencias económicas contemporáneas.”

Existe la necesidad de estandarizar los datos solicitados a los proveedores de educación de jóvenes y adultos, y todos ellos deberían ser alentados con miras a desarrollar sus propias capacidades para suministrar esa información. Es preciso contar con bibliotecas digitalizadas en línea de informes, investigaciones, evaluaciones y otro tipo de documentación. Debería existir el decidido compromiso de compartir documentación y materiales. Se necesita crear una base de datos regional, global, sistemática y basada en Internet sobre métodos para impartir y practicar la educación de adultos. Es menester que los gobiernos trabajen en estrecha colaboración con las universidades y con otros institutos basados en la investigación a fin de fortalecer o revitalizar la capacidad para indagar en esta área. Los resultados de las investigaciones también deberían servir de referencia para las políticas y las prácticas.

Conclusiones derivadas de los resultados

Las conclusiones del estudio pusieron de relieve la urgente necesidad de reformular las políticas concernientes al aprendizaje y la educación de jóvenes y adultos. Es necesario atender a las necesidades de los numerosos jóvenes que carecen de educación, empleo o capacitación. Estos escollos no son contratiempos provisorios o circunstanciales, sino el resultado de factores sistémicos y endémicos. Solo pueden ser modificados mediante cambios sistémicos, entre ellos:

  • Aclarar por fin la actual ambigüedad del término “educación de adultos”. ¿Acaso se refiere únicamente a una “educación no formal” basada en la alfabetización de adultos y en la equivalencia escolar para educación básica de adultos? ¿Y qué hay de la educación profesional y la enseñanza orientada a las habilidades para la vida?
  • Terminar con los planteamientos generales y vagos (expuestos por actores con posturas discordantes) acerca de la educación de jóvenes y adultos, y elaborar políticas exhaustivas y detalladas (incluida la ratificación de aquellas que han persistido, a veces durante décadas, sin ser convalidadas) que sean específicas (y no un añadido a otras políticas).
  • Coordinar políticas de educación de jóvenes y adultos, y recaudar eficazmente los fondos para su financiación.

Los investigadores sostienen que los principales desafíos que deben abordarse en lo inmediato son:

  • La eficaz implementación de políticas educativas ya existentes;
  • la creación de adecuados mecanismos de coordinación;
  • el reconocimiento de la educación de adultos como sector autónomo.

Recomendaciones

En cada uno de los informes por países (Figueri e Inácio, 2012; Jele, 2012; Luis, 2012a; Setoi, 2012; Shaleyfu, 2012) se enumeraba una serie de recomendaciones que en el informe de síntesis (Aitchison, 2012a) fueron resumidas en una lista de 45 (Aitchison, 2012a: 32-36). Lo que resulta especialmente notable en estas recomendaciones es que son casi idénticas a las elaboradas en Nairobi y en Belém.

Básicamente señalan lo siguiente:

  • Cada país necesita contar con una política consolidada y exhaustiva con respecto a la educación de jóvenes y adultos.
  • Deberían existir mecanismos de coordinación adecuados.
  • Los gobiernos de África Meridional deben reformar urgentemente sus sistemas educativos para que respondan con mayor eficacia a las necesidades de adultos analfabetos y de jóvenes no escolarizados, y adquieran también mayor utilidad práctica en el contexto de las actuales tendencias económicas contemporáneas.

Si bien la coincidencia de criterios podría ser considerada hasta cierto punto un logro, podría también tener un sentido más bien negativo: sabemos qué se requiere hacer y lo hemos sabido desde hace algún tiempo. La pregunta ya no es “qué queda por hacer”, y es reemplazada por una doble interrogante: “cómo y cuándo vamos a hacerlo”.

Hay que realizar cambios, y probablemente ya se avecinan

Al lanzamiento oficial del informe en Johannesburgo asistieron ministros de educación y más de 50 especialistas nacionales, regionales e internacionales. La señora Graça Machel subrayó la necesidad de reformular el aprendizaje y la educación de jóvenes y adultos:

“La estructura demográfica está cambiando ostensiblemente en la región, la mayoría de cuyos habitantes son niños, niñas y adolescentes. Estos cambios deben servir como referencia para nuestra planificación y asignación de recursos, pero los sistemas no se están adaptando a las nuevas realidades. La educación formal y los conocimientos académicos no van a preparar suficientemente a los jóvenes para el futuro”.

El lanzamiento regional fue seguido de lanzamientos en los cinco países, a los que también asistieron delegaciones de alto nivel de los ministerios de educación, incluidos los titulares de la cartera, todos los cuales reaccionaron de manera positiva a las conclusiones y las recomendaciones del estudio, y acordaron aprovecharlas como referencia para su planificación de políticas. Cada evento por país contó con su propia declaración sobre “el camino a seguir”.

Tras estos lanzamientos, el Programa de Educación de OSISA recibió una serie de consultas acerca de los estudios, en especial porque el recientemente publicado Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo se concentra en las aptitudes de los jóvenes y aborda los mismos temas que fueron planteados en el estudio de OSISA. La Cartera de Educación y Capacitación de la Comunidad de Desarrollo de África Meridional ha solicitado apoyo para elaborar una estrategia regional orientada a la educación y la formación de jóvenes, mientras que las autoridades de Malaui y Zimbabue han manifestado la necesidad de que en sus respectivos territorios se lleven a cabo estudios similares. En Angola, el Gobierno ha respondido designando por primera vez un Director Nacional de Alfabetización de Adultos, y asignando un presupuesto para el programa.

Si bien las conclusiones del estudio han generado un clima muy necesario de reflexión y de debate en torno a la educación de jóvenes y adultos entre diseñadores de políticas, especialistas y proveedores de fondos a nivel nacional y regional, resulta claro que para llegar a educar a los jóvenes sin escolarizar y a la población adulta de África Meridional habrá que recorrer un largo camino. En este sentido, el estudio de OSISA es un catalizador. Para realizar verdaderos progresos, actualmente se requiere un esfuerzo concertado de parte de la sociedad civil, los gobiernos, los donantes, el sector privado y otros actores. Juntos podrán afrontar este desafío y garantizar que a los ni-ni se les ofrezca una oportunidad para contribuir al desarrollo económico en lugar de transformarse en una amenaza para el crecimiento económico y la estabilidad política.

El planteamiento anterior está en sintonía con el mensaje clave emitido en la reunión de Cabo Verde: es necesario y urgente hacer una clara distinción entre la mera declaración y la genuina manifestación de la voluntad política. La verdadera voluntad política se traduce en acciones y se manifiesta en aportaciones de fondos y mecanismos de implementación. La cantidad de análisis de progresos y brechas que se han realizado es más que suficiente, y ya no se trata de determinar lo que debe hacerse sino cómo proceder. Para ese fin se requiere contar con estrategias y recomendaciones de operación. En la práctica, ello significa movilizar recursos financieros y materiales, al igual que crear capacidades intersectoriales.

 


Referencias

Aitchison, J.J.W. (2012a): Youth and Adult Learning and Education in Southern Africa. Overview of a five nation study. Johannesburgo: Open Society Initiative for Southern Africa y DVV International. Disponible en http://bit.ly/13jOnsk

Aitchison, J.J.W. (2012b): A educação e aprendizagem de jovens e adultos na África Austral. Visão geral de um estudo para cinco nações encomendado pela OSISA. Johannesburgo: Open Society Initiative for Southern Africa y DVV International. Disponible en http://bit.ly/13jOFjd

Aitchison, J.J.W. (2012c): Adult education policy in Southern Africa: Results from the five country study commissioned by OSISA. Presentation to the Regional Expert Meeting for the Follow up of CONFINTEA VI in Africa: Increasing participation of youth and adults in learning and education, 5 al 8 de noviembre de 2012, Praia, Cabo Verde.

Aitchison, J.J.W. y Alidou, H. (2009): The state and development of Adult Learning and Education in Africa: Informe Regional de Síntesis. Hamburgo: Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida. Disponible en http://bit.ly/14bkzZK

Creamer, T. (2013): ‘NEETs crisis’ emerging as SA’s most urgent challenge. En: Polity News, 25 de junio de 2013. Disponible en http://bit.ly/15Ip0e7

Figueri, S. e Inácio, E. (2012a): Youth and Adult Learning and Education in Angola. Johannesburg: Open Society Initiative for Southern Africa y DVV International. Disponible en http://bit.ly/19v79zM

Figueri, S. e Inácio, E. (2012b): Ensino e Educação de Jovens e Adultos em Angola. Johannesburgo: Open Society Initiative for Southern Africa y DVV International.

Jele, D. (2012): Youth and Adult Learning and Education in Swaziland. Johannesburgo: Open Society Initiative for Southern Africa y DVV International. Disponible en http://bit.ly/1cNeuLH

Luis, R. (2012a): Youth and Adult Learning and Education in Mozambique. Johannesburgo: Open Society Initiative for Southern Africa y DVV International. Disponible en http://bit.ly/15DDQTd

Luis, R. (2012b): Ensino e Educação de Jovens e Adultos em Moçambique. Johannesburg: Open Society Initiative for Southern Africa y DVV International. Disponible en http://bit.ly/124uWB8

Setoi, S. M. (2012): Youth and Adult Learning and Education in Lesotho. Johannesburgo: Open Society Initiative for Southern Africa y DVV International. Disponible en http://bit.ly/17p1QfK

Shaleyfu, K. (2012): Youth and Adult Learning and Education in Namibia. Johannesburgo: Open Society Initiative for Southern Africa y DVV International. Disponible en http://bit.ly/1d6ubMo

UNESCO (2009a): African Statement on the Power of Youth and Adult Learning and Education for Africa’s Development. Conferencia preparatoria de CONFINTEA VI en África. Nairobi, Kenia, 5 al 7 noviembre de 2008. Hamburgo: UNESCO. Disponible en http://bit.ly/1eLZfz0

UNESCO (2009b): Aprovechar el poder y el potencial del aprendizaje y la educación de adultos para un futuro viable. Marco de Acción de Belém. Hamburgo: UNESCO. Disponible en http://bit.ly/18PAUui

UNESCO (2012): Proyecto de informe. Regional Expert Meeting for the Follow-up of CONFINTEA VI in Africa: Increasing the participation of youth and adults in learning and education, Praia, Cabo Verde, 5 al 8 de noviembre de 2012. Hamburgo: Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida.

 


Sobre el autor

El profesor emérito John Aitchison fue jefe de la Escuela de Educación de Adultos y Educación Superior de la Universidad de KwaZulu-Natal en Sudáfrica. Anteriormente fue jefe de la Escuela de Educación, Capacitación y Desarrollo de la Universidad de Natal.
Entre 1981 y 1999 fue director del Centro de Educación de Adultos del campus Pietermaritzburg de la Universidad de Natal, y cumplió un papel destacado en la elaboración de políticas a nivel nacional y provincial.

Contacto

9 Forest Hill
165 St Thomas Road
Durban
South Africa
4001
aitchisonjjw@gmail.com

 

Educación de Adultos y Desarrollo

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