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Desde integrar a “otras personas” hasta capacitarse a sí mismo*

Clara Kuhlen
Universidad de Wurzburgo
Alemania

 

 

 

 
Resumen– “Bildung für alle (BfA) - Educación para todos” comenzó en 2014 como una pequeña iniciativa en la zona meridional de Alemania. En el artículo se subraya cómo la educación de adultos puede influir en la toma de conciencia sobre la diversidad. Empleando BfA como ejemplo, se postula que es posible realizar una transición que permita ampliar nuestra propia comprensión de la integración.


Respetar las normas

En Europa, las aspiraciones de integración han ido aumentando, sobre todo desde 2015, cuando refugiados e inmigrantes de zonas afectadas por crisis y guerras se vieron obligados a huir en oleadas cada vez mayores hacia países más estables, como Alemania. Ahora bien, ¿cuál es el mensaje oficial que se quiere comunicar en este contexto cuando se señala que los “inmigrantes” deberían integrarse a la sociedad alemana? Según la Oficina Federal para la Migración y los Refugiados (BAMF 2017), la integración es un proceso a largo plazo cuyo objetivo es incluir a todos los miembros de la sociedad alemana y de su mercado laboral que viven permanentemente y de manera legal en ese país, y permitirles un acceso igualitario a todos los sectores de la sociedad. Como reacción frente a esta política, el Gobierno alemán ha hecho hincapié en que el idioma es una herramienta clave para lograr lo que se considera una integración “exitosa”. Sin embargo, el alemán no es una legua que se hable en muchas regiones del mundo. De acuerdo con la definición de la Oficina Federal para la Migración y los Refugiados, los inmigrantes de todas las edades tienen la obligación de aprender alemán para poder integrarse (BAMF 2017). Según esta definición algo restrictiva, sólo entonces podría considerarse que la integración se ha llevado a cabo apropiadamente. ¿De qué manera se han reflejado estas aseveraciones en la práctica?  

En 2014, un joven carpintero gambiano encontró empleo en un taller de muebles cerca de Friburgo, en el sur de Alemania. El contacto se había establecido mediante una red de amigos y de miembros activamente comprometidos de una organización sin ánimo de lucro que organiza campamentos de verano internacionales, conocida como Föfe. El objetivo de esta entidad es fomentar el intercambio y el entendimiento mutuos entre jóvenes europeos (por ejemplo, alemanes y griegos) y de otras regiones. Con la ayuda de contactos personales, Gerd Schneider, en ese entonces vicepresidente de Föfe, y asimismo dueño del taller, deseaba hacer realidad su ambición de permitir que refugiados como su amigo participaran activamente a la sociedad, de la misma manera en que lo hacía la mayor parte de la gente. Gerd Schneider, al igual que varios miembros de Föfe, abrigaba la esperanza de que el hecho de tener un empleo les ayudaría a los refugiados a mejorar sus posibilidades de integrarse a una sociedad algo cerrada, desarrollando su carrera profesional e incorporándose, por tanto, al sector mayoritario de la población, esto es el grupo de personas que tienen un empleo o un trabajo. Al considerarse la integración con este criterio tan amplio, se la percibe desde un principio como un enfoque que incluye a los extranjeros en el sistema del mercado laboral, y, por consiguiente, como una manera de pasar a formar parte de la sociedad mayoritaria.  

También en el área de la carpintería se exigía contar con un mayor conocimiento del idioma alemán para comenzar oficialmente el programa de aprendizaje práctico de carpintería. Aun cuando en esa región las instituciones públicas ofrecían clases de alemán,  muchas personas debían esperar hasta que surgiera una plaza vacante, como tuvo que hacerlo el carpintero gambiano. Los solicitantes que no tenían posibilidades de obtener la residencia legal permanente, por lo general no tenían acceso a cursos de idiomas gratuitos. Föfe reaccionó frente a esta situación ofreciendo cursos de idiomas sin costo.  Dado que en los campamentos internacionales de verano los miembros trabajan a título voluntario, y muchos de ellos son maestros de escuela o educadores de profesión, no fue difícil encontrar instructores dispuestos a realizar una labor desinteresada y no remunerada. A fines de 2014, las ideas tomaron cuerpo y los fundadores denominaron el proyecto “Bildung für alle - Educación para todos”, en consonancia con la política que sustentaban en cuanto a que todas las personas deberían poder participar de manera gratuita en la sociedad y la educación. El curso de alemán se puso en marcha a comienzos de 2015 con una clase de 10 alumnos y alrededor de 6 profesores.

Un testimonio de éxito

A comienzos de 2017, sólo dos años después de su creación, BfA adquirió la condición jurídica de organización independiente, apolítica y laica. El desarrollo ha sido inesperadamente rápido, el apoyo financiero recibido ha sido impresionante, y la cantidad de alumnos y profesores interesados ha ido creciendo desde entonces. Junto con el respaldo brindado por varias fundaciones, a BfA le fue concedida una beca llamada StartSocial, patrocinada por la canciller alemana Angela Merkel. Los cursos se imparten tres veces por semana y, fuera de las 8 clases con cerca de 140 alumnos y más de 50 maestros, actualmente hay una lista de espera de 60 alumnos y no menos de 12 profesores adicionales interesados en participar en el proyecto.

BfA ha afrontado, obviamente, grandes dificultades durante los últimos años. Por el hecho de ser una entidad independiente, persigue sus propios objetivos. Es así como a los refugiados, y a otros inmigrantes de 25 y más años de edad, se les ofrecen clases de idiomas gratuitas que van desde el nivel de analfabetismo hasta el nivel B1.  El proyecto a largo plazo es implementar clases de idiomas que lleguen a un nivel que capacite a los alumnos para trabajar como aprendices o conseguir un empleo, o abrirles las puertas a cursos de formación profesional que les permitan cumplir los requisitos para ser contratados (BfA 2017).

Y ahora qué

Pese a que el proyecto ha obtenido un éxito considerable, quisiera resumir algunas de las dificultades que BfA ha afrontado hasta ahora. Esas “lecciones aprendidas” no sólo permitirán adquirir una percepción más clara del desarrollo de esta floreciente organización, sino que además podrían ayudar a replantearse la manera de considerar las responsabilidades a la hora de abordar los procesos de integración. El papel de la educación de adultos al interior del proyecto ha variado a lo largo del tiempo. Así pues, el proyecto ya no se preocupa únicamente de enseñar un idioma para brindar apoyo profesional, pues los propios colaboradores de esta iniciativa han hecho valer su postura a favor del aprendizaje complementario. Con las breves observaciones que se formulan a continuación, el ejemplo se insertará en el contexto de la educación de adultos en Alemania.

Invertir los papeles

Cuando se analiza de manera más detallada al personal docente de Alemania, aparece como un colectivo sumamente heterogéneo al que se puede acceder por diversos caminos. Fuera de los educadores de adultos que han recibido una formación especializada, hay otros instructores provenientes de varios sectores profesionales —entre ellos maestros de escuela— que asumen tareas asociadas a la educación y el aprendizaje de adultos. La mayoría han seguido estudios académicos formales en sus respectivos ámbitos, y algunos han recibido también capacitación no formal. Con todo, el porcentaje de voluntarios en la educación de adultos es bastante alto, especialmente en las organizaciones independientes sin ánimo de lucro. A pesar de que en general posee una formación adecuada, el personal dedicado a la educación de adultos en Alemania sigue afrontando una situación en la que confluyen diversos campos de experiencia profesional (DIE 2015). En debates recientes, las iniciativas de profesionalización se han preocupado más específicamente de entregar una sólida formación a cada uno de los miembros del personal. Esta medida incluye un proceso más individualizado destinado a forjar una identidad profesional basada en los conocimientos educativos, tanto académicos como no académicos (Nittel y Seltrecht 2008).

La introducción de un perfil de diversidad en la composición del personal dentro del ámbito de la educación de adultos en Alemania también es un fenómeno evidente en BfA. Como se mencionó en líneas anteriores, Gerd Schneider es carpintero y Leonie Bozenhardt es alumna de servicio social. Sólo un miembro del personal de la organización cuenta con formación para enseñar alemán como lengua extranjera desde abril de 2017. A excepción de los coordinadores, todos los profesores del proyecto son voluntarios. El proyecto ha ido creciendo rápidamente en cuanto a la cantidad de alumnos y de profesores. Algunos se encuentran en la lista de espera, dispuestos a trabajar como voluntarios para BfA. La mayoría son maestros de escuela o educadores, pero casi ninguno de ellos está trabajando específicamente en el área de la educación de adultos. En vista de la diversidad de las trayectorias profesionales de los voluntarios, surgió la necesidad de poner a su disposición cursos de formación complementaria. Los temas abordados fueron con frecuencia sugeridos por los propios participantes, ya que se vieron sorprendidos por situaciones complejas que se presentaban en las salas de clases. Enseñar un idioma extranjero a adultos a fin de capacitarlos para conseguir un empleo resultó ser una tarea muy distinta a la de dar clases de alemán a niños alemanes en un entorno escolar. Fue preciso ofrecerles a los voluntarios talleres sobre didáctica, métodos, gramática, etc. para enseñar alemán como lengua extranjera. Son los propios profesores los que le han solicitado a BfA que les entregue formación complementaria. Actualmente los coordinadores ofrecen regularmente cursos de perfeccionamiento, pero siempre a título voluntario. En ocasiones, ellos también participan en dichos cursos, y los comentarios y reacciones de los participantes han sido muy positivos. Los coordinadores están cooperando, asimismo, con un instituto de capacitación del profesorado. Se realizan visitas a las clases, durante las cuales los voluntarios tienen la posibilidad de ser observados por un formador profesional de docentes. Posteriormente, reciben comentarios y sugerencias sobre su enseñanza y pueden analizar alternativas para continuar desarrollando sus propias aptitudes y para fomentar el progreso de sus clases. El hecho de que los voluntarios del personal provengan de una gran diversidad de entornos es considerado en este caso una ventaja que permite seguir perfeccionando los cursos de idioma. Cuando se comprobó que no sólo los alumnos necesitaban aprender el idioma, sino que también los docentes necesitaban aprender a enseñar, el apoyo a los procesos de aprendizaje de adultos se transformó en una medida fundamental para el proyecto. 

Ahora bien, no es sólo el personal dedicado a la educación de adultos en Alemana el que se caracteriza por su diversidad. Hace algún tiempo, este ámbito fue adquiriendo una mayor sensibilidad frente a las necesidades de los alumnos, pues los programas ya no se orientaron hacia el grupo destinatario sino hacia los participantes. Así pues, los alumnos se diferencian en cuanto a sus necesidades y aspiraciones personales. Éstas, a su vez, dependen de un determinado contexto y de los ambientes de aprendizaje. Los anteriores supuestos de estandarización para un grupo destinatario predefinido formado por adultos han cambiado hacia una preocupación especial por las necesidades específicas de cada participante (Robak 2013; von Hippel y Tippelt 2011). Teniendo en cuenta esas necesidades individuales, ya no basta con percibir a los alumnos adultos como un solo grupo que abarca a muchas personas, por ejemplo “los refugiados”. Incluso si éstos pertenecieran a un grupo ya constituido, la educación de adultos debería reconocer la diversidad de los alumnos en cuanto individuos. 

Las necesidades individuales de los alumnos adultos en BfA resultaron ser distintas de aquellas con que los profesores voluntarios solían encontrarse en sus labores habituales en las escuelas, los centros comunitarios juveniles, los cursos de formación docente al aire libre, etc. Ya no basta considerar a un grupo destinatario como “refugiados e inmigrantes adultos de 25 y más años de edad” (Bfa). En lugar de ello, ahora también es preciso tener en cuenta los contextos individuales de algunos participantes. No sólo los voluntarios, sino además los coordinadores de Bfa, comenzaron a advertir que se estaban presentando algunos leves inconvenientes asociados a situaciones complejas con las que hasta entonces no estaban habituados. Por ejemplo, cuando disminuía la asistencia a las clases vespertinas, o cuando los participantes lucían algo cansados, muchos profesores no sabían cómo reaccionar, hasta que se descubrió que ello ocurría durante festividades específicas, como el ramadán. El directorio de la organización decidió invitar a especialistas externos para que aportaran información más detallada acerca de temas como “las costumbres islámicas y musulmanas”. Se organizaron eventos destinados a instruir a los profesores sobre algunos aspectos de los que probablemente no estaban al tanto. En este caso particular, el hecho de que existan diferencias entre las tradiciones y creencias religiosas de ciertos docentes y las de algunos alumnos ha servido para abordar el tema de la “diversidad” en el contexto de la educación de adultos al interior de BfA. Por tanto, el proyecto ya no se limitó a trabajar con refugiados e inmigrantes para fomentar su integración, sino que además preocupó de capacitar a sus propios miembros a fin de que adquirieran una comprensión más clara de la diversidad cultural.

Lecciones aprendidas

Lo que percibimos en el proyecto de BfA es la inversión del papel que inicialmente se pretendía que cumpliera la educación de adultos. Si bien al comienzo los docentes voluntarios y los coordinadores de proyectos trataron de propiciar la integración según se define en los textos oficiales, se dieron cuenta de que ellos mismos necesitaban aprender más. Si el objetivo era permitir que “otras personas” se integraran a la sociedad alemana, debían comenzar por adquirir ellos mismos un mayor grado de conciencia sobre la diversidad. Y el panorama se les aclaró cuando comprendieron cómo y por qué sus alumnos actuaban de determinada manera —por ejemplo, durante el ramadán—, o cuando se dieron cuenta de que enseñar a los adultos no significa interactuar con un grupo destinatario numeroso y homogéneo. O cuando aprendieron métodos y técnicas didácticas especialmente escogidos para atender a las necesidades que surgen cuando se enseña el alemán como lengua extranjera a hablantes no nativos. 

Los coordinadores y los profesores han sido capaces de fomentar la creación de ambientes de aprendizaje más abiertos, en los cuales se pueda generar un clima de integración —si ese es realmente el objetivo— sobre la base del entendimiento mutuo. Aun cuando la integración es considerada oficialmente un proceso en el que la iniciativa la asumen principalmente los inmigrantes, la “sociedad mayoritaria”, en este caso Alemania, también cumple un papel decisivo en este sentido. O, mejor dicho, los miembros de la sociedad mayoritaria tienen que asumir una función activa y ampliar su propia percepción, desarrollando una actitud sensible frente a la diversidad. De esta manera es posible modificar una definición restrictiva de la integración y así favorecer el surgimiento de una sociedad más inclusiva. Cuando se analiza el proyecto de BfA, la definición de integración parece ser menos unilateral de lo que uno podría deducir si se guiara únicamente por las declaraciones oficiales. Proyectos como este nos podrían ayudar a recordar que siempre hay un “yo” cuando definimos a “esa otra persona  distinta a nosotros”, y que no dejamos de aprender cuando comenzamos a enseñar. 

Quisiera agradecer a los coordinadores Leonie Bozenhardt y Gerd Schneider por el tiempo que me dedicaron y los puntos de vista que aportaron a mi proyecto. Su apoyo me permitió consagrarme a tareas tales como observar el desarrollo del proyecto, visitar las clases los días en que se realizaban los exámenes de idioma en las evaluaciones previas al inicio de los cursos, participar en veladas dedicadas a cocinar juntos o a compartir una cena, debatir con los profesores y los participantes, y, por último, entrevistarlos. 


Notas

* / Este artículo fue escrito exclusivamente para la versión digital de la revista Educación de Adultos y Desarrollo.

i / Los niveles se miden de acuerdo con el “Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas” (MCER), y van desde el nivel A1 (principiante) hasta el nivel C2 (cercano al de un hablante nativo). 


Referencias

BAMF (2017): Bundesamt für Migration und Flüchtlinge: Glossar: Integration. http://bit.ly/2xRN1H7

BfA (2017): Bildung für alle Freiburg e.V. Über uns. http://www.bfa-freiburg.de/ueber-uns.html, traducido por la autora.

DIE: (17.11.2015): Deutsches Institut für Erwachsenenbildung: Personnel Structure in Continuing Education. http://bit.ly/2xXUiH5 

Nittel, D. & Seltrecht, A. (2008): Der Pfad der “individuellen Professionalisierung”: ein Beitrag zur kritisch-konstruktiven erziehungswissenschaftlichen Berufsgruppenforschung. Fritz Schütze zum 65. Geburtstag. En: BIOS – Zeitschrift für Biographieforschung, Oral History und Lebensverlaufsanalysen, 124-145. http://bit.ly/2y007nQ 

Robak, S. (2013): Diversität in der Erwachsenenbildung(sforschung) im Spiegel theoretischer und empirischer Reflexionen – eine Standortdiskussion. En: Hauenschild, K.;  Robak, S.; & Sievers, I. (eds.) (2013): Diversity Education. Zugänge – Perspektiven – Beispiele, 183-203. Fráncfort del Meno: Brandes & Aspel.

Von Hippel, A., & Tippelt, R. (2011): Adressaten-, Teilnehmer- und Zielgruppenforschung. En: von Hippel, A. y Tippelt, R. (2011): Handbuch Erwachsenenbildung/Weiterbildung (5a ed.), 801-811. Wiesbaden: VS.


Sitios web del proyecto

Bildung für alle – Educación para todos:http://www.bfa-freiburg.de/aktuell.html

FöFe: http://föfe.de/home.html


Sobre la autora

Clara Kuhlen es becaria de investigación y candidata al grado de PhD en la cátedra de educación permanente y de adultos en Wurzburgo, Alemania. Coordina visitas de conferenciantes internacionales invitados, e imparte clases a alumnos de licenciatura en educación. Durante la última década ha participado activamente en actividades con jóvenes en una organización sin ánimo de lucro.

Contacto
clara.kuhlen@uni-wuerzburg.de

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