Formar buenos educadores de adultos para el siglo XXI

Moshood Ayinde Hassan
Universidad Adekunle Ajasin       
Nigeria


ResumenActualmente, en muchas ocupaciones se requiere poseer  aptitudes específicas y formación profesional. Si desean dedicarse a la educación de adultos, los docentes y capacitadores profesionales deben, asimismo, adquirir las competencias pertinentes y poseer atributos propios de esta actividad para así satisfacer las exigencias de los alumnos adultos. En este artículo se describen los tipos de aptitudes de formación con que deben contar los educadores de adultos en el contexto de la realidad nigeriana.


En la Declaración de Hamburgo de 1997 se señala que la educación no formal y de adultos constituye una herramienta fundamental para el siglo XXI. A fin de cumplir este papel de manera satisfactoria, se requiere la colaboración de todos los actores involucrados. En el presente siglo estamos siendo testigos de dos fenómenos novedosos y extraordinarios, a saber: los cursos en línea masivos y abiertos (CEMA) y la Cuarta Revolución Industrial. Ambos repercutirán —desde un punto de vista teórico y práctico— en diversas disciplinas, entre ellas la educación no formal y de adultos. En el Diccionario Oxford en línea se define un curso en línea masivo y abierto como "un curso que está disponible en internet de manera gratuita para una gran cantidad de personas: cualquiera que decida seguir un CEMA simplemente inicia sesión en el sitio web y se inscribe".

Por otro lado, la Cuarta Revolución Industrial se basa en la revolución digital que ha estado ocurriendo desde mediados del siglo pasado, y se caracteriza por una fusión de tecnologías. Así pues, el uso de la inteligencia artificial, la robótica, internet, los vehículos autónomos, la impresión 3D, la nanotecnología, la biotecnología, la ciencia de materiales, el almacenamiento de energía y la informática cumplirán una importante función durante la Cuarta Revolución Industrial.

La formación de los educadores de adultos y el papel que van a desempeñar dependerán de lo que ocurra en la sociedad. Por ello es preciso que todos los actores involucrados (alumnos, instituciones que imparten educación, profesionales del sector y teóricos) adopten un enfoque proactivo. En este artículo procuro analizar el significado de la profesionalización en la educación de adultos, el tipo de formación que deben recibir los educadores de adultos, las diferencias entre educadores de adultos y pedagogos de adultos, y el papel que cumplen los educadores de adultos cuando se trata de satisfacer las necesidades de los beneficiarios.

Profesionalización en la educación de adultos

Cuando se explica la diferencia entre educadores de adultos y pedagogos de adultos es posible comprender con mayor claridad lo que es la profesionalización de la educación de adultos. A juicio de Bown (1979), el educador de adultos puede ser considerado como un practicante, es decir, como una persona que, por vocación, escoge la educación de adultos como el área de ejercicio profesional en la que se ganará la vida. Es posible encontrar educadores de adultos en diversos ámbitos de la actividad humana. Bown (1979) también describe al educador de adultos como un teórico. Si nos guiamos por esta definición, aquellos que trabajan como formadores de docentes podrían ser considerados teóricos. Todos los resultados de las investigaciones que consultan son aprovechados por los educadores de adultos en beneficio de los consumidores (alumnos). Por tanto, en la educación de adultos encontramos practicantes y teóricos. La presencia de ambos grupos ha sentado las bases de la profesionalización en la educación de adultos.

Entonces, ¿cómo describimos la profesionalización en la educación de adultos? Debemos percibirla como un área de especialización, en la cual quienes han recibido una formación especial se consagran a su labor de tal manera que la clientela (los alumnos) obtenga el máximo provecho de los servicios prestados por los practicantes. Bown (1979) señala lo siguiente: "Una profesión nace cuando un conjunto de personas que practican un oficio que requiere poseer aptitudes especiales establecen un criterio común para la labor de formación, al igual que intereses y estándares comunes. Posee una unidad, una ética y un fundamento reconocido para la capacitación.

Otra manera de ver la situación sería afirmar que la profesionalización incluye aspectos específicos (Alkali 2016). Entre ellos pueden mencionarse: una formación propia, la adquisición de educación formal, la obtención de una acreditación, la participación en actividades de educación permanente, y la pertenencia a una asociación profesional.

Tobias (s.f). opina que con la profesionalización de una ocupación o área de actividad se pretende potenciar y consolidar un sentido de vocación, preservar el estándar ético y los niveles de competencia de los practicantes, como asimismo proteger a los miembros de la sociedad de cualquier abuso. Cepic y Masic (s.f). subrayan la importancia de la profesionalización de la educación de adultos cuando la describen como formación inicial y perfeccionamiento profesional permanente de los educadores de adultos. Para Gine (2013) la profesionalización de la educación de adultos es un proceso que va acompañado de estándares y objetivos. Se trata de un proceso sistemático que permite incorporarse a la profesión de educador de adultos siguiendo una diversidad de programas para el desarrollo de capacidades y cursos de educación permanente y cumpliendo con otros requisitos profesionales.

En suma, podemos percibir la profesionalización en la educación de adultos como los esfuerzos de practicantes y teóricos por dedicarse a esta disciplina como una profesión u ocupación en la que se ganan la vida. Tanto el educador de adultos como el pedagogo de adultos tienen que haber adquirido las cualificaciones necesarias (como mínimo un diploma o una licenciatura en educación de adultos, aparte de la formación correspondiente) y haber participado en programas de educación permanente. Es menester que respeten las normas y el código de ética de la profesión y no abusen de los clientes.

Ahora bien, la pregunta que se plantea es: ¿contamos en Nigeria con el nivel adecuado de profesionalización?

Informe sobre el estado en que se encuentra la profesionalización de la educación de adultos en Nigeria

El Gobierno colonial comenzó a participar en la educación de adultos en abril de 1887 al alentar a las comisiones examinadoras británicas para que prestaran servicios en lo que hoy se conoce como Nigeria (Hassan/Oyebamiji 2012). Muchos nigerianos aprovecharon la oportunidad para obtener —mediante la modalidad del aprendizaje a distancia— diplomas y títulos de universidades británicas sin necesidad de abandonar el país. En 1941, con la creación del Comité Consultivo sobre Educación, el Gobierno colonial realizó otro esfuerzo destinado a promover la educación de adultos en Nigeria. El Comité elaboró un proyecto denominado "Educación masiva en la sociedad africana". Una vez aprobado este documento, el Gobierno decidió combatir el analfabetismo masivo comprometiendo la participación de todos los sectores de la comunidad. Fue así como el Gobierno contrató a funcionarios responsables de la educación masiva para que emprendieran iniciativas en todas las regiones de Nigeria. Citando a Omolewa (1981), Hassan y Oyebamiji (2012) señalan que esta campaña de alfabetización masiva se extendió desde 1943 hasta 1956.

Por otro lado, en 1948 se fundó la Escuela Universitaria de Ibadán, que más tarde se convertiría en la Universidad de Ibadán. Un año más tarde, en 1949, se creó el Departamento de Cursos de Extensión, el cual en 1962 se transformó en el Departamento de Educación de Adultos. En un comienzo se impartieron cursos de corta duración, programas de recuperación escolar y cursos de relaciones industriales para funcionarios públicos, políticos y otros miembros de la comunidad. Con la incorporación, en 1962, de los diplomas de educación de adultos y desarrollo comunitario, la educación de adultos comenzó a consolidarse en Nigeria como un área de estudios y como una profesión. Durante la década de 1970, el Departamento de Educación de Adultos de la Universidad de Ibadán comenzó a ofrecer programas de grado y de posgrado con el objeto de formar educadores de adultos de alto nivel en Nigeria. Los esfuerzos del Consejo Nacional Nigeriano para la Educación de Adultos (Nigeria National Council for Adult Education, NNCAE), que fue creado en 1971 junto con el Departamento de Educación de Adultos de la Universidad de Ibadán, permitieron que la educación de adultos llegara a ser considerada por primera vez en la política nacional de educación de Nigeria. Desde entonces, muchas otras universidades nigerianas, tanto federales como estatales, han incorporado a sus planes de estudio programas de educación de adultos. Este avance ha permitido que Nigeria como nación se precie de contar con un numeroso personal dedicado a la educación de adultos. Es así como ha surgido una generación de especialistas con un doctorado en educación y de profesores de educación de adultos, algunos de los cuales han trabajado o continúan trabajando en organismos internacionales. Hoy en día existe en Nigeria una Comisión Nacional para la Alfabetización Masiva y para la Educación No Formal y de Adultos (National Commission for Mass Literacy, Adult and Non-Formal Education, NMEC), que fue creada en virtud de una ley con el fin de promover y fomentar iniciativas relacionadas con la educación de adultos en este país.

Si bien el Gobierno ha destinado recursos a la educación de adultos, ha creado estructuras de apoyo y ha logrado conformar un sector de la educación de adultos en el país, el sistema en su conjunto no tiene un carácter profesional. Por ejemplo, muchos organismos estatales dedicados a la educación no formal y de adultos están encabezados por personas que no se han especializado en esta área. Por añadidura, el 95 % de los proveedores de formación (personas o instituciones que imparten programas de formación en diversos ámbitos) no cuentan con una acreditación o un título ni con formación en educación de adultos, por lo que es urgente corregir esta situación. Los educadores de adultos y los pedagogos de adultos de las instituciones privadas, las universidades y los establecimientos públicos deben coordinarse y presentar ante la Asamblea Nacional un proyecto de ley sobre la profesionalización de la educación de adultos en Nigeria.

Las funciones que cumplirá la educación de adultos en el siglo XXI

El educador de adultos ha sido comparado con un ejecutivo que se relaciona con su personal y con una amplia variedad de miembros de la población adulta (Omolewa 1979). De esta manera se destaca la necesidad de que el educador de adultos adquiera una experiencia más amplia y entre en contacto con una gran cantidad de realidades, lo cual le permitirá desempeñar adecuadamente sus funciones para satisfacer las necesidades de cada alumno. Ampene (1979: 107) enumera algunas de las cualidades que deben poseer los educadores para cumplir exitosamente su misión:

  • Comprender y tener en cuenta los patrones motivacionales y de participación de los alumnos adultos.
  • Comprender y satisfacer las necesidades de aprendizaje de los adultos.
  • Ser versado en la teoría y experimentado en la práctica de la educación de adultos.
  • Conocer a los miembros de la comunidad y saber cuáles son sus necesidades.
  • Saber utilizar los diversos métodos y técnicas de enseñanza.
  • Poseer aptitudes de comunicación, incluida la capacidad de escuchar.
  • Saber dónde incorporar y cómo emplear los materiales didácticos.
  • Poseer una mentalidad abierta y crear una atmósfera que permita que los adultos satisfagan sus necesidades y sus intereses.
  • Continuar su propia educación.
  • Ser capaz de valorar y evaluar los programas.

Aparte de todas estas cualidades, el educador de adultos del siglo XXI nunca deberá dejar de aprender y tendrá que ser receptivo a las nuevas ideas. Otros atributos indispensables serán estar familiarizado con las tecnologías de la información y las comunicaciones, poseer conocimientos sobre tecnología digital, ser capaz de manejar un computador y navegar por internet.

Conclusión

Para ser profesionales, los educadores de adultos deberían adquirir cualificaciones básicas, participar en la educación permanente, respetar las normas y el código de ética de la profesión, ser amables con los clientes y obtener una licencia para ejercer su actividad. Sin embargo, aún habrá de pasar mucho tiempo antes de que la profesionalización de la educación de adultos en Nigeria llegue a esa etapa. Es hora de que todos los actores que intervienen en la educación de adultos aúnen esfuerzos y presenten ante la Asamblea Nacional un proyecto de ley para profesionalizar la educación de adultos en Nigeria. El sector de la educación de adultos y las universidades de este país también deberían estar preparados para el advenimiento de los CEMA y de la Cuarta Revolución Industrial. Es necesario que elaboren un currículum que se guíe por el modelo de un sistema de aprendizaje abierto y a distancia. Hay que actuar ya, pues es muy probable que estos métodos pedagógicos estén por llegar.


Referencias

Alkali, M. (2016): Professionalism in Adult Education: The Surest Way for Effective Administration of Adult Education in Nigeria. En: International Journal of New Technology and Research (IJNTR), 2 (9), 76–80. https://www.ijntr.org/download_data/INTRO2090046.pdf

Ampene, E. K. (1979): Teaching Adults: Styles, Methods and Techniques. En: Bown, L.; Tomori S. H. O. (eds.): A Handbook of Adult Education for West Africa, 101–120. Londres: Hutchinson & Co. (Publishers) Ltd.

Bown, L. (1979): Scope and Purpose of Adult Education in West Africa. En: Bown, L.; Tomori S. H. O. (eds.): A Handbook of Adult Education for West Africa, 13-28. Londres: Hutchinson & Co. (Publishers) Ltd.

Bown, L.; Owolewa, M. (1979): The Future. En: Bown, L.; Tomori S. H. O. (eds.): A Handbook of Adult Education for West Africa, 240–253. Londres: Hutchinson & Co. (Publishers) Ltd.

Cepic, R.; Masic, M. (s.f.): Initial and Continuing Professional Development of Adult Educators from an Educational-Policy Perspective: Rethinking from Croatia, Part 3. Education Policy, Reforms and School Leadership. https://bit.ly/2lD7xJr

Gines, A. C. (2013): Professionalisation of Adult Educators: The Philippine Experience. En: American International Journal of Social Science, 2 (8).

Hassan, M. A.; Oyebamiji, M. A. (2012): Introduction to Adult Education. Ibadán: Gabesther Educational Publishers.

Omolewa, M. (1979): Supporting Institutions: Libraries, Museums, Exhibitions, Fairs, Shows and Festivals. En: Bown, L.; Tomori S. H. O. (eds.): A Handbook of Adult Education for West Africa, 159–180. Londres: Hutchinson & co (publishers) LTD.

Tobias, R (s. f.): The Professionalisation of Adult Education in Aofearoa, New Zealand, 1930s–1960s. https://bit.ly/2jWL0qE


Sobre el autor

M. A. Hassan es profesor de educación industrial y de adultos en la Universidad Adekunle Ajasin, en Akungba-Akoko, estado de Ondo, Nigeria, donde actualmente también ocupa el cargo de director de estudios generales. Es miembro del Consejo Nacional Nigeriano para la Educación No Formal y de Adultos.

Contacto
ayindeayindeayinde@hotmail.com
moshood.hassan@aaua.edu.ng

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