Akanisi Kedrayate

En el Pacífico Sur a veces se asume que la educación sólo empieza con el advenimiento de las escuelas introducidas por los misioneros. Ha habido sin embargo una gran cantidad de educación organizada que tenía lugar en sociedades tradicionales del Pacífico antes de que llegaran los misioneros procedentes de Occidente. Akanisi Kedrayate narra sus propias experiencias. La Sra. Kedrayate es jefa del Departamento de Educación y Psicología, Escuela de Humanidades, Universidad del Pacífico Sur. Otro artículo escrito por ella fue publicado en el número 58 de esta revista.

El aprendizaje en sociedades tradicionales del Pacífico Sur: una reflexión personal

Cada sociedad del mundo tiene una cultura que se transmite de generación en generación a través de la educación. La educación es la humanización de las personas que viven en sociedad. Ya sea que se refiera a la socialización o la inculturación, a la educación indígena o a la educación tradicional, es educación. Y en cuanto proceso humano, es una parcela de cualquier sociedad humana. (Occiti, J. 1994)

El aprendizaje en la sociedad tradicional

En sociedades tradicionales del Pacífico Sur cada miembro de la comunidad aprende. El aprendizaje era un proceso importante en la medida en que aseguraba la continuidad y sostenibilidad de la vida. Todo lo que se aprendía en estas sociedades tradicionales estaba intensamente relacionado con su manera de vivir, con los recursos que tenían y con la forma como había que usarlos para responder a las necesidades de la familia, de los demás familiares y de la comunidad. La aplicación práctica de destrezas y conocimientos era muy importante. El aprendizaje era sumamente funcional en el sentido de que lo aprendido tenía que ser puesto en práctica, ya que de otra manera las destrezas adquiridas se perdían.

La gente aprendía a través de la educación tanto formal como no formal o informal.

La educación informal

En estas sociedades, una parte sustancial de los conocimientos aprendidos y de las destrezas adquiridas lo eran a través de la educación informal. Normalmente se considera que la educación informal es un aprendizaje espontáneo que realizan los individuos en la medida en que, en su proceso de vida cotidiana, interactúan con su entorno social y físico. Está abierta a todos los miembros de la comunidad, ya sean niños/as, jóvenes o adultos/as. Es realmente un proceso de aprendizaje que dura toda la vida. Para los fines del presente artículo, educación informal es la educación asistemática, no organizada y a veces incluso involuntaria, un aprendizaje valioso que da cuenta de la gran cantidad de cosas que va aprendiendo una persona durante todo el tiempo de su vida.

A través de la educación informal los niños/as aprendían de sus padres y antepasados los conocimientos, destrezas y actitudes que se requieren para la vida y la sobrevivencia cotidiana. De cada persona se esperaba que conociera sus valores, sus costumbres, sus obliga ciones, y las normas sociales que hacen posible la vida: las relaciones sociales, el propio linaje, el medio ambiente, las formas adecuadas de conducta. La preparación de cada individuo para los roles que la persona tiene que jugar en la familia, en la comunidad y en la sociedad en general, es crucial. Los varones aprenden habilidades de pesca o de agricultura, y las mujeres cómo cocinar y ocuparse de la casa. La mayor parte del aprendizaje se da a través de la observación y la imitación.

La socialización es un proceso importante que facilita el aprendizaje del individuo, supuesto que no tiene conocimiento de lo que es el entorno social, para que adquiera los conocimientos sociales y las destrezas sociales con las que puede ser aceptado/a e integrado/a en la sociedad. A través de la socialización cada persona puede acceder a una cierta cantidad de ‘conocimientos y destrezas comunes’, necesarios para la sobrevivencia y para un relacionamiento social sostenido. Sin embargo, los ‘conocimientos y destrezas acabados’ sólo pueden transmitirse dentro del clan. En Fiji, por ejemplo, los conocimientos y destrezas para la construcción de canoas son algo específico del clan que construye canoas. Sólo en casos especiales ocurre que los conocimientos pertenecientes a un clan pueden ser transmitidos a gente de afuera después de que la persona haya demostrado su lealtad y su compromiso. Por ejemplo, a una persona de afuera (varón) que se casa con alguien del clan se le puede permitir que aprenda el arte de construir canoas. El carácter secreto y la protección de conocimientos y destrezas tienen que ver con temas de control, poder y riqueza. Tener conocimientos es tener poder, y quien tiene poder puede controlar a otros. Cuando los conocimientos y destrezas se ponen en práctica, resultan una fuente de riqueza. Por ejemplo, las mujeres de mi clan tienen la habilidad de trenzar una cesta especial llamada ‘sova’. Estas cestas se usan también para el intercambio por hermosas esteras de clanes de la zona costera o comunidades de las islas. También cuando llegan a la comunidad visitantes especiales, se les ofrece como regalo estas cestas a cambio de alimentos o de regalos que ellos/as pueden traer. Modernamente estas cestas son vendidas en mercados y centros artesanales con el fin de generar ingresos para nuestra comunidad.

A las mujeres que se casan con varones de nuestro clan nunca se les enseña el arte de trenzar estas cestas mientras no hayan demostrado su lealtad y compromiso con el clan. Recuerdo que siendo joven discutí con mi madre porque a una tía no se le había enseñado el arte de trenzar. Ella me dijo que se trataba de una ‘vulagi’ (‘vulagi’ significa forastera) y que si mi tío moría ella regresaría a su aldea. Si se le enseñara esas destrezas, ella se llevaría los conocimientos y destrezas a su clan y nosotros perderíamos nuestra fuente de riqueza. En aquel momento yo no entendía completamente lo que ella quería decir. Yo pensaba que era muy injusto y mezquino que se mantuviera a la tía afuera mientras las mujeres del lugar (miembros del clan) se reunían para trenzar cestas. Pero ahora puedo entender y valorar lo que mi madre entonces quería decir.

El aprendizaje de roles de género

El aprendizaje de conocimientos y destrezas específicas también tiene que ver con la división sexual del trabajo. Cada género aprende los conocimientos y destrezas que son apropiados a sus roles. Por ejemplo, los varones aprenden cómo se cultiva la tierra, cómo se pesca y se caza, mientras las mujeres aprenden habilidades domésticas.

Sin embargo, a veces los padres y las madres, y otras personas mayores, instruían a sus hijos e hijas en ciertas destrezas con propósitos determinados. Recuerdo que cuando era adolescente, a la edad de 12 años, me enseñaron algunas habilidades relacionadas con la agricultura y la pesca. A menudo participaba en expediciones de pesca con mi padre y mis primos varones. Normalmente eso era inaceptable en la comunidad. Mi padre me mostraba cómo excavar camotes. “Cuando excaves camotes, ésta es la forma y el lugar en que tienes que hacerlo”. Me decía por qué yo tenía que hacerlo de la manera que me estaba enseñando. Si bien se supone que sólo los varones aprenden las técnicas de la agricultura y de la cosecha de productos agrícolas, a mí se me permitía aprender esas técnicas porque no tenía un hermano varón. Yo era en la familia la menor de tres hijas. Si antes de que naciera mi padre había deseado que yo fuera varón, es algo que nunca le pregunté.

Mi madre me enseñó también a cocinar ciertos alimentos y la importancia de utilizar determinadas hojas para envolver las comidas. Me enseñó cómo comportarme como niña y como mujer, qué es lo que debía y lo que no debía hacer, con quién me debía comunicar y con quién no. Tengo que admitir que a menudo entraba en conflicto con las enseñanzas de mi madre ya que siempre la estaba cuestionando en la medida en que no se me permitía realizar ciertas actividades que sólo se consideraba convenientes para los muchachos. Por ejemplo, le preguntaba por qué yo no podía trepar a los cocoteros. Nunca se me dio una respuesta categórica. Todos estos aprendizajes se realizaban en la casa o en la comunidad.

La educación no formal

Muchas de las cosas que se aprendía en la comunidad eran sucintas, organizadas y por lo general marcadas por la práctica de lo que se aprendía. Una característica sobresaliente de esto era que tales aprendizajes estaban destinados a responder a las necesidades de grupos específicos. En la mayor parte de los casos estos breves programas educativos se organizaban a solicitud voluntaria de individuos o grupos con necesidades específicas de aprendizaje y que tenían tiempo para ese aprendizaje. Así, para nuestro propósito, este aprendizaje es educación no formal, vale decir un aprendizaje útil, organizado y dirigido a un grupo meta particular.

Recuerdo que cuando era adolescente algunas mujeres jóvenes de la comunidad querían aprender a tejer esteras. La cosa se organizó y el proceso de aprendizaje tuvo lugar en mi casa, con mi madre y mi tía paterna como maestras. Aunque algunas de ellas habían sido capacitadas por sus madres, dos de ellas habían perdido la destreza por falta de práctica. La mujer de mayor edad del grupo (la tía) las re prendió por no saber cómo se teje, pues se esperaba que toda mujer debería conocer esa habilidad. Después les mostró cómo se hacía, mientras las dos mujeres observaban. Después de la demostración se les dijo que tejieran. El proceso de enseñanza y aprendizaje llevó tres días, al cabo de los cuales las mujeres dominaban la técnica del tejido. El examen consistió en que se les pidió que tejieran una estera cada una.

Otra forma de educación no formal es la enseñanza de las danzas tradicionales, que está altamente organizada y ritualizada. La maestra posee conocimientos y destrezas específicas, que le han sido transmitidas personalmente por sus padres. A las participantes se les enseña pacientemente las habilidades de movimiento corporal y a observar el ritual que éste conlleva. Las participantes siguen cuidadosamente las instrucciones, y el examen es la función final delante del jefe y de otros miembros de las comunidades.

Los niños/as y las personas adultas aprenden también de las ceremonias tradicionales y de los acontecimientos familiares o del clan. Recuerdo que cuando era joven había reuniones del clan que se celebraban en nuestra casa. Mi tío, que era el jefe del clan, presidía y dirigía las discusiones. Con frecuencia se daba un intercambio de ideas y puntos de vista sobre asuntos concernientes al bienestar del clan. Yo solía aprender un montón de cosas en estas reuniones del clan, pese a que nunca se me permitía tomar la palabra.

La educación formal

Si consideramos la educación formal como algo estructurado, organizado con maestros/as especiales, entonces ciertamente no era una práctica común en las comunidades tradicionales antes de que llegara el sistema escolar.

Las personas mayores proporcionaban a los/as jóvenes, y también a las personas adultas, algunas formas de aprendizaje altamente organizadas y con instrucciones especiales. Se construía también locales especiales en los que se practicaba la enseñanza. En comunidades tradicionales de Fiji, Papua Nueva Guinea, Vanuatu, las islas Salomón y otros países del Pacífico, los ritos de iniciación para la gente joven, cuando alcanzan la pubertad, se organizan con un enfoque formal. Durante este período se colocaba a los varones jóvenes en una casa especial, fuera de la aldea, junto con personas mayores sabias y llenas de experiencia. Ahí se les impartía instrucciones y capacitación, y también se los circuncidaba como una preparación para la edad adulta. Los iniciados demostraban su coraje y madurez por medio de algunas pruebas rigurosas.

En algunas de las islas pequeñas del Pacífico son las mujeres las que pasan por un proceso de iniciación. En Tuvalu una maestra relataba que durante la pubertad a ella y a otras jóvenes de la comunidad se las metió en un cobertizo y sólo se les daba agua y cocos para que se alimentaran. Al pasar por dicho proceso se suponía que adquirirían la fortaleza y el aguante necesarios para enfrentar situaciones difíciles en sus futuros roles como madres. En esta sociedad, cuando hay hambruna, primero se tiene que alimentar al marido y a los hijos/as, y la madre come lo que queda.

Si el aprendizaje se refiere a la continuidad y sustento de la vida, en- tonces se puede suponer que en las comunidades tradicionales ello está ocurriendo todo el tiempo, en la comunidad y entre todos los grupos: ya sean jóvenes o personas adultas y de la tercera edad. Sin embargo, mucho de este aprendizaje tradicional se ha ido devaluando con el énfasis que se hace en la educación moderna.

Una reflexión personal a modo de conclusión general

No puedo disociarme a mí misma de mi pasado, ni ignorar los importantes valores y normas que han conformado mi vida. Soy lo que actualmente soy gracias a mi pasado. Y, sin embargo, a veces me encuentro en mi mente moderna en un dilema, en el sentido de que me pregunto qué parte de mi educación me ha cambiado en mayor medida. ¿Ha sido mi educación comunitaria o mi educación occidental? De un lado tengo que decir que el pasado ya no resulta relevante para el mundo moderno de la ciencia y la tecnología. Pero entonces, paradójicamente, no importa cuánto pueda ofrecer el mundo moder- no, me encuentro a mí misma escapando hacia mi comunidad, y esto con bastante frecuencia, para recapitular las enseñanzas y valores positivos que yo he perdido a través de la educación moderna.

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