Las crecientes dificultades que enfrenta la población rural son motivo de una cada vez mayor migración a las ciudades. A fin de que estos nuevos ciudadanos urbanos puedan hacer frente a sus nuevas circunstancias de vida precisan medidas de alfabetización que hagan justicia a su situación. Probak Karim describe a continuación un proyecto de alfabetización experimental en Bangladesh, cuya finalidad es desarrollar una versión urbana de materiales de alfabetización rurales. El resultado fue un conjunto de materiales basado en un nuevo proceso pedagógico y didáctico. Probak Karim describe el desarrollo que culminó con este conjunto. Lleva trabajando ya más de una década en el campo de la educación de adultos y educación primaria en Bangladesh. Sus campos de actividades más recientes son el desarrollo descentralizado de planes de estudio y el desarrollo de estructuras de aprendizaje basadas en la comunidad. Actualmente se desempeña como especialista en aprendizaje comunitario en Plan International de Bangladesh, Dhaka, y puede ser contactado a través de probak@bangla.net
Debido a la pobreza, a la erosión de los ríos, a la indigencia y a la esperanza de lograr mejores oportunidades, una gran cantidad de aldeanos se ven obligados a emigrar a las ciudades, pues son cada vez más conscientes de que si no adquieren las aptitudes apropiadas para subsistir en las nuevas circunstancias no podrán establecerse en el ámbito urbano. Cuando buscan trabajos ocasionales en las zonas urbanas, dentro del cada vez más amplio sector de servicios, la mayoría de los adultos migrantes, tanto hombres como mujeres, se dan cuenta del valor de mercado de la alfabetización. Un taller realizado entre 1996 y 1997 por los Amigos en el Desarrollo de las Aldeas de Bangldesh (Friends in Village Development Bangladesh – FIVDB) —una ONG dedicada a fomentar el movimiento de educación de adultos en ese país—, destinado a evaluar la naturaleza de las necesidades de alfabetización en Dhaka, la capital, y en otras áreas urbanas, reveló la existencia de un amplio espectro de necesidades de alfabetización vinculadas a los servicios domésticos, las fábricas de ropa, el transporte (por ejemplo, el rickshaw de tracción humana), la venta ambulante de artículos menores y los pequeños negocios. No se han realizado grandes esfuerzos en Bangladesh para comprender las verdaderas necesidades de esta gente y para que ellas sean consideradas en cualquier iniciativa de educación de adultos en gran escala.
Mediante su Proyecto de Elaboración de Materiales de Alfabetización Urbana, FIVDB creó inicialmente una «versión urbana» de sus materiales de alfabetización rural tradicionales. Sin embargo, basándose en un análisis crítico de los logros y las expectativas de los alumnos, en una investigación a fondo sobre el proceso enseñanza-aprendizaje y sus aspectos pedagógicos, y en la naturaleza ascendente del proceso, más adelante propició la creación de un conjunto de materiales más innovadores y eficaces.
A comienzos de la década de 1980, FIVDB elaboró un conjunto de materiales de alfabetización elemental destinado a los adultos analfabetos con que había estado trabajando. Gradualmente, otras ONG comenzaron a utilizar esos materiales en sus propias áreas. A principios de la década de 1990, FIVDB llegó a apoyar a más de 200 ONG, facilitándoles materiales y capacitación para poner en práctica sus programas de alfabetización. Los materiales de alfabetización que FIVDB elaboró inicialmente para su propio programa adquirieron tal grado de popularidad que fueron adoptados por la mayoría de las agencias de todo el país.
Fue sólo a mediados de los años noventa cuando varias ONG de Bangladesh comenzaron a trabajar en zonas rurales. Algunas de esas entidades habían adoptado un programa de educación de adultos con el fin de respaldar sus otras actividades de desarrollo. Uno de los principales problemas que afrontaron en ese entonces fue que no se disponía de cartillas de alfabetización apropiadas para alumnos adultos de zonas urbanas. A falta de ese instrumento, la casi mayoría de esas agencias tuvo que usar o adaptar en sus programas de alfabetización urbanos materiales de lectura y escritura diseñados originalmente para alumnos rurales. Quedó de manifiesto que en esa época los programas adolecían de muchos problemas debido a que los materiales eran inapropiados. Si bien estas organizaciones experimentaron serias restricciones al relacionar con el ámbito urbano el contenido y el vocabulario utilizados en el material de alfabetización rural, prácticamente no tenían otra opción.
A solicitud de algunas de estas entidades, FIVDB decidió asumir el desafío de diseñar cartillas de alfabetización para alumnos urbanos esencialmente como una de sus actividades continuas de investigación y desarrollo. FIVDB había generado conocimientos técnicos especializados y al mismo tiempo había prestado servicios de apoyo a sus unidades sobre el terreno en una amplia variedad de ámbitos urbanos y semiurbanos para programas de alfabetización, al igual que a sus ONG asociadas, y esa experiencia había contribuido al éxito de la empresa. En 1996 el programa para Bangladesh de Plan International surgió como una instancia de ayuda que permitió financiar esta iniciativa. Plan International Bangladesh también compartió con FIVDB las experiencias de su unidad sobre el terreno dedicada a ad- ministrar centros de alfabetización de adultos en Dhaka. Esta fórmula de trabajo motivó en gran medida a FIVDB para crear una Unidad de Elaboración de Materiales en Dhaka y poner en marcha un proyecto de elaboración de materiales destinados a la alfabetización urbana.
El equipo de FIVDB encargado de elaborar currículos y materiales comenzó sus actividades con un estudio evaluativo a fondo de los programas de alfabetización de adultos en Dhaka. Las principales conclusiones de dicho estudio fueron:
Casi todos los alumnos adultos en estos programas urbanos contaban con algún tipo de experiencia en lectura y escritura antes de ingresar en el centro de alfabetización.
En la mayor parte de los centros de alfabetización de adultos el componente de conciencia social del programa permaneció sin ser abordado.
A la mayoría de los alumnos adultos les pareció que la duración de cada lección (2 horas al día) era demasiado exigente teniendo en cuenta sus otras obligaciones que les permitían ganarse el sustento.
Los alumnos consideraron asimismo que la duración del curso (6 meses) era demasiado extensa como para comprometerse a estudiar en forma continuada.
A los alumnos no los entusiasmaba el contexto rural de las lecciones.
El equipo para elaboración de materiales de alfabetización urbana complementó el estudio anterior con una evaluación de las necesidades de aprendizaje tal como son percibidas por los alumnos adultos. El objetivo principal del proceso era no sólo identificar problemas, asuntos y temas de interés inmediato para los alumnos urbanos, sino además los métodos de alfabetización que posiblemente permitirían acelerar el proceso de adquirir aptitudes de lectura, escritura y cálculo, aprovechando el contacto de aquellos con el mundo de la escritura en el contexto urbano. A fin de cumplir esta tarea el equipo inició una interacción informal y estrecha con habitantes de barriadas urbanas. Paralelamente se realizó una encuesta estructurada sobre la percepción de los adultos urbanos analfabetos y semialfabetizados.
Los informes de las encuestas informal cualitativa y formal cuantitativa fueron sometidos a la consideración del personal de alfabetización urbana en un taller realizado en Dhaka, en un intento por agrupar las necesidades de aprendizaje percibidas de los alumnos potenciales en las siguientes áreas generales:
Mediciones y cálculos relativos a empleos en fábricas de ropa.
Trabajo doméstico en hogares urbanos de clase media.
Comunicación mediante el intercambio de cartas con parientes que se quedaron en las aldeas.
Transferencias de dinero por medio de bancos y giros postales.
Leer señales de tráfico y direcciones.
Poner en marcha pequeñas empresas y aprender técnicas de teneduría de libros.
Leer la tarjeta de inmunización de la madre y el hijo para identificar el día de la próxima visita.
Leer las etiquetas de los medicamentos para ser capaz de ingerir las dosis adecuadas.
Leer los recibos de sueldo de los trabajadores de fábricas de ropa.
Leer los periódicos.
Prestar algún grado de apoyo a los niños que asisten a la escuela, etc.
El equipo para elaboración de materiales urbanos de FIVDB también realizó separadamente una encuesta sobre el patrón lingüístico de los habitantes de barriadas de Dhaka con el fin de elaborar una lista de las palabras usadas más comúnmente en esos sectores. Este vocabulario fue complementado con palabras y frases corrientes del idioma bengalí utilizadas ampliamente en señales de tráfico, bandas publicitarias, pósters, periódicos, al igual que en programas de televisión y radio. La compilación de estas palabras fue titulada Nittay Kotha (palabras de uso más frecuente) y se empleó para elaborar los materiales didácticos de alfabetización urbana.
Una de las principales intenciones del equipo encargado de elaborar materiales fue crear un espacio para que los alumnos determinen lo que desean aprender. Se suele afirmar que los estudiantes son el recurso menos aprovechado en la elaboración de currículos). El equipo no quería repetir ese error, de modo que en vez de crear en primer lugar un conjunto completo de materiales y después preguntar a los alumnos lo que les había agradado y desagradado de aquéllos, decidió elaborar materiales en forma semanal. Se organizaron 7 centros de alfabetización en el barrio de Agargoan (la barriada más extensa de Dhaka). Los encargados de elaborar los materiales solían reunirse diariamente en un centro de alfabetización. Allí observaban las clases, prestaban asistencia al shebok o a la shebika (monitor o monitora) y a los alumnos, recogían opiniones sobre el método y los contenidos de los materiales, evaluaban las estrategias de enseñanza y aprendizaje, etc. Además, a menudo les preguntaban a los alumnos y a los monitores qué les gustaría aprender la semana siguiente. Como a los centros ingresaban alumnos que provenían de distintos ambientes, sus intereses también diferían. El equipo analizaba sistemáticamente los datos de observación que recopilaba semanalmente en los centros experimentales con el propósito de elaborar estrategias de enseñanza y aprendizaje y contenidos complementarios para la próxima semana. Esta práctica se mantuvo por 6 meses y concluyó con una evaluación de los resultados de aprendizaje de los alumnos.
A pesar de los esfuerzos sistemáticos que realizaron FIVDB y Plan International Bangladesh, el rendimiento de los alumnos en cuanto a niveles de alfabetización adquiridos finalmente no fue significativamente mejor que el de los centros donde se trabajaba con materiales rurales. Fuera de recopilar puntajes de rendimiento, los especialistas en alfabetización también recogieron, formal e informalmente, opiniones, de los alumnos con respecto a su desempeño general en materia de lectura y escritura.
El panorama más amplio que surge de los datos de la evaluación anterior, de las opiniones formales e informales de alumnos y monitores, al igual que del personal de alfabetización y de los encargados de elaborar los materiales, arroja las siguientes conclusiones:
Los niveles de alfabetización alcanzados por los alumnos no eran sostenibles.
Los monitores difícilmente podían aplicar, siguiendo los procedimientos y estrategias deseados, el «mira y habla» o «método de la palabra», una versión adaptada a nivel local del método de enseñanza del lenguaje total.
Aun cuando la mayoría de los alumnos podía recitar algunos de los textos de la cartilla, no eran capaces de decodificar independientemente palabras sencillas aisladas de dichos textos.
Como casi todos los monitores eran muchachos y muchachas adolescentes, su capacidad para adaptar distintos métodos y materiales durante la interacción en la clase real era muy limitada.
La guía para el maestro se transformó en una herramienta que limitó la creatividad de los monitores.
En las lecciones de aritmética no se tomó en cuenta la habilidad de cálculo funcional de los alumnos adultos urbanos.
Puesto que uno de los objetivos fundamentales de la recopilación de datos de la evaluación era identificar las áreas en que se podría mejorar la enseñanza y el aprendizaje, el equipo procuró determinar los alcances pedagógicos de dichos datos, proceso que se facilitó con la intervención de un consultor internacional.
El equipo comenzó por interpretar los datos disponibles para así identificar las áreas donde se podrían mejorar los materiales. Con todo, en definitiva este análisis crítico llevó al equipo a discurrir nuevas estrategias de enseñanza y aprendizaje, al igual que contenidos basados en algunas nuevas percepciones. Si bien el objetivo inicial del proyecto era elaborar «una versión urbana» de los materiales de alfabetización rurales, durante y después de este proceso de revisión se acabó por generar un nuevo conjunto de materiales basados en una pedagogía y en métodos de enseñanza y aprendizaje novedosos.
A continuación se señalan las nuevas estrategias que surgieron a partir del análisis crítico de esos datos:
Uno de los principales objetivos de los materiales sería ayudar a los alumnos adultos a convertirse en «lectores independientes».
La «conciencia social sobre algunos temas escogidos» debería ser respaldada además por el fomento de la «aptitud de pensamiento crítico» entre los alumnos.
Existía una viva necesidad de introducir estrategias pedagógicas adecuadas a fin de promover las aptitudes de decodificación en las cartillas de alfabetización existentes y acelerar el desarrollo de competencias independientes de lectura y escritura dentro de un breve período para así fomentar la autoconfianza entre los alumnos.
Se podría utilizar un libro de lectura para principiantes con el objeto de acelerar el proceso de lectura y al mismo tiempo ampliar el área de conocimientos de utilidad práctica para los alumnos.
Se debe hacer hincapié en la adquisición de aptitudes aritméticas superiores, aprovechando las habilidades existentes de cálculo.
El exceso de instrucciones impartidas a los monitores para dirigir la sección de debate de la clase de alfabetización y así crear conciencia social contribuye de hecho a limitar su capacidad o su oportunidad de crear un ambiente propicio para que los alumnos entablen por sí solos un diálogo significativo.
Sobre la base de esa conclusión el equipo acordó «impartir menos instrucciones» a los monitores y crear oportunidades para que estos demuestren su creatividad.
Las experiencias con otros experimentos indicaron que si dentro de un plazo muy breve los alumnos podían adquirir las aptitudes de codificación y decodificación en idioma bengalí (junto con un vocabulario visual limitado), aumentaría en gran medida el nivel de motivación de los alumnos. Al mismo tiempo resulta importante continuar basándose en esas aptitudes primarias de lectura y escritura.
Sobre la base de esas experiencias, la totalidad del curso de alfabetización se dividió en tres partes principales. La primera consistiría en un programa dedicado a aprender el alfabeto y los signos, y a desarrollar las aptitudes básicas de codificación y decodificación. La segunda se destinaría básicamente a consolidar esas aptitudes. Y la tercera consistiría en la rápida expansión de las aptitudes de lectura y escritura basándose en los aspectos positivos de las dos etapas previas. La tercera parte se centraría más en el alumno; se esperaría que los estudiantes fueran capaces de participar mayormente por sí solos en las tareas de lectura, escritura y cálculo, mientras que los monitores entregarían y evaluarían las tareas y prestarían apoyo fuera de los cursos en caso necesario.
Así pues, los materiales fueron divididos en tres partes. La prime- ra, llamada Shekor (las raíces) duraría 24 días; la segunda, llamada Ankur (el brote), duraría 30 días; y la tercera, llamada Bistar (la planta), duraría 51 días.
Cuando el equipo produjo un conjunto de materiales prácticamente nuevo se sugirió la necesidad de crear una oportunidad para probarlo sobre el terreno. Aun cuando en ese entonces FIVDB no contaba con un programa de alfabetización de adultos en áreas urbanas, se decidió establecer por lo menos dos centros de alfabetización de adultos en una barriada. Los materiales serían probados sobre el terreno en dichos centros.
Los resultados iniciales de esta prueba sobre el terreno demostraron ser extremadamente alentadores, especialmente en cuanto al progreso académico. Sobre la base de esa experiencia los materiales fueron sometidos a modificaciones adicionales. Sin embargo, antes de ofrecerlos a otras organizaciones se sugirió que una de las entidades asociadas a FIVDB, que contaba con un programa de alfabetización urbana, debería aplicarlos a título experimental. Una ONG llamada ARBAN accedió a hacerse cargo de este programa experimental y puso en marcha 50 centros de alfabetización en diferentes barriadas de la ciudad de Dhaka.
El contexto urbano del programa de alfabetización es bastante distinto del contexto rural, y la idea de crear un programa especial para habitantes de las ciudades representa también un concepto nuevo en Bangladesh. La experiencia de elaborar el Shekor, que resultó ser el primer experimento de ese tipo en Bangladesh, tuvo algunas importantes repercusiones. El proyecto demostró que existía un mayor grado de progreso de los alumnos en materia de lectura, escritura, contabilidad y conciencia social.
Los monitores han agradecido con entusiasmo la estrategia de darles libertad para ser creativos. Este enfoque resultó ser también eficaz en el caso de los alumnos identificados como «semialfabetizados», que normalmente estaban siendo excluidos de cualquier programa de alfabetización.
Por añadidura, logró demostrar lo que otros también han descubierto: que mientras mayor sea la utilidad que los adultos perciban en los cursos de alfabetización y mientras más capaces sean de asociar esos conocimientos a sus experiencias prácticas de lectura y escritura en la vida cotidiana, más motivados van a sentirse.
A pesar de lo anterior, una de las principales limitaciones de este proyecto fue el intento de elaborar materiales de enseñanza y aprendizaje de lectura y escritura sin vincularlos a ningún tipo de programa de generación de ingresos o de educación profesional.
Aun cuando se trató de un experimento significativo en el emergente contexto de la alfabetización urbana en Bangladesh, más adelante se percibió la importancia de contar con una completa documentación sobre el proyecto y los procesos en juego. Sin embargo, esta fue probablemente el área más débil de dicho proyecto.
Los programas de alfabetización urbana no deben ser considerados sólo como una versión adaptada de programas rurales, pues esa estrategia ha demostrado ser ineficaz. En consecuencia, es importante considerar el programa de alfabetización urbana como un nuevo fenómeno. Tal parece que el recién adoptado método mixto de alfabetización incomoda a la mayoría de los expertos en alfabetización de Bangladesh que tienden a restringirse al «método único» (método «de la palabra» o «de la frase», sin vincularlo al desarrollo de la conciencia fonémica y la fonética) como el mejor método de alfabetización, ignorando el hecho de que viven en un mundo en proceso de cambio.
Así y todo, una de las lecciones más importantes que nos enseñó este proyecto es que un programa de alfabetización eficaz no depende sólo de buenos materiales. La integración, la organización, la supervisión, la capacitación, la vigilancia, la evaluación, etc., son factores muy importantes para el éxito de un programa de alfabetización. Si bien el Shekor había constituido un importante experimento en el área de elaboración de materiales, otros ámbitos aún permanecían inexplorados.