El Llamamiento a la Acción de Abuja identifica como condición prioritaria el que los países comprendan la dimensión del desafío que impone la alfabetización. El ejemplo de Kenia, que fue compartido con los participantes en el Taller de Abuja, ofrece una excelente herramienta para llevar a la práctica esa intención. La autora es Directora del Departamento de Educación de Adultos de Kenia.
La Encuesta Nacional sobre Alfabetización de Adultos de Kenia (Kenya National Adult Literacy Survey – KNALS) fue realizada entre junio y agosto de 2006 por la Oficina Nacional de Estadísticas de Kenia (Kenya National Bureau of Statistics – KNBS) en colaboración con el Departamento de Educación de Adultos (Department of Adult Education – DAE), la Oficina de la UNESCO en Nairobi y otros socios clave. El propósito era generar datos precisos sobre la situación de la alfabetización en el país. Los objetivos específicos eran:
Kenia se encontraba entre los cinco países en desarrollo escogidos para poner a prueba el Programa de Evaluación y Monitoreo de la Alfabetización (Literacy Assessment and Monitoring Programme – LAMP) creado por el Instituto de Estadística de la UNESCO. Kenia necesitaba los datos con urgencia para ampliar y fortalecer su programa nacional de alfabetización, y tras participar en el LAMP por dos años las autoridades de este país se dieron cuenta de que su fase de desarrollo estaba durando demasiado tiempo. Por añadidura, la metodología del LAMP era muy onerosa. Según el asesoramiento recibido, para cada idioma se habría requerido una muestra de 2.250 personas. Asimismo, a Kenia no le agradaban los ítemes de evaluación. Un análisis crítico de las 12 preguntas de evaluación del módulo de filtro, que el LAMP adoptó a partir de la Encuesta Internacional sobre Alfabetización de Adultos (International Adult Literacy Survey – IALS), reveló que el 90 % de dichos ítemes carecerían de interés cultural en el contexto de Kenia. Así pues, este país decidió adoptar una de las metodologías aprendidas del LAMP, al igual que otros enfoques utilizados en el Consorcio de África Meridional y Oriental para la Supervisión de la Calidad de la Educación (Southern and Eastern Africa Consortium for Monitoring Educational Quality – SACMEQ), a fin de crear ítemes de evaluación adaptados específicamente a la cultura y el contexto de Kenia. Sin embargo, tenemos una enorme deuda de gratitud con el LAMP por la capacitación recibida en el área de creación de ítemes para evaluar la alfabetización.
La muestra para la KNALS abarcó la totalidad de las 8 provincias kenianas: Central, Costera, Oriental, Nairobi, Nororiental, Nyanza, Rift Valley y Occidental. Se seleccionó una muestra probabilística de alrededor de 18.000 hogares a fin de poder estimar por separado los indicadores clave para cada provincia y distrito del país, al igual que para las zonas urbanas y rurales. La encuesta empleó un diseño muestral de dos etapas. La primera consistía en seleccionar conglomerados de la muestra padrón nacional realizada por la KNBS. De este marco padrón se escogieron en total 1.200 conglomerados, de los cuales 377 eran urbanos y 823 rurales. En la segunda etapa se efectuó un muestreo sistemático de grupos familiares a partir de un listado de todos los hogares. Se muestrearon 18 grupos familiares de cada uno de los conglomerados. El listado de hogares fue actualizado el 2005 durante los preparativos para realizar la Encuesta Integrada de Kenia sobre Presupuesto Familiar (Kenya Integrated Household Budget Survey – KIHBS). Especialistas de la KNBS en Nairobi se encargaron de seleccionar los conglomerados y grupos familiares para la encuesta, y los listados de muestras fueron entregados a los supervisores de la encuesta. Todos los miembros del grupo familiar escogido que tuvieran 15 o más años de edad reunían las condiciones para ser incluidos en la encuesta sobre alfabetización. Aun así, sólo se seleccionó al azar a uno de los miembros habilitados de cada grupo familiar para que completara el cuestionario individual y los ítemes de prueba.
Se elaboraron 5 instrumentos para evaluar la alfabetización tras consultar la opinión de una amplia gama de partes interesadas, entre ellas la Universidad de Nairobi, el Ministerio de Educación, el Consejo Nacional de Exámenes de Kenia (Kenya National Examinations Council – KNEC), organizaciones confesionales, grupos de la sociedad civil y grupos de base comunitaria, para así asegurarse de que tuvieran significación cultural.
En Kenia hay 42 grupos étnicos distintos, además de 18 grupos lingüísticos principales. Puesto que la política del Gobierno con respecto al idioma de enseñanza consiste en utilizar lenguas autóctonas en el nivel de alfabetización básico e incorporar el kiswahili y el inglés en el nivel de post-alfabetización, la encuesta fue realizada entre los principales grupos lingüísticos, en inglés y en kishwahili, a fin de adaptarse al clima predominante de diversidad cultural e idiomática. Se contrató a dos especialistas en cada idioma o dialecto para que tradujeran los ítemes de prueba. Después de cada traducción se realizó una traducción inversa, procedimiento utilizado habitualmente para asegurarse de que un texto original resulte comprensible y para detectar cualquier imprecisión o ambigüedad.
Durante la encuesta se utilizó un cuestionario para el grupo familiar a fin de hacer un listado de todos los miembros de los grupos familiares seleccionados. En él se recopiló información relativa a: género, edad, estado civil, religión, tribu, asistencia a escuela o centro, nivel de escolaridad, discapacidades y empleo de todos los miembros del grupo familiar de 5 y más años de edad. Gracias a esta información básica fue posible identificar a todos los miembros que reunían las condiciones necesarias, y se seleccionó a uno de ellos al azar para que completara el cuestionario y la evaluación individuales.questionnaire and assessment.
En el cuestionario individual se recopiló la siguiente información:
Mediante un cuestionario institucional, aplicado a centros de educación de adultos muestreados, se recabó información acerca de temas relativos a las instituciones que imparten educación de adultos. Las preguntas abarcaron los siguientes aspectos:
Además de reunir información sobre la autoevaluación de los niveles de alfabetismo, la KNALS también incluyó un test para evaluar el nivel de alfabetismo de todos los entrevistados escogidos. Éste permitió determinar, entre otras cosas, si los encuestados eran capaces de leer y comprender instrucciones, o de leer y utilizar la información proporcionada. A diferencia de las anteriores encuestas sobre alfabetización, en las que se suponía que los entrevistados que habían asistido a la escuela hasta alcanzar determinado nivel estaban alfabetizados, esta vez todos los encuestados respondieron el mismo test. Por tanto, la KNALS sirvió para medir el grado de alfabetismo a través de evaluaciones directas de hombres y mujeres de 15 y más años de edad, las que se concentraron en tres aptitudes: lectura, escritura y cálculo.
Un Comité Directivo compuesto por secretarios permanentes (Ministerio de Planificación y Ministerio de Género, Deportes, Cultura y Servicios Sociales), al igual que por los directores de departamentos pertinentes y representantes de socios para el desarrollo, proporcionó orientación en materia de políticas y facilitó la movilización de recursos. Un Comité Técnico, formado por representantes de la KNBS, el DAE, la UNESCO, el Ministerio de Educación, el KNEC, la Universidad de Nairobi y el Instituto de Educación de Kenia (Kenya Institute of Education – KIE), administró e implementó la encuesta. Un grupo de coordinadores a nivel nacional y regional se preocupó de verificar que la encuesta fuera aplicada en sus respectivas áreas. 26 supervisores sobre el terreno se encargaron de coordinar los equipos de recopilación de datos, de asignar tareas, de servir de enlace con los funcionarios estadísticos distritales y con los funcionarios distritales de educación de adultos. A 99 ayudantes de investigación se les encomendó la tarea de identificar los grupos familiares escogidos, de realizar entrevistas a nivel familiar e individual, como también de gestionar, corregir, calificar y registrar los resultados de los test para evaluar el nivel de alfabetismo.
Los supervisores sobre el terreno y los ayudantes de investigación participaron en un curso de capacitación que duró una semana. Entre los temas tratados se incluyeron los antecedentes y los objetivos de la encuesta, conceptos y definiciones clave, el uso de mapas de conglomerados, el papel de los asistentes de investigación, técnicas de entrevista, rellenado de cuestionarios y formularios de resumen, procedimientos sobre el terreno, como asimismo todos los aspectos relativos a la aplicación de una encuesta. A continuación, los participantes debieron leer y comentar todos los cuestionarios, analizando el contenido de cada ítem que iba a ser sometido a consulta. También se realizaron ejercicios prácticos dentro y fuera de las sesiones de capacitación. Por otra parte, durante el período de capacitación se efectuaron simulacros de entrevistas y de tests in situ para garantizar la recopilación de datos confiables sobre el terreno. Los capacitadores fueron reclutados en la KNBS, en el DAE, en las sedes del Ministerio de Educación y del Ministerio de Género, Deportes, Cultura y Servicios Sociales (Ministry of Gender, Sports, Culture and Social Services – MOGSCSS), en el KNEC y en la Universidad de Nairobi. Con respecto a los supervisores, se recurrió a funcionarios experimentados del Departamento de Educación de Adultos y de la KNBS.
Un total de 26 equipos de entrevistadores se entregó a la tarea de recopilar datos durante la encuesta principal. Cada equipo estaba compuesto por un supervisor, hasta cuatro ayudantes de investigación y un chofer. Los datos fueron recabados durante un período de dos meses, entre el 8 de junio y el 8 de agosto de 2006. Los supervisores oficiaron de enlaces con los funcionarios distritales de etadísticas para acceder a archivos de conglomerados, y con funcionarios distritales de educación de adultos para identificar y rellenar los cuestionarios institucionales, revisar todos los cuestionarios y moderar los tests volviendo a corregir una muestra de los instrumentos usados para evaluar el nivel de alfabetismo, de modo de garantizar su calidad.
Los cuestionarios ya respondidos y revisados sobre el terreno fueron enviados a las oficinas de la KNBS en Nairobi para la captación de datos y una posterior revisión adicional. El procesamiento de los datos consistió en volver a revisar, recodificar particularmente el módulo relacionado con el trabajo, ingresar los datos, verificar y depurar los datos. Una vez depurados, los datos fueron ponderados para ajustarlos a los parámetros demográficos conocidos. Se contrató durante 60 días un equipo compuesto por 14 encargados de ingresar los datos y dos supervisores. Se emplearon los siguientes programas para el procesamiento de datos: CSPro (Census and Survey Processing System), SPSS (Statistical Package for the Social Sciences) y el software RUMM para analizar los datos del cuestionarios relacionados con evaluación y actitudes, sobre la base de la técnica de análisis Rasch.
Las siguientes fueron algunos de las conclusiones de la KNALS:
En términos generales, la encuesta reveló que la tasa nacional de alfabetismo de adultos en este país es de 61,5 %, mientras que la tasa de alfabetismo numérico asciende al 64,5 %, lo cual indica que una mayor cantidad de personas poseía más habilidades de cálculo que de lectura. Uno de los hallazgos más decisivos fue que, en promedio, el 38,5 % (7,8 millones) de la población adulta de Kenia era analfabeta, lo cual representa un desafío de grandes proporciones si se tiene en cuenta el papel central que le cabe a la alfabetización en el desarrollo nacional y en el empoderamiento de las personas para que puedan disfrutar de una vida plena. Otra conclusión significativa fue que para la cohorte etárea de 15 a 19 años se registró una tasa de alfabetismo de 69,1 %, de lo cual se deduce que el 29,9 % de los miembros de dicho grupo es analfabeto.
La encuesta reveló que, en materia de lectura y cálculo, las cifras correspondientes a las mujeres (64,2 % y 58,9 %, respectivamente) eran inferiores a las obtenidas para los hombres (67,9 % y 61,4 %, respectivamente). Tal vez esa fue la causa de que una cantidad mayor de mujeres que de hombres decidiera participar en programas de alfabetización de adultos.
La encuesta evidenció, asimismo, variaciones en los niveles de alfabetismo por región. En las áreas urbanas se registraron tasas superiores a las de las áreas rurales. Por ejemplo, en Nairobi, la capital, la tasa de alfabetismo de adultos alcanzaba el 87,1 %, mientras que en la Provincia Nororiental esa cifra llegaba al 9,1 %. Las desigualdades regionales confirman el hecho de que las áreas económicamente más prósperas tienden a gozar de una ventaja inicial en cuanto a desempeño académico en comparación con las zonas pobres.
Aun cuando la tasa nacional de alfabetismo fue estimada en 61,5 %, de lo cual se infiere un nivel de analfabetismo de 38,5 %, la encuesta también reveló que sólo el 29,6 % de la población adulta había adquirido el nivel de dominio deseable de las aptitudes de lectura y escritura. Ello significa que la mayoría de las personas que, según las mediciones, se encuentran alfabetizadas (61,5 %), corren el riesgo de perder sus aptitudes de lectura y escritura o son incapaces de desenvolverse eficazmente en el contexto de las economías del conocimiento.
Foro de niñas de la Escuela Primaria Peleleza de Likoni, Kenia Fuente: ActionAid
La encuesta reveló que la supervisión y la evaluación de programas de ECA eran inadecuadas porque los funcionarios encargados de esa tarea no contaban con medios suficientes para ocuparse de todos los centros de aprendizaje. También permitió advertir que los centros de aprendizaje no disponían de materiales didácticos suficientes y apropiados. La mayoría de los recintos donde se ofrecían los cursos eran de propiedad comunitaria (escuelas, iglesias, mezquitas, salones consistoriales, etc.), y contaban con un mobiliario y un equipamiento que por lo general no resultaban adecuados para el aprendizaje de alumnos adultos. Se descubrió que los docentes de autoayuda y de jornada parcial carecían de un nivel de aptitud suficiente para impartir clases a adultos.
Si bien hay maestros que reciben un sueldo íntegramente financiado por el Gobierno, la mayoría del personal docente que trabaja en programas de ECA corresponde a maestros de autoayuda y de jornada parcial que reciben una suma simbólica por trabajar voluntariamente en la enseñanza de adultos. Incluso aquellos que imparten clases en programas administrados por actores no estatales perciben una remuneración inadecuada. Estas circunstancias permiten explicar el bajo nivel de calificación de los capacitadores atraídos por la labor de ECA, como asimismo su escaso espíritu de trabajo, aspectos que fueron revelados por la encuesta.
El estudio permitió percatarse de que sólo el 31 % de la población adulta de Kenia estaba enterada de la existencia de los programas de ECA. El Departamento de Educación de Adultos cuenta con al menos un centro en cada división administrativa, pero debido a la extensión de estas áreas es imposible que todos los habitantes sepan de la existencia de ese establecimiento.
La ceremonia de lanzamiento del informe tuvo lugar en marzo de 2007 en Nairobi, y a ella fueron invitados representantes del Gobierno, de organizaciones confesionales, de organizaciones de la sociedad civil y de socios para el desarrollo. Las conclusiones también han sido difundidas en reuniones regionales celebradas en Nyanza, Rift Valley, la Provincia Costera y la Provincia Oriental, y existen planes para divulgar el informe en el resto de las provincias y distritos. Es preciso realizar esfuerzos adicionales para dar a conocer las conclusiones a nivel de las bases, de modo que la población pueda percatarse de su situación en esta área y planifique medidas adecuadas para afrontar el problema de las bajas tasas de alfabetismo. En vista de la importancia de estas conclusiones, y dado que ahora en Kenia está operando un nuevo equipo de actores políticos, existe el proyecto de difundir este informe entre los parlamentarios recién elegidos. El Departamento también está empleando los resultados de la encuesta como una herramienta que permita presionar al Gobierno para que contribuya con más fondos.
El Gobierno de Kenia agradece el apoyo financiero proporcionado por la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (ACDI), el Departamento para el Desarrollo Internacional (Department for International Development – DFID) y la Asociación Alemana de Educación de Adultos. El Departamento también expresa su gratitud al Dr. Njora Hungi de SACMEQ, a la UNESCO (Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación – IIPE), y a la Dra. Susan Nkinyangi, de la UNESCO, por la asistencia técnica prestada durante la encuesta.