La educación es un factor imprescindible para alcanzar el desarrollo y reducir la pobreza. A fin de hacer realidad los propósitos establecidos en el Marco de Acción de Dakar y en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la educación de adultos – además de la educación básica para niños y niñas – debe cumplir un papel decisivo. En la era de la globalización, sólo la educación a lo largo de toda la existencia permite mantener los estándares de vida y la competitividad de la sociedad. Por ello, en Tailandia se establecieron numerosos centros de apren dizaje comunitario, donde las personas pueden continuar sus estudios en el área no formal e informal. Srisawang Leowarin entrega una síntesis al respecto. Ella es especialista en educación no formal de la Oficina de Educación No Formal e Informal del Ministerio de Educación en Bangkok, Tailandia.
La educación es un factor decisivo en todos los aspectos asociados al desarrollo y el alivio de la pobreza, pues somos conscientes de que aquella es una de las herramientas eficaces en la lucha por erradicar la indigencia. Se han implementado muchos proyectos que contribuyen a garantizar que todos los niños y las niñas de Tailandia tengan acceso a una educación de buena calidad. Este principio está en consonancia con el Marco de Acción de Dakar, en cuanto a que para el año 2015 todos los niños y las niñas tendrán acceso a una enseñanza primaria gratuita y obligatoria de buena calidad, y a que la tasa de adultos alfabetizados aumentará en un 50 %. Cabe señalar a este respecto que todos los ciudadanos tailandeses han recibido 12 años de escolaridad gratuita. Los centros de educación no formal imparten diversos cursos de corta y larga duración en todo el país. Creemos que nuestra fuerza laboral adulta necesita también mantenerse al día respecto de las nuevas aptitudes esenciales que son producto del impacto de la globalización, para así transformar nuestro entorno con miras a crear una sociedad basada en el conocimiento. En consecuencia, incentivamos a nuestros ciudadanos para que accedan al aprendizaje a lo largo de toda la vida por medio de diversos centros didácticos como bibliotecas públicas, museos, parques públicos, parques científicos y tecnológicos, al igual que parques nacionales (Chantavanich, 2006). Asimismo, se han creado centros de aprendizaje comunitario, destinados a servir como centros de coordinación para ofrecer a los habitantes locales actividades de educación no formal e informal.
Tras la primera campaña de alfabetización (1940-1947) y durante el período comprendido entre 1971 y 1982, se lanzó el programa de alfabetización funcional con el objeto de promover la alfabetización de adultos. Por su parte, en 1972 el Departamento de Educación No Formal puso en funcionamiento los centros de lectura para aldeas con el fin de fomentar el hábito de lectura, y reforzó las habilidades de lectura entre los neoalfabetos financiando la publicación de dos diarios por centro de lectura (DNFE, 1995, págs. 47-49). En 1981 se llevó a cabo un sondeo en gran escala destinado a investigar los centros de lectura para aldeas, el cual reveló que más de la mitad de ellos requerían mejoras o tenían que cerrarse. La principal razón era que las actividades de dichos establecimientos no estaban adecuadamente coordinadas ni con la labor de lucha contra el analfabetismo ni con los programas de alfabetización orientados a la promoción y el desarrollo. Por añadidura, descubrimos que a la mayoría de los tailandeses que habitaban en zonas rurales les gustaba juntarse para platicar después de su ardua jornada laboral en los arrozales, utilizando como lugar de encuentro la casa de un dirigente localo un centro de lectura. Allí debatían sobre temas políticos, sociales, económicos y personales. Así aprendieron a resolver sus problemas y a compartir sus experiencias y conocimientos. Algunos centros de lectura de aldeas se transformaron gradualmente en centros de aprendizaje comunitario. Así pues, los educadores de adultos tailandeses concibieron en 1982 el proyecto de establecer un centro de aprendizaje comunitario, y como primer modelo de esta iniciativa pusieron en marcha el Centro de Educación y Desarrollo Comunitario del Área Montañosa (Hill Area), el cual, sin embargo, aún no alcanzaba su pleno desarrollo. Dicho establecimiento funcionó como centro de aprendizaje, como foro comunitario, como centro comunitario de capacitación, como centro comunitario de lectura, y como centro de coordinación para el desarrollo comunitario. Su administración le fue confiada a los miembros de la comunidad a fin de crear un sentido de pertenencia, y su labor se vio facilitada y respaldada por centros distritales y provinciales de educación no formal gracias a la colaboración de maestros voluntarios de educación no formal (Tichuen, 2004). Más adelante, el Departamento de Educación No Formal dio inicio a la estrategia de Un centro de aprendizaje comunitario por cada distrito, y en 1991 puso en marcha el Proyecto Piloto de Aprendizaje Comunitario en la aldea de Barnkog, provincia de Supanburi (DNFE, 1995, págs. 50-51). El centro de aprendizaje comunitario (CAC) proporciona un acceso igualitario a la educación a alumnos sin escolarización, mediante programas de alfabetización y postalfabetización, enseñanza básica, educación permanente, capacitación profesional, desarrollo de habilidades para la vida, etc. Desde entonces se ha comenzado a implementar centros de aprendizaje comunitario en Tailandia. Los CAC han sido concebidos como un poderoso mecanismo para facilitar el aprendizaje a lo largo de toda la vida en las comunidades rurales. Ellos marcan un viraje decisivo en la manera de impartir educación no formal, desde enfoques de orientación burocrática hacia aquellos basados en la comunidad. El Departamento de Educación No Formal (Department of Non-Formal Education – DNFE) ha cambiado su función de organizador por la de facilitador. Los CAC son creados y organizados por y para la comunidad, mientras que el DNFE facilita la implementación colaborando con diversos organismos (gubernamentales y no gubernamentales) de la comunidad (Masaeng, 2006).
Participantes en programas de educación básica no formal
Fuente: Srisawang Leowarin
La propia comunidad sirve como base de aprendizaje, complementada por varios tipos de medios educativos, a saber: materiales didácticos para educación de adultos, libros de texto, manuales, casetes de audio, programas de video, al igual que algunos programas de enseñanza asistida por computadora. Las clases de alfabetización y postalfabetización, lo mismo que otros programas para el desarrollo de aptitudes profesionales, que se imparten en los CAC, responden a las diversas necesidades de los alumnos de la comunidad, se adaptan a su modo de vida, y se encuadran en la vía democrática dentro de una sociedad cambiante. Además, los CAC pueden servir de locales para celebrar reuniones públicas y encuentros sociales. Como los CAC pertenecen a la comunidad, se incentiva a todos los miembros de ésta para que participen en la organización de actividades educativas o destinadas a mejorar la calidad de vida en su entorno. De modo que la estrategia clave para implementar los CAC consiste en asegurarse de que la comunidad participe, se comprometa y se sienta propietaria de ellos. Desde mayo de 1998, el DNFE ha colaborado con sectores comunitarios para crear CAC en áreas rurales de todo el país.
Según el Artículo 14 de la Ley sobre Promoción de la Educación No Formal e Informal, promulgada el año 2551 del calendario Baha’i (es decir en 2008), la Oficina de Educación No Formal e Informal tiene la obligación de asumir una función asociada a los centros de aprendizaje comunitario, la cual consiste en elaborar recomendaciones relativas a la utilización benéfica de las redes de tecnología de información y comunicaciones, de las estaciones de radio y televisión con fines educativos, de las estaciones de radio locales, de los centros científicos, de las bibliotecas públicas, de los museos, de los centros de aprendizaje comunitario y otros recursos didácticos, con el objeto de promover el aprendizaje y mejorar la calidad de vida de la gente en forma continua. Asimismo, de conformidad con la administración y la gestión de la enseñanza no formal e informal a nivel de establecimientos educativos, se estipula que estas entidades deberán encargarse de promover, respaldar, coordinar e impartir la educación no formal e informal en colaboración con socios de red, existiendo la posibilidad de crear un centro de aprendizaje comunitario que se encargue de la labor educativa (ONIE, 2008). El CAC es un lugar donde se imparte educación no formal con el objeto de mejorar la calidad de vida de los tailandeses. Del mismo modo, el Departamento de Desarrollo Comunitario del Ministerio de Desarrollo Social y Seguridad Humana, junto con el Departamento de Administración Local del Ministerio del Interior, crearon un centro de aprendizaje en el edificio del administrador de distrito, el cual consta de diversas secciones: una sala de cultura y arte, una biblioteca, una sala de conferencias, una sala de internet, así como una sala de naturaleza y medio ambiente para proporcionar información y realizar actividades de aprendizaje (Departamento de Administración Local). Por su parte, el sector privado o las organizaciones no gubernamentales también establecieron centros de aprendizaje de variados tipos.
El concepto de aprendizaje a lo largo de toda la vida fue introducido por primera vez en la Ley de Educación Nacional (1999) como un principio rector para la reforma educativa. La primera etapa de la reforma se ha concentrado en la educación formal, pero el progreso ha sido insuficiente. Por eso en el anteproyecto para la segunda etapa de la reforma educativa (2009-2018) se hará hincapié en los sistemas de instrucción no formal e informal con miras a ampliar las oportunidades de aprendizaje para alumnos de todas las edades, la fuerza de trabajo y los grupos desfavorecidos. En consecuencia, la calidad de la educación y la diversidad de alumnos, como asimismo el aprendizaje a lo largo de toda la vida, serán incluidos entre las nueve prioridades. Además, en el último informe de la Oficina Nacional de Estadísticas se señala que la tasa de lectura entre los tailandeses mayores de 6 años ha disminuido del 69,1 % en 2005 al 66,3 % en 2008. El documento se basa en los resultados de una encuesta aplicada a 53.000 familias de todo el país. Los hombres leen un poco más que las mujeres, mientras que los habitantes urbanos leen más que los pobladores de zonas rurales. Bangkok exhibe la más alta tasa de lectura, con un 85,8 %. En la región nororiental se observa la cifra más baja: un 58,2 %. De modo que, para completar la segunda etapa de la reforma educativa, el gabinete ha considerado la posibilidad de ascender la lectura a la categoría de tema de la agenda nacional, en un esfuerzo por crear una sociedad de aprendizaje a lo largo de toda la vida. La Oficina de Educación No Formal e Informal (Office of Non-Formal and Informal Education – ONIE) habrá de cumplir la función de secretaría de un comité especial creado para fomentar la lectura. Se espera que dicho comité trabaje en estrecha colaboración con representantes del sector privado y con organizaciones de administración local. El hecho de ser capaces de comprender mensajes, analizar información, y por ende adoptar decisiones acertadas en la resolución de problemas, les otorga a las fundaciones una dimensión de desarrollo personal y constituye la clave para construir una sociedad de aprendizaje. La ONIE supervisará diversos ambientes didácticos, como los centros de aprendizaje comunitario y las bibliotecas públicas. Adicionalmente, la ONIE llevará a cabo un proyecto piloto destinado a escoger, en un área donde exista más de un centro de aprendizaje comunitario, el establecimiento de este tipo más calificado para transformarse en Centro Subdistrital de Educación No Formal e Informal. La función de esta entidad consistirá en diseñar estrategias, elaborar planes para el fomento del aprendizaje, y crear un comité subdistrital de ENF a fin de fortalecer y empoderar a la comunidad y así alcanzar la autosuficiencia y el estatus de sociedad de aprendizaje. Los monitores de educación no formal cumplirán un importante papel en la organización de actividades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, coordinando su labor con la de las redes de aprendizaje, movilizando recursos y trabajando en conjunto con los comités subdistritales a fin de respaldar a los alumnos para que nunca dejen de aprender.
Centro de aprendizaje comunitario de Mae Fah Luang
Fuente: Srisawang Leowarin
Existen diversos tipos de CAC en Tailandia. Su número ha ido creciendo rápida mente, poseen distintos trasfondos culturales, y están situados en diversos lugares de la comunidad, a saber: oficinas de administración distrital, templos, escuelas, centros sociales, la casa del sabio local, edificaciones en desuso restauradas, fábricas, prisiones, etc. El tamaño de los CAC varía según su ubicación. Algunos son grandes y bien organizados; otros son pequeños y carecen de instalaciones. La mayoría de los CAC están situados en el territorio continental, pero algunos se encuentran en las zonas montañosas, y reciben el nombre de centros de apren dizaje comunitario de las tierras altas. El grueso de los alumnos son personas de escasos recursos que pertenecen a tribus de las serranías.
El centro de aprendizaje comunitario de Mae Fah Luang para las tribus locales de las serranías, también conocido como Ashram, es utilizado como sala de clases, biblioteca multimedia, y como lugar de alojamiento para los monitores. Está ubicado al interior de una comunidad donde los aldeanos pueden acceder cómodamente a los servicios y utilizarlos sin dificultad como un bien público. Los alumnos viven todos en la comunidad, la cual a su vez sirve como sala de clases. Este centro cumplen la función de unidad educativa, fuente de aprendizaje, centro para servicios de consulta y centro para coordinación del desarrollo y el aprendizaje en relación con la entrega de educación a esos grupos destinatarios, compuestos por jóvenes y adultos. Quienes imparten la educación son maestros voluntarios de educación no formal de las tierras altas que actúan como monitores del centro. En cada centro existe al menos un monitor encargado de organizar, facilitar y coordinar el fomento y la promoción de actividades de aprendizaje en la comunidad. Por añadidura, se ocupa de respaldar la entrega de educación, de alentar la introducción de nuevos cambios, y de formar a maestros locales. Existe un supervisor de educación no formal por cada agrupación, el que se ocupa de coordinar la implementación y de inspeccionar las actividades emprendidas por los monitores. Cada agrupación comprende 4 a 10 aldeas. Se han establecido recursos de aprendizaje disponibles en diversas localidades dentro de la comunidad, cuyos habitantes pueden utilizarlos como fuentes de enseñanza o para realizar actividades acordes con las condiciones imperantes. El aprendizaje a lo largo de toda la vida ha de entregar educación de manera continua durante el resto de la existencia. Se han puesto en funcionamiento procesos de aprendizaje basados en la comunidad —con énfasis en la integración de los conocimientos—, al igual que métodos centrados en el alumno. Los beneficiarios de los servicios también han participado en el proceso de aprender haciendo, al aplicar los conocimientos recibidos a situaciones reales.
La Oficina de Educación No Formal e Informal cumple un papel decisivo en la organización de muchos programas educativos orientados a diversos grupos destinatarios de personas que no asisten a la escuela, como por ejemplo: miembros de la fuerza laboral, los discapacitados, los agricultores, los presidiarios, los habitantes de barrios marginales, los musulmanes tailandeses, las tribus de las serranías, los conscriptos, los adultos mayores, los dirigentes locales, los practicantes de diversas religiones, los tailandeses que viven en el exterior, y las personas que carecen de oportunidades para proseguir sus estudios en la educación formal tras haber recibido la enseñanza obligatoria. Los objetivos generales de la educación no formal consisten en mejorar la calidad de vida y aliviar la pobreza de los grupos objetivos, como asimismo aumentar las capacidades y crear oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para la población no escolarizada. Por lo tanto, la ONIE provee más vías de acceso a oportunidades de aprendizaje, apoya la participación y la cooperación entre redes asociadas para realizar actividades de educación no formal en todo el país, a la vez que amplía y desarrolla diversas fuentes didácticas con el fin de proporcionar a toda la gente un acceso más expedito a posibilidades de instrucción. En particular, el CAC sirve como centro de coordinación para llevar a cabo actividades de aprendizaje a lo largo de toda la vida destinadas a habitantes de la comunidad, y como lugar para crear oportunidades de aprendizaje, para transferir conocimientos, para intercambiar experiencias y sabiduría local. El centro cumplirá la función de fuente de servicios comunitarios para ofrecer diversas actividades acordes con los cambios sociales propios de la era de la globalización, fomentará la creación de una sociedad del aprendizaje, promoverá la vía hacia la democracia e impulsará la autosuficiencia, que constituye un hito en el desarrollo sostenible a largo plazo. En la actualidad, los CAC se transforman en recursos alternativos de aprendizaje a lo largo de toda la vida para los habitantes de la comunidad. Las personas más calificadas, por ejemplo los sabios locales, los monitores de enseñanza no formal, los monjes, etc., ayudan a resolver problemas y a mejorar la calidad de vida de los tailandeses en armonía con su entorno y su contexto social.
Cabe señalar que la existencia de mecanismos de colaboración y vínculos laborales más estrechos, de carácter individual y colectivo, entre ONG y organizaciones sin fines de lucro (OSFL) a nivel de las bases, resulta indispensable para perfeccionar y optimizar la aportación de los CAC a la alfabetización y la educación básica. La función original de los CAC consistía en ofrecer programas y actividades relacionados con la alfabetización y la educación básica y permanente; con la inculcación de habilidades para la vida y el desarrollo de aptitudes profesionales; con la salud y el saneamiento; con el empoderamiento de la mujer; y con la promoción de la paz. Los CAC contribuyen enormemente a aumentar las tasas de alfabetismo de los habitantes locales, y en particular ayudan a los países a alcanzar las metas de educación para todos. Los CAC deberían escoger programas y actividades que puedan ser respaldados y gestionados con los recursos de que disponen (UNESCO, 2008, págs. 10–11). Sin embargo, los CAC podrían ser empoderados y movilizados para acometer empresas más ambiciosas, en especial prestando ayuda a otros programas de desarrollo como: programas agrícolas, de desarrollo comunitario, de salud, de prevención del VIH/SIDA, o de protección ambiental, organizados y gestionados por diversos ministerios y/o secretarías de desarrollo. Es menester explorar nuevas iniciativas destinadas a vincular los CAC con programas y políticas nacionales de desarrollo.
Todos los CAC se benefician enormemente de la participación comunitaria. Antes de crearse un CAC se sostienen conversaciones con miembros de la comunidad a fin de evaluar sus necesidades. En muchos casos se recurre a materiales y mano de obra locales para construir los CAC. Con el objeto de lograr que un CAC sea autosuficiente, se moviliza a miembros de la comunidad para que establezcan y gestionen los centros por sí solos. Las siguientes son las directrices para la implementación de un CAC:
Participantes en programas de educación básica no formal
Fuente: Srisawang Leowarin
El CAC corresponde a una dimensión del sistema de educación abierta. Las instalaciones y los servicios educativos que ofrece el CAC son de libre acceso y uso para los miembros de la comunidad. Así pues, los monitores de educación no formal permiten integrar la agricultura, el desarrollo comunitario, la salud, la prevención del VIH/SIDA y la información sobre el medio ambiente en actividades de educación no formal e informal. La educación no formal puede ser impartida en los CAC a habitantes locales y a alumnos específicos en diversos tipos de programas, tal como se señala a continuación.
Participantes en un programa de formación profesional
Fuente: Srisawang Leowarin
Los CAC ofrecen diversos tipos de medios y materiales didácticos a través de unidades móviles y el préstamo de libros a los habitantes de la comunidad.
El centro de aprendizaje comunitario corresponde a una dimensión del sistema de educación abierta. Las instalaciones y los servicios educativos proporcionados por el centro son de libre acceso y uso para todos los miembros de la comunidad. Los monitores de educación no formal trabajan a jornada completa en el CAC cumpliendo funciones de gran responsabilidad en la promoción y la organización de actividades de aprendizaje de manera variada y continua. Estos funcionarios desempeñan la importante tarea de coordinar actividades de enseñanza no formal e informal, haciendo especial hincapié en la gestión del proceso de aprendizaje, en consonancia con la problemática situación y las actuales necesidades de la comunidad. El concepto de enfoque centrado en el alumno ha sido acogido de manera generalizada en el proceso de enseñanza y aprendizaje a fin de facilitar el desarrollo del estudiante. Por consiguiente, se escogieron diversas modalidades de aprendizaje que se ajustan a las experiencias de los educandos: los monitores y los estudiantes de educación no formal trabajan en conjunto para diseñar su plan de aprendizaje y el currículum que desean seguir en los programas de educación básica no formal. Los alumnos toman más cursos para completar sus estudios si logran aprobar la evaluación académica. Antes de finalizar un curso, el estudiante tiene que elaborar, por sí solo o en grupo, un proyecto de estudio sobre temas relacionados, todo bajo la supervisión del monitor de educación no formal. Los alumnos adquieren conocimientos a través del método de la indagación, de la resolución de problemas, del aprendizaje basado en la comunidad, o del aprendizaje integrado. Además, se pone en práctica el sistema de acreditación o de transferencia de créditos, en virtud del cual cada alumno puede solicitar la acreditación o bien transferir los créditos obtenidos gracias a sus actuales conocimientos o a la evaluación de su experiencia. Adicionalmente, se introduce el sistema de voucher, en el cual el alumno tiene la posibilidad de escoger el curso o el lugar de aprendizaje bajo el patrocinio del Gobierno o de un instituto de educación privado, sin tener que pagar derechos de matrícula (Leowarin, 2001).
Sala de medios comunicación
Fuente: Srisawang Leowarin
Los monitores de educación no formal trabajan como personal a jornada completa en el CAC, donde cumplen las siguientes tareas:
Está situado en el distrito de Thasongyang, provincia de Tak. En 1998, Su Alteza Real la princesa Maha Chakri Sirindhorn visitó la escuela de la patrulla fronteriza y recomendó la creación de un CAC para el área de las tierras altas destinado a las tribus de las serranías. Fue así como se estableció un CAC de conformidad con el concepto de la princesa Sirindhorn, y se contrató como monitor del establecimiento a un miembro de las comunidades nativas, quien sirvió de intermediario para comunicarse con las tribus de las serranías durante la etapa inicial del proyecto. La mayoría de los beneficiarios pertenecía a la tribu Karen, y no sabían hablar tailandés, lengua que deseaban aprender para comunicarse con otras personas. En la actualidad, dos monitores de CAC en las tierras altas se encargan de organizar actividades de educación no formal. Tienen que crear una relación de cercanía con los niños y las niñas, visitarlos, y llegar a imbuirse profundamente de la atmósfera de aprendizaje. Aprenden a contactarse con los habitantes, y una vez que logran comunicarse con ellos en tailandés comienzan a prestarles servicios pedagógicos y a organizar actividades de educación no formal. Es así como imparten programas de educación no formal para adultos, en particular el programa de fomento de la alfabetización. Ofrecen materiales didácticos y llevan a cabo programas destinados a mejorar la calidad de vida. Los lugareños son personas de escasos recursos que viven en zonas remotas y carecen de atención de salud. Los monitores les enseñan a prevenir epidemias, en especial la influenza H1N1 de 2009. Entre los diversos programas de educación no formal que se ofrecen pueden mencionarse: el programa de cursillos de capacitación profesional, por ejemplo el dedicado al tejido de telas de lana. Es motivo de profundo orgullo para los monitores el que sus alumnos, tanto niños y niñas como adultos, se sientan complacidos al poder ganar dinero para su subsistencia. Cada año, la princesa Sirindhorn acude a visitar a los aldeanos, como también al monitor del CAC de las tierras altas, y ofrece su apoyo a todos los miembros del personal. Se les insta a trabajar con motivación, para que así no se sientan desalentados ante la falta de instalaciones.
Está situado en el subdistrito de Watluang, que forma parte del distrito de Polpisai, en la provincia de Nongkai. Este CAC ofrece una diversidad de actividades de educación no formal e informal, entre ellas: desarrollo de habilidades para la vida, desarrollo de aptitudes profesionales, como masaje tailandés, computación básica, prevención de la influenza H1N1. El campamento de inglés para jóvenes y alumnos de educación no formal goza de gran popularidad, ya que la persona a cargo es un maestro voluntario estadounidense. El comité del CAC colabora con el director distrital de centros de educación no formal para coordinarse con numerosas redes (entre ellas: la organización de administración local, la unidad distrital de agricultura, el centro distrital para atención de salud, la caja de ahorros local, la oficina distrital de desarrollo comunitario, la comisaría distrital, la escuela, el templo) a fin de movilizar de distintas maneras a especialistas y materiales didácticos para los CAC. Dichas redes persuaden a los habitantes locales para que participen en las actividades de aprendizaje, y emplean el CAC como sede para reuniones y seminarios, como centro de orientación profesional, como centro de capacitación, como local para realizar actividades recreativas, etc. Asimismo, movilizan fondos por intermedio de los templos budistas, es decir pidiendo ofrendas para los monjes. Es un modo de hacer méritos, de modo que los habitantes locales se unen para donar dinero a los monjes, quienes lo reintegran a la comunidad en diferentes ocasiones —por ejemplo en el día de la madre— mediante aportaciones para adquirir computadoras y materiales didácticos.
Fuera de ofrecer programas de educación no formal, organiza actividades de deporte y recreación, como ejercicios de mantenimiento físico, dibujo, canto y música para jóvenes, amas de casa, adultos mayores y personas discapacitadas, al igual que desarrollo de habilidades para la vida, en especial la educación democrática, la conservación de los bosques, la campaña para prevenir el VIH/SIDA, etc. Los monitores de educación no formal llevaron a cabo una iniciativa de investigaciónacción destinada a resolver los problemas de los alumnos, utilizando diversos enfoques para ayudarlos a completar sus estudios, tales como la orientación, el contacto personal para comunicarse con los estudiantes que no podían asistir a las reuniones de aprendizaje, o la designación de dirigentes de los alumnos para que actuaran como auxiliares o monitores dedicados a ayudar a sus condiscípulos drogadictos. Durante su tiempo libre, algunos alumnos ofrecen servicios en los CAC a los habitantes locales, como préstamo y devolución de libros, entrega de información, presentación de exposiciones, labores de limpieza del local, etc. La mayoría de los alumnos escoge como diseño de aprendizaje el sistema basado en proyectos. Cada estudiante elige un tema para su proyecto y escribe un informe sobre los resultados una vez que aquél ha concluido. Después de que los adultos mayores aprendieron a manufacturar escobas y cestas, estuvieron en condiciones de ganar dinero para su subsistencia. Además, las redes locales contribuyen al proceso de aprendizaje cumpliendo la función de centros de referencia.
Curso de computación
Fuente: Srisawang Leowarin
La señorita Methaporn, monitora de educación no formal, tiene a su cargo 13 áreas de aprendizaje para aldeas, que imparten enseñanza a 90 alumnos en 3 niveles. Los estudiantes acuden los domingos y jueves para discutir sus problemas de aprendizaje. El comité del CAC —muchos de cuyos miembros son ex alumnos de educación no formal— aporta sus instalaciones al establecimiento. En un co mienzo nadie se acercaba al centro, de modo que la señorita Methaporn tuvo que ir a visitar al abad durante un funeral, ocasión que aprovechó para dirigirse a los habitantes locales, invitándolos a asistir al programa de aprendizaje. Ellos acudie ron a consultar acerca de dificultades en la cría de camarones, porque su precio era muy bajo, ante lo cual la monitora invitó al encargado de asuntos agrícolas del distrito para que resolviera los problemas planteados. La señorita Methaporn organizó un foro público para que los habitantes locales debatieran sobre asuntos concernientes a sus respectivas actividades; a partir de entonces comenzaron a formar un grupo dedicado a aprender a crear fertilizantes orgánicos, a proteger el medio ambiente, y a poner en práctica una agricultura integrada sobre la base de la teoría de la economía de autosuficiencia de Su Majestad. Comienzan por elaborar un plan operativo comunitario, el cual más tarde se complementa con el plan distrital. Transcurrido un año, pueden reducir los costos, aumentar sus ingresos y mejorar su calidad de vida. El CAC de Bangtuey no tiene sólo un carácter aca démico, sino que además es un local multiuso, de manera que los habitantes de la zona acuden a él casi todos los días para leer, debatir, intercambiar experiencias, compartir conocimientos y solicitar ayuda para resolver problemas.
Según se desprende de los registros de la unidad de supervisión, los siguientes son los factores que determinan la eficacia de los mecanismos didácticos en las actividades de aprendizaje a lo largo de toda la vida:
Participantes en programas de educación básica no formal
Fuente: Srisawang Leowarin
El que los monitores de ENF sean habitantes locales constituye una ventaja, pero su situación no queda asegurada por el contrato que tienen que firmar anualmente. Si encuentran un empleo más conveniente, abandonan el actual. En la actualidad existen 8.605 CAC con 7.475 monitores de ENF; además, 749 CAC para habitantes de las tierras altas en las áreas montañosas, con 1.174 monitores de ENF (ya que se pretende que haya 2 monitores por cada centro ubicado en dicha región). Un monitor de ENF tendrá bajo su responsabilidad a por lo menos 260 alumnos, divididos en 5 categorías de programas, a saber: 60 alumnos en la educación básica no formal; 20 alumnos en la formación profesional; 20 alumnos en el programa de habilidades para la vida; 60 alumnos en los programas sociales y de desarrollo; y 100 alumnos en los programas de economía de autosuficiencia, además de 300 alumnos en la educación informal. Aun cuando los monitores de ENF —en especial aquellos que trabajan en el extremo meridional de Tailandia, donde reina la violencia— soportan una pesada carga sobre sus hombros, están dispuestos a trabajar en un clima de inseguridad laboral. Es preciso que el Gobierno los incentive, los apoye y retribuya su contribución, aumentando el subsidio a los derechos de matrícula, facilitando más computadoras e instalaciones, o movilizando recursos y fondos locales para emprender actividades de aprendizaje a lo largo de toda la vida en las comunidades.
En una sociedad de aprendizaje siempre se llevan a cabo actividades didácti cas permanentes y dinámicas. El hecho de fomentar o de crear una atmósfera propicia para que una sociedad adquiera conocimientos puede contribuir al aprendizaje a lo largo de toda la vida, y viceversa. Un CAC servirá como sede para realizar actividades asociadas a ese tipo de aprendizaje. En Tailandia, los centros de lectura de las aldeas han evolucionado hasta convertirse en centros de aprendizaje comunitario, en centros de recursos de aprendizaje y en otros tipos de entidades, con miras a crear un entorno didáctico, satisfacer las necesidades de instrucción de los alumnos, y mejorar la calidad de vida de la gente. En la actualidad, los centros subdistritales de educación no formal se encuentran en una etapa experimental, y su generalización supondrá un nuevo desafío orientado a descentralizar la autoridad educativa, delegándola en las administraciones locales para que emprendan actividades de aprendizaje a lo largo de toda la vida. El plan de desarrollo subdistrital se ha integrado con el plan operativo de los centros de aprendizaje comunitario, el cual no ha sido considerado en el foro público organizado por los centros distritales y subdistritales de educación formal. A este respecto, es necesario acrecentar la influencia de los CAC mediante la participación local y la autogestión; asimismo, la organización administrativa de carácter local permitirá aumentar la eficiencia en la prestación de servicios educativos, lo que se traducirá en un mejoramiento de la calidad de la enseñanza. Por último, la participación de la gente, la gestión a cargo de un comité comunitario, lo mismo que las estrategias de enseñanza y aprendizaje diseñadas por los monitores, constituirán factores importantes que coadyuvarán al éxito de las actividades de aprendizaje a lo largo de toda la vida que se realicen en los CAC.
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