Berni Brady, directora de AONTAS, la Asociación Nacional Irlandesa de Educación de Adultos, explica por qué se requiere profesionalizar el sector de la educación de adultos, y cómo debe tener lugar el desarrollo profesional. AONTAS es una entidad de afiliación voluntaria. Se trata de una organización coordinadora que abarca todos los diversos aspectos de la educación de adultos en Irlanda. Cuenta con más de 750 miembros —desde instituciones que por disposición legal deben impartir educación de adultos (como los Comités de Formación Profesional y las instituciones de tercer nivel), hasta los proveedores voluntarios de educación comunitaria, alumnos adultos en particular y personas con un interés general por la educación de adultos. La función de AONTAS consiste en esforzarse por mejorar el sector de la educación de adultos en Irlanda elaborando políticas y promoviendo los beneficios de la educación de adultos y de la investigación en el área.
La publicación en el año 2000 del Libro Blanco sobre Educación de Adultos, Learning for Life (Aprender de por vida), fue un importante paso en el desarrollo del servicio de educación de adultos en Irlanda, pues trajo consigo una muy necesaria inyección de fondos en un sector que por muchos años había estado sumamente desatendido. El aumento de recursos había permitido el crecimiento y el desarrollo de un servicio mucho más perfeccionado, con un nuevo énfasis en la calidad y el profesionalismo. Puesto que hay que crear y poner en práctica servicios de acreditación y diversos marcos de referencia para el control de calidad, y además se requiere una planificación estratégica a nivel local, ha sido necesario contar con una gama de nuevas aptitudes dentro del sector, como liderazgo, gestión de cambios y desarrollo organizativo.
Hoy en día, el servicio moderno de educación de adultos tiene un carácter polifacético, pues abarca una compleja combinación de organismos proveedores de servicios, que van desde agencias y grupos comunitarios locales hasta Comités de Formación Profesional (CFP), escuelas secundarias y comunitarias, e instituciones privadas y de tercer nivel.
La dotación de personal en el sector de la educación de adultos y comunitaria refleja su complejidad, y ha variado considerablemente durante la última década, en particular desde la implementación de algunas de las recomendaciones formuladas en el Libro Blanco. Cada vez más personas se encuentran hoy trabajando en el sector, en diversos niveles, cumpliendo funciones que grosso modo podrían clasificarse en tres categorías.
En primer lugar, hay personas que trabajan directamente con los alumnos. Entre ellas se incluyen voluntarios en el servicio de alfabetización y en grupos de educación comunitaria; maestros que trabajan en el Programa de Oportunidades de Formación Profesional (Vocatio-nal Training Opportunities Scheme - VTOS), la Iniciativa de Retorno a la Educación (Back to Education Inititiative - BTEI), el Certificado de Post-Egresado (PostLeaving Certificate - PLC), y en los servicios Youthreach de formación profesional para jóvenes; instructores de programas basados en las aptitudes; monitores de educación de adultos; e instructores que trabajan con grupos de educación comunitaria y con alumnos maduros (por lo general mayores de 25 años) en programas de tercer nivel; al igual que personal dedicado a labores de orientación e información.
En esta segunda categoría se incluye el personal cuya función consiste en organizar y coordinar servicios, como también en respaldar el desarrollo de los programas y prestar apoyo a quienes están encargados de impartirlos. Entre ellos pueden mencionarse a los Monitores de Educación Comunitaria (MEC), los organizadores de programas de educación de adultos, los coordinadores de orientación, los coordinadores de BTEI, los líderes de grupos comunitarios y el personal de servicios de desarrollo, al igual que una serie de funcionarios del sistema de educación superior, como los encargados de acceso especial (que facilitan el ingreso de personas discapacitadas y minorías étnicas), los encargados de la admisión de alumnos maduros, etc.
La tercera categoría de trabajadores de este sector incluye el personal administrativo, cuya función consiste en dirigir la planificación y el pensamiento estratégicos del servicio, al igual que respaldar al personal en la tarea de crear enfoques integrados y de equipo para aplicarlos a su labor. Los ejecutivos en este nivel tienen que ser capaces pensar con una "perspectiva más amplia", y de comprometer a los equipos de trabajo en el empeño por anticiparse y responder a las necesidades del servicio, las cuales cambian constantemente. Asimismo, en el ámbito local deben trabajar en conjunto con una diversidad de actores involucrados, para así prestar un servicio coherente como parte de la agenda de aprendizaje a lo largo de toda la vida. En esta categoría están incluidos los oficiales de educación de adultos, los oficiales de educación, y los gerentes generales dentro del Comité de Formación Profesional (Vocational Education Comittee - VEC); gerentes y comités administrativos de grupos comunitarios; y directores de servicios de educación de adultos y comunitaria dentro de los sectores educacionales de segundo y tercer nivel.
Si bien el objetivo de estas distinciones generales es definir la variedad de funciones que se cumplen en el sector, existen sin duda muchas áreas en que los papeles se entrecruzan, y el servicio se verá ampliamente beneficiado si quienes trabajan en él se involucran con la mayor dedicación posible en todos los aspectos de su desarrollo. Sin embargo, para distintas categorías de personal se requieren diferentes tipos de desarrollo profesional, según sean sus papeles, sus niveles de aptitud, sus calificaciones y su experiencia. Asimismo, dada la naturaleza del crecimiento del servicio en el pasado, muchos de los funcionarios que trabajan en él han adquirido sus aptitudes mediante la experiencia práctica y no necesariamente poseen calificaciones formales.
Los servicios de apoyo disponibles hoy en día en todo el sistema son variados en cuanto a calidad y coherencia, por lo general cuentan con escasos recursos y suelen estar desvinculados entre sí. Al interior del servicio de educación de adultos del VEC diversos programas han creado sus propios servicios de apoyo, con vías de financiación privadas, pero comúnmente sin establecer ninguna relación entre ellos. Como ejemplos pueden mencionarse Youthreach, los centros de formación complementaria para travellers (comunidad errante pobre de Irlanda), y el VTOS.
En una época más reciente se creó el Programa de Capacitación y Apoyo para Monitores de Educación Comunitaria, el cual en la actualidad está siendo impartido por AONTAS. La Agencia Nacional de Alfabetización de Adultos ofrece los principales programas para capacitación de personal de alfabetización de adultos dentro del servicio de los VEC, además de respaldar una serie de otras iniciativas fuera del ámbito de los VEC, mientras que el Comité Nacional para la Orientación sobre Educación presta un servicio de apoyo a los proyectos de orientación de adultos, que por lo general se llevan a cabo bajo los auspicios de los VEC. Además, las asociaciones formadas por funcionarios de los VEC reciben del Departamento de Educación y Ciencia pequeños montos de financiación directa para respaldar actividades que en términos generales podrían describirse como trabajo en red e intercambio de experiencia práctica.
Paralelamente a estos servicios dispuestos por la ley, los grupos comunitarios imparten educación comunitaria en centros locales, la mayoría de las veces en forma gratuita, y en algunos casos con el respaldo del oficial local de educación de adultos. Muchos de estos grupos reciben fondos del Departamento de Asuntos relativos a Comunidades, Zonas Rurales y Areas Gaeltacht (de habla gaélica), destinados a financiar sus programas de educación para luchar contra la pobreza; algunos son apoyados por los VEC mediante horas de tutoría o pequeñas subvenciones anuales.
La capacitación y el apoyo para el personal de educación comunitaria se proporciona a través de diversas fuentes, entre ellas las Agencias de Apoyo al Desarrollo Comunitario, organizaciones nacionales como AONTAS, el Colectivo Nacional de Redes de Mujeres basadas en la Comunidad, proyectos con financiación europea, etc.
Quienes trabajan en todo el sector de educación de adultos tienden a adquirir una amplia gama de experiencias y calificaciones, acumuladas a partir de diversas fuentes, y con frecuencia su labor no se adapta fácilmente a las estrictas regulaciones propias del sistema de educación formal. El desarrollo ad hoc del sector de la educación de adultos ha sido consecuencia de un escaso grado de reconocimiento hasta hace relativamente poco tiempo; paradójicamente, esta situación ha traído consigo la adquisición de una rica variedad de aptitudes y experiencias dentro del sector, como también de la capacidad para responder con flexibilidad a las necesidades de los alumnos. Tal como se está desarrollando el servicio en la actualidad, el desafío consistirá en mantener y acrecentar su flexibilidad, y al mismo tiempo ofrecerles a los alumnos opciones de buena calidad. Lo anterior supone la creación de un sofisticado sistema de apoyo, el cual proporcionará enfoques integrados y coherentes aplicados al perfeccionamiento del personal dentro de todo el sector.
El desarrollo profesional se encuentra íntimamente asociado al desarrollo estructural, y se trata de una área donde no se ha progresado desde la publicación del Libro Blanco, el cual recomendaba crear un Grupo de Trabajo Interinstitucional que representara un amplio abanico de intereses y cuya función consistiera en:
El Libro Blanco sugirió, asimismo, la posibilidad de contar con un foro destinado a quienes trabajan en el área de educación de adultos, el que debería ser creado por el Consejo Nacional para el Aprendizaje de Adultos (National Adult Learning Council -NALC), con miras a respaldar el perfeccionamiento del personal. Transcurridos ya seis años, ninguna de esas recomendaciones ha sido puesta en práctica, y la suspensión del NALC desde el año 2003 ha creado una enorme brecha en la administración y en el liderazgo de la educación de adultos. Dada la manera en que el Departamento de Educación y Ciencia ha tratado al NALC, no causa sorpresa, por tanto, que en la agenda del Departamento se haya efectivamente evitado incluir la educación de adultos, y que el año 2006 el aumento de presupuesto para esta área haya alcanzado los niveles más bajos desde 1997.
Uno de los principios fundamentales recomendados por el Libro Blanco para apuntalar el desarrollo del servicio de educación de adultos fue el empleo de un enfoque sistémico, en el cual se exigiría que las políticas educacionales desarrollen estructuras y estrategias coherentes que se traduzcan en un servicio fluido que permita el acceso de todos los adultos. Con todo, ya han pasado 6 años y el sector sigue siendo financiado y regulado de manera fragmentaria, impidiéndose así el fomento del profesionalismo con alguna coherencia. El Departamento de Educación y Ciencia necesita, con carácter de urgencia, reincorporarse en su marco de políticas, tal como se esboza en el Libro Blanco, y empezar a considerar seriamente la necesidad de un desarrollo coherente y de una financiación adecuada para el sector en su conjunto.