¿A qué edad aprendió a leer y escribir?
Yo tenía 30 años cuando aprendí a leer y escribir. Estaba trabajando en la construcción del condominio Val Paraíso, en el barrio de Bessa, en João Pessoa, en 1995, cuando el Proyecto Escuela Zé Peão inauguró dos cursos de alfabetización.
¿Por qué no aprendió cuando niño?
Mi primer contacto fue con una de mis tías, que daba clases a algunos niños en su casa: fue allí donde aprendí a copiar mi nombre. Nada era fácil. Mi padre era alcohólico y nunca permanecía en un lugar fijo. Cuando mis padres se separaron, él se fue con los dos hijos mayores. Mi madre quedó al cuidado de los restantes cuatro hijos. Recuerdo como si fuera hoy cuando nos trasladamos a pie desde el barrio de Jardim Itabaiana al de Mandacaru, donde llegamos desfalleciendo de hambre. Mi madre cargaba en brazos al niño más pequeño, otro apenas sabía caminar —en algunos tramos avanzaba gateando y en otros era llevado a cuestas— mientras que yo y los demás íbamos a pie. Permanecimos por un tiempo en casa de unos familiares. Luego mi madre comenzó a trabajar como asistenta en una casa. Poco después empecé a trabajar acarreando cajones en el mercado y posteriormente descargando camiones; más tarde, a los 17 años, comencé a trabajar como ayudante de albañil en un edificio en obras en la calle Maria Rosa, en el barrio de Manaira.
¿Qué fue lo que más le costó al aprender en la edad adulta?
Relacionarme con otras personas que no deseaban aprender y asistían a clases por otros motivos; el sonido de las letras en el portugués (“ss”, “x”, “ch” y “ç”). Obviamente, no me olvido de las veces en que tuve que permanecer de pie en el fondo del aula para evitar quedarme dormido y dejar de atender a las explicaciones del maestro. Durante otro periodo mi esposa estuvo hospitalizada y me vi obligado a trasladarme desde el trabajo a mi casa, luego a la escuela y de ahí al hospital, siempre recurriendo, por cierto, al transporte público.
¿Qué lo motivó a aprender?
Participé en un grupo de estudio destinado a los jóvenes llamado “Arte para la gente”, en el que otras personas tenían que leerme para que yo memorizara los textos. Aprendí a tocar la guitarra de oído y compuse mis primeras canciones: “Completamente seguro” y “Fui a Juazeiro”, al igual que el himno del grupo. Como mi sueño era entrar a estudiar en el conservatorio y en la universidad y deseaba escribir mi historia, me vi en la necesidad de aprender a leer y escribir.
¿Qué ha significado este proceso para usted? ¿De qué manera ha cambiado su vida?
Mi vida cambió de un modo inexplicable, superando todas mis expectativas; puedo ayudar a otras personas y soy capaz de interpretar leyes, códigos y el lenguaje gestual. Llegué a ser presidente de mi sector gremial en el sindicato, y en la actualidad soy vicepresidente. ·Estoy seguro de que la lectura y la escritura son herramientas que nos entregan un enorme poder!
¿Qué quisiera decirles a otros adultos que no saben leer ni escribir?
A aquellos que no están interesados, que abran los ojos; y a los que están interesados, que persigan un objetivo, que crean en él y traten de alcanzarlo. Con seguridad en el futuro van a verse alumbrados por una luz más poderosa que el sol, y al calor del conocimiento serán capaces de comprender otras dimensiones de la vida.