Dakar

París, 27 de abril – Con motivo del primer aniversario del Foro Mundial sobre la Educación (Dakar, del 26 al 28 de abril de 2000), donde la comunidad internacional se comprometió a proveer a todos los niños del mundo, de aquí al 2015, de una educación básica de calidad, los responsables de las cinco agencias de las Naciones Unidas asociadas a la iniciativa de la Educación para Todos (EPT) hicieron público un mensaje conjunto donde hacen balance de la situación y de las necesidades. El mensaje titulado «Movilizar el Potencial de la Educación» está firmado por el Director General de la UNESCO, Koïchiro Matsuura, el Presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, el Director Ejecutivo del Fondo de las Naciones Unidas para Actividades en Materia de Población (FNUAP), Thoraya Obaid, el Director Ejecutivo del Fondo de las Naciones Unidas ­para la Infancia (UNICEF), Carol Bellamy, y el Administrador del Programa de las Naciones ­Unidas para el Desarrollo (PNUD), Mark Malloch Brown. A continuación el texto del mensaje:

Primer Balance de la Educación para Todos tras un año del Foro de Dakar

Actualmente, a más de 113 millones de niños en edad escolar le es negada la oportunidad de asistir a la escuela en los países en desarrollo. Más del 60% de ellos son niñas. El fracaso mundial por proporcionar a estos niños al menos las bases de la alfabetización y la habilidad para transformar su vida, tendrá profundas consecuencias no sólo para sus países sino también para toda la comunidad mundial en las generaciones futuras.

Tal era el desafío del Foro Mundial sobre la Educación, organizado en Dakar en abril del 2000 por los socios internacionales de la Iniciativa de la Educación para Todos (EPT) es decir, de la UNESCO, el Banco Mundial, UNICEF, el PNUD y el FNUAP).

La comunidad internacional sabe que las razones para asegurar un acceso universal a una educación de calidad son imperativas. La educación contribuye al bienestar económico y a la cohesión así como a la estabilidad de las comunidades y ofrece a los pobres los medios para aumentar sus ingresos y liberarse de la pobreza. Ningún país ha logrado jamás asegurar un crecimiento económico duradero sin alcanzar el crítico umbral de la alfabetización de su población. Igualmente, la educación transforma vidas ofreciendo oportunidades equitativas de escolarización para las niñas, debido a que existe una estrecha relación entre su nivel de educación y las elecciones que éstas hagan más tarde durante su vida, trátese del número de hijos que tengan, la tasa de supervivencia de esos niños, el rendimiento escolar de éstos o su futuro profesional, todos elementos que influyen directamente sobre el crecimiento económico nacional.

Darle a todos los niños la posibilidad de asistir a la escuela primaria y culminarla es así un inmenso desafío. De los objetivos de desarrollo de la Asamblea del Milenio, dos conciernen específicamente a la educación. Uno consiste en permitir a todos los niños, de aquí al 2015, realizar un ciclo completo de estudios primarios. El otro es la eliminación de toda desigualdad entre los géneros en todos los niveles de la educación de aquí al 2005.

Para solventar el obstáculo financiero se hará necesario iniciar y administrar nuevas iniciativas en colaboración con varios protagonistas diferentes. Cada país deberá destinar una mayor parte de su presupuesto público a la educación, las instituciones bilaterales deberán fortalecer y ampliar su apoyo a la educación, y las instituciones multilaterales, incrementar sus préstamos e intensificar su colaboración. Los organismos no gubernamentales nacionales e internacionales deberán apoyar estas iniciativas a escala local.

Un importante número de países en desarrollo —alrededor de 76— ya han generalizado la educación primaria o van progresando de manera seria hacia la realización de este objetivo para el plazo pautado del 2015. En unos 27 países, se han llevado a cabo progresos pero han sido frágiles. Hay que admitir que unos 32 países corren el riesgo de no lograr el objetivo fijado, a menos que su gobierno haga de la educación una prioridad clave del desarrollo y que los países económicamente avanzados proporcionen un apoyo sustancial. Además, en 11 de estos 32 países ha habido conflictos, lo que significa que deberán afrontar un problema suplementario: dar educación a los huérfanos y a los niños soldados.

El desafío en África resulta ser mayor. A menos que se tomen medidas radicales, 22 países —alrededor de la mitad de los países de la región— no alcanzarán probablemente el objetivo de la generalización de la educación primaria de aquí al 2015. En siete de estos países, ­alrededor de la mitad de los niños en edad de asistir a la escuela primaria no están escolarizados. En doce países, la escolarización aumentó en los últimos diez años, pero a un ritmo que no permitirá universalizar la educación primaria de aquí al 2015. Es muy posible que a mitad del próximo decenio, más del 30% de los niños no asistan a la escuela primaria y no aprendan nunca a leer y a escribir.

En África, y cada vez más en el sur de Asia, las dificultades a solventar se han multiplicado debido a la epidemia del VIH/SIDA. En los países africanos más gravemente afectados, se prevé que el 10% de los docentes habrán muerto en el curso de los próximos cinco años. En el mismo período y en los mismos países, los huérfanos del SIDA representarán más del 20% de todos los niños en edad escolar. La epidemia disminuirá considerablemente la asistencia de niñas a la escuela, obligadas a permanece en casa para cuidar a los enfermos.

El segundo objetivo de desarrollo de la Asamblea del Milenio relativo a la educación —eliminar las diferencias de género— será igualmente difícil de alcanzar. A niveles primarios o elementales, estas diferencias son significativas en unos 66 países en desarrollo. Nuevamente, es África la que presenta la situación más grave, observándose desigualdades significativas en el 75% de los países.

La comunidad internacional debe unir sus esfuerzos para:

Establecer un liderazgo en el ámbito de la educación: Se necesita con urgencia que la expansión y reforma de la educación sea asumida a escala nacional. Un compromiso político renovado a nivel nacional debe necesariamente constituir la piedra angular de una acción regional e internacional más vasta. El Foro Mundial sobre la Educación de Dakar evidentemente confió a los países la responsabilidad de ofrecer servicios educativos a todos sus ciudadanos. En todas partes del mundo, los países intentan, en grados diferentes, elaborar planes de acción para generalizar la educación básica y promover una educación de calidad para todos. Estimulamos a todos los involucrados —asociados, docentes y sociedad civil— a asociarse con este proceso ya que una fuerte adhesión a esta ambición nacional es determinante para su éxito. Asimismo, estamos unidos en nuestra determinación a trabajar con las organizaciones de la sociedad civil para hacer progresar la educación para todos, y esperamos que a través de nuestros esfuerzos, nuevas formas de cooperación surgirán y se desarrollarán. Estamos resueltos a echar mano a todos los mecanismos de coordinación para lograr estos objetivos.

Los otros actores, sean las organizaciones de desarrollo multilaterales como el Banco Mundial, el FPNU, el PNUD, la UNESCO y UNICEF, o las instituciones bilaterales, tienen también un papel importante que desempeñar. Pueden y deben estimular y apoyar las reformas educativas lideradas por los países. Tras el Foro de Dakar ya se observa este movimiento pero, necesita ser acelerado y ser más sistemático y determinante. Así es como la Iniciativa de las Naciones Unidas para la Educación de las Niñas ha iniciado una fuerte campaña destinada a mejorar la calidad y la oferta de los servicios educativos para las niñas y eliminar las diferencias de género en los sistemas educativos.

Movilizar los recursos para la educación: Se estima que se necesitan de 5 a 7 mil millones de dólares estadounidenses por año para escolarizar a todos los niños en edad de asistir a la escuela primaria. Se necesitan recursos suplementarios para mejorar la calidad y la pertinencia de la educación. Hoy día, las instituciones bilaterales y multilaterales existentes no responden a la mitad de estas necesidades financieras. La Iniciativa a favor de los Países Pobres Extremadamente Endeudados proporciona sustanciosos recursos destinados a la educación: el monto para el 2001 – 2002 alcanzará alrededor de 663 millones de dólares por año. Pero no todos los países que necesitan asistencia en materia de EPD se benefician de este programa.

Doce meses después del Foro Mundial sobre la Educación de Dakar, vemos claramente lo que se necesita hacer para cumplir nuestros compromisos. Lo que se espera de todos nosotros es que demos esperanza a los niños y los jóvenes en un mundo donde, provistos de una educación de calidad, podrán ellos mismos realizar sus sueños de ­progreso y realización personal.

Ahora es cuando debemos hacerlo.

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