Petra Albütz

En este texto se describe un proyecto de cooperación triangular en el cual un organismo donante del Hemisferio Norte —en este caso la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ)— facilita asistencia técnica prestada por especialistas chilenos —en este caso coordinada por la Agencia de Cooperación Internacional de Chile— a un programa de capacitación integral para mitigación de la pobreza en República Dominicana, donde colaboraron con entidades de ese país a fin de crear oportunidades para empleos por cuenta propia dirigidas a jóvenes de zonas rurales. Petra Albütz ha estado trabajando en Latinoamérica, particularmente en Chile, durante los últimos 16 años. Desde 2007 ha estado a cargo de la coordinación de los proyectos chilenos de cooperación triangular y Sur-Sur. El proyecto que ella describe ha sido incluido por el Equipo de Tareas sobre Cooperación Sur-Sur en su colección de historias de casos. Para mayor información, sírvase consultar www.southsouthcases.info

Promoción del autoempleo para jóvenes rurales vulnerables en República Dominicana

En este proyecto de cooperación triangular fueron involucrados los siguientes actores:

Por parte de Chile el Fondo de Solidaridad e Inversión Social (FOSIS) Ministerio de Planificación (MIDEPLAN). El Fondo de Solidaridad e Inversión Social (FOSIS) de Chile depende del Ministerio de Planificación (futuro Ministerio de Desarrollo Social).

El programa de cooperación fue financiado por el Fondo de Triangulación, una iniciativa conjunta entre la Cooperación Técnica Alemana (GTZ, hoy: GIZ) y el Gobierno de Chile, a través de la Agencia de Cooperación Internacional de Chile (AGCI).

Las instituciones contrapartes en República Dominicana son el fondo de inversión social PROCOMUNIDAD, el Ministerio de la Juventud y el Ministerio de Trabajo (llamados «Secretarías de Estado»), el instituto de formación técnica INFOTEP y la organización de fomento al emprendimiento PROMIPYME.

Información general

Entre 2007 y 2010, el Fondo de Triangulación AGCI-GTZ, financió un programa de cooperación, en el cual República Dominicana recibió asistencia técnica de Chile en el fortalecimiento de la empleabilidad juvenil en zonas rurales de alta vulnerabilidad. El programa tenía el objetivo de contribuir a mejorar las condiciones de empleabilidad y de vida de los jóvenes a través de programas públicos intersectoriales de formación, emprendimiento, juventud y comunidad. Aprox. 200 jóvenes recibieron capacitación y microcréditos para sus emprendimientos. Al final de la cooperación (2010), República Dominicana solicitó una segunda fase para dar continuidad al escalamiento de sus políticas públicas y ampliar la estrategia a 2000 jóvenes en todo el país. Actualmente se está postulando un nuevo programa de cooperación en este sentido al Fondo Regional de Triangulación para América Latina (GTZ con varios países de la Región).

Cómo comenzó

Un antecedente histórico de esta colaboración técnica se encuentra en el marco de la XIII Conferencia de la Red Social de América Latina y El Caribe, desarrollada en noviembre de 2006, en donde el Fondo de Triangulación entre Chile y Alemania financió la participación de dos profesionales del FOSIS. Ellos eran representantes de los programas Interjoven y Desarrollo Económico Local, realizados entre el Gobierno de Alemania y el Gobierno de Chile en una cooperación bilateral, en conjunto con entidades chilenas vinculadas al tema de juventud y empleo (Fondo de Solidaridad e Inversión Social, FOSIS, Instituto Nacional de la Juventud, INJUV, Servicio Nacional de Capacitación y Empleo, SENCE).

Durante la conferencia, los profesionales chilenos conversaron con representantes del Fondo para el Desarrollo de Iniciativas Comunitarias, PROCOMUNIDAD, de República Dominicana, sobre la posibilidad de generar una cooperación para transmitir los aportes del programa Interjoven (1998-2006). Particular interés consistía en generar una transferencia de la metodología de trabajo desarrollada por las entidades participantes en el programa Interjoven, principalmente de las estrategias innovadoras con jóvenes que viven en condiciones de pobreza, en la temática de generación de ingresos y desarrollo de competencias (Proyecto Vida, metodología CEFE).

El programa de cooperación triangular que resultó de estas negociaciones duró 3 años (2007-2010). Durante este período, expertos de las instituciones chilenas realizaron 4 viajes de asistencia técnica y capacitación a República Dominicana, y participantes de las instituciones contrapartes dominicanas estuvieron 3 veces en pasantías en Chile. El programa concluyó con un cierre oficial en República Dominicana, en el que se entregaron certificados de formación a los 200 jóvenes beneficiados, y con un seminario internacional de debate en Santiago de Chile. AGCI y GTZ elaboraron, con participación de las instituciones sectoriales, un folleto de difusión sobre la experiencia con aportes de todos los actores involucrados (vs. adjunto más abajo).

La forma en que trabajaron los socios

Los representantes de la Cooperación Técnica Alemana (GTZ) en Chile y los representantes de la Cooperación Internacional chilena (AGCI) empezaron a asociarse formalmente en el año 2006 con el fin de fomentar la cooperación triangular de Chile. Para este objetivo fue creado el llamado Fondo de Triangulación, destinado a cogestionar y cofinanciar programas de cooperación en los que Chile transfería exitosas estrategias, basadas en anteriores programas bilaterales de cooperación chileno-alemana, a terceros países de similar o menor grado de desarrollo. El Fondo de Triangulación opera a través de solicitudes formales de los terceros países a Chile, requiriendo asistencia técnica en ámbitos específicos. Estas solicitudes son canalizadas a través de las contrapartes de AGCI en los países («puntos focales»). En Chile, AGCI se coordina con los ministerios sectoriales para comprometer los RRHH necesarios para la cooperación. La oficina de GTZ en Chile vela por el cumplimiento de los requerimientos específicos del Fondo, por ejemplo, que la temática de la cooperación refleje una cooperación bilateral anterior entre Alemania y Chile. Es importante mencionar, que el Fondo de Triangulación sólo paga por viajes y estadías de los expertos en el tercer país o de los profesionales del país beneficiarios que vienen a hacer una pasantía en Chile. Los costos (sueldos) para los expertos chilenos que prestan la asistencia técnica, son asumidos por el Estado chileno.

Durante la implementación del programa triangular con República Dominicana, por el lado del donante o proveedor (Chile y Alemania), se creó un equipo multilateral de gestión que se reunió regularmente para planificar, diseñar y coordinar las actividades del programa. En este equipo participaron todos los actores relevantes: las instituciones sectoriales FOSIS, SENCE e INJUV, la Agencia de Cooperación (AGCI) y la oficina de la Cooperación alemana en Chile (GTZ). Por el lado del país beneficiario o receptor (República Dominicana), participaron en este equipo representantes de PROCOMUNIDAD y del Ministerio del Trabajo, en el que se radica el programa estatal «Juventud y Empleo», a través del cual se canaliza la transferencia técnica. Las decisiones sobre la implementación de la cooperación (participantes, contenidos, institucionalidad, agenda, etc.) fueron siempre acordadas en este equipo de gestión.

Paralelamente, en la República Dominicana se generaron instancias de coordinación y complementariedad entre las diferentes instituciones dominicanas contrapartes para el diseño e implementación de la estrategia de intervención: Secretaría de Estado de la Juventud, Secretaría de Estado de Trabajo, Secretaría de Estado de Economía, Planificación y Desarrollo, PROCOMUNIDAD, INFOTEP y PROMIPYME. Todas ellas tienen un rol específico y entregan aportes específicos en el programa. Esta estrategia refleja el esfuerzo genuino de la República Dominicana en transformar los aportes de la cooperación en un nuevo programa-país para los jóvenes desfavorecidos de zonas rurales, fortaleciendo su empleabilidad y sus microemprendimientos.

Adicionalmente, se incorporaron nuevos recursos de instituciones de cooperación internacional y privadas para financiar la estrategia de intervención: se gestionaron fondos del BID y del Banco Mundial para implementar la estrategia piloto y recursos de ONG para el financiamiento de los planes de negocio.

El liderazgo de la República Dominicana en este caso es notable, ya que el equipo no se quedó en la actitud de recibir una mera transferencia de conocimientos, sino participó activamente en la transformación de la cooperación en un programapaís propio, financiado por recursos dominicanos y extranjeros («ownership»).

Lecciones aprendidas —Los beneficios y los desafíos del aprendizaje Sur-Sur

A partir del proceso de trabajo del programa y los resultados obtenidos, hemos sacado importantes lecciones. En este sentido, la cooperación triangular debía:

  • Apuntar a una política-país. Se obtuvieron nuevos recursos de un monto importante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para consolidar y ampliar el programa intersectorial (Juventud y Empleo) según los nuevos modelos de intervención. Este nivel de institucionalización significa que se puede crear una nueva política pública sustentable en el tiempo.
  • Buscar sinergias interinstitucionales. Con las alianzas estratégicas entre los actores clave de todas las instituciones dominicanas que participaron en el programa, aumentaron los niveles de coordinación y complementariedad entre ellas de manera significativa.
  • Focalizar a los beneficiarios. En cuanto a la selección de los beneficiarios, se decidió homogenizar el grupo destinatario (jóvenes de más de 20 años del mismo nivel educativo). Así se pudo trabajar eficaz y eficientemente en el fortalecimiento de capacidades cognitivas, lectoescritura, matemáticas, sociabilidad y emprendimiento, así como en el área de desarrollo personal y de apoyo psicosocial (diseño de proyecto de vida).
  • Incorporar facilitadores. Para asegurar la sustentabilidad del programa en el tiempo, se estableció un acompañamiento en las pasantías a empresas y microempresas y un seguimiento institucional.
  • Focalizar el acceso a microcréditos. Los jóvenes seleccionados deben conocer el oficio del emprendimiento que quieren desarrollar. Se recomendó además, involucrar a las familias para lograr un apoyo emocional importante.
  • Formar formadores. Una lección muy importante era que hay que profundizar la capacitación de los formadores y facilitadores del programa en

metodologías de emprendimiento. El efecto multiplicador y la apropiación de la estrategia transferida («ownership») sólo se desarrolla plenamente, si los formadores disponen de una capacitación sólida y están conscientes de su rol multiplicador. Una estrategia de este tipo, finalmente, hace que la dinámica del programa se independice del país donador y se arraige en el país receptor.

En total, las lecciones aprendidas demuestran que el programa de triangulación dejó capacidades instaladas en las instituciones contrapartes del país beneficiario y contribuyó a la creación de una política pública innovadora e intersectorial de gran envergadura.

La cercanía cultural y socioeconómica entre Chile y República Dominicana sin duda alguna fue una gran ventaja en la transferencia de estrategias probadas desde un país de similar grado de desarrollo.

Sin embargo, también hubo unas dificultades u obstáculos a la cooperación que tenían que ver, principalmente, con los ritmos distintos de trabajo que marca los países caribeños y los países del Cono Sur. Los desastres naturales y las inseguridades institucionales después de las elecciones presidenciales en la República Dominicana causaron varias veces atrasos en la implementación del programa.

Otras dificultades significantes fueron: la dispersión geográfica de las localidades de intervención (se requería mucho tiempo en llegar), la necesidad de nivelación de conocimientos entre los profesionales que fueron capacitados como formadores y la compleja interacción entre todas las instituciones participantes, tanto en Chile como en la República Dominicana. El equipo intersectorial, si bien lograba definir sus roles y funcionar bien, necesitó un buen tiempo para lograr establecerse.

Complementariedad con la Cooperación Norte-Sur

El programa de cooperación fue financiado por un donante tradicional, la Cooperación Técnica Alemana (entonces GTZ, hoy: GIZ). Sin duda alguna, todos los socios de la triangulación aprendieron de esta experiencia. Las instituciones dominicanas fueron beneficiadas al aprender de nuevos modelos de intervención e instalar un programa innovador de empleabilidad juvenil. Las instituciones chilenas se encontraron frente a un rol desacostumbrado de nuevo donante, aprendiendo a diseñar estrategias de transferencia y de asistencia técnica (las instituciones sectoriales) y modelos de cooperación (los departamentos de cooperación internacional). La oficina de la Cooperación Técnica Alemana en Chile involucró a sus contrapartes en Alemania y República Dominicana en la experiencia, aprendiendo a manejar mejor la nueva modalidad de cooperación que significa la triangulación.

Un factor no despreciable, sin embargo, son los costos que asumen las instituciones sectoriales chilenas cuando realizan programas de cooperación triangular

o Sur-Sur. El diseño de las políticas sólo tiene prevista la cobertura de costos para viajes y estadías de expertos en el extranjero y de la recepción de las contrapartes en pasantías en Chile. Cualquier costo adicional, sobre todo las horas hombre de trabajo que invierten los profesionales del sector público en el diseño e implementación de la triangulación, no son cubiertos explícitamente. De ahí que las cifras de los presupuestos de programas triangulares sean muy engañosas.

Los costos ocultos para realizar un buen programa de triangulación con todas sus etapas (diagnóstico, asistencia técnica, capacitación, pasantía, cierre, evaluación) son mucho más altos que los costos para pasajes y alojamiento, generalmente financiados por el donante tradicional. En este sentido, en la rendición de cuentas nunca hubo problemas de transparencia, ya que era bastante fácil rendir gastos de viaje y estadía. Sin embargo, los reales aportes de Chile como donador de asistencia técnica y de la República Dominicana, que articuló recursos propios y extranjeros de varios canales, nunca fueron examinados y transparentados, porque el modelo del Fondo de Triangulación se basa en el supuesto de la «garantía» de RRHH y esfuerzos propios.

El Departamento de Cooperación Internacional del FOSIS ha hecho un estudio de costos reales de toda la cooperación prestada por la institución a varios países durante el año 2008 (avaluando sueldos de RRHH). Este estudio arrojó que un 50 % de todos los costos de la cooperación recaen en la institución, mientras AGCI y las fuentes internacionales en conjunto asumen el otro 50 %.

Cómo compartir

FOSIS tiene una experiencia amplia en el diseño e implementación de programas de cooperación triangular y Sur-Sur. Es una de las pocas instituciones del sector público chileno que ha diseñado un propio modelo de cooperación internacional (presentado como case story en esta página).

Con el cambio de Gobierno en 2010, las actividades en el ámbito de la cooperación lógicamente fueron reducidas (hasta que el nuevo Gobierno tuviera experiencias propias para transferir a otros países). Se necesita mucho apoyo de plataformas y redes de cooperación para mantener este tema vigente en Chile.

La participación activa en foros, seminarios y conferencias que traten de las nuevas corrientes y modalidades de cooperación puede resultar muy útil para mantener la red de contactos y aprender de las experiencias de otros países en la región y el mundo.

 

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