«El aprendizaje y la cooperación Sur-Sur tienen que ver con lograr que los países lleguen a aunar fuerzas para encontrar soluciones a problemas de desarrollo comunes». De esta manera se llega a desarrollar un sentido de identificación con el proceso de desarrollo. La mayoría de los socios se encuentran en un pie de mutua igualdad, y su relación está despojadas de cualquier tipo de predominio y poder. Bhavita Vaishnava, encargada de programas de la Sociedad de Investigación Participativa en Asia (Society of Participatory Research in Asia – PRIA) —uno de los socios más antiguos de DVV International en Asia—, describe la experiencia de actores involucrados de tres países del Hemisferio Sur (India, Bangladesh y Camboya) en una iniciativa conjunta destinada a promover la gobernanza urbana.
Los habitantes de la pequeña mohalla (vecindario) de Santnami, en Raipur, la capital de Chhattisgarh, tenían más de un motivo para celebrar. En primer lugar, habían logrado persuadir a las autoridades municipales para que instalaran un nuevo tanque de agua en su localidad, y repararan la antigua conexión. En segundo lugar, estos cambios ocurrieron en el curso de una semana, gracias a los persistentes esfuerzos de las mujeres de la comunidad, quienes redactaron una petición en la que exigían el mejoramiento de los servicios de abastecimiento de agua.
En años recientes, muchas ciudades y pueblos de todo el mundo han estado experimentando estos cambios —o más bien progresos— impulsados por la demanda, cuyo origen se remonta, en particular, a iniciativas emprendidas por algunos sectores de las comunidades pobres de zonas urbanas. El análisis de este fenómeno es bastante sencillo. Se trata, en definitiva, de personas pobres de zonas urbanas que viven en barrios marginales, en colonias de reasentamiento, en chabolas, en las calles, etc., y que son las más afectadas por la creciente amenaza de la acelerada urbanización. El fenómeno anterior obedece al hecho de que, por una parte, esta gente carece de recursos financieros y materiales para adaptarse a los avatares de la urbanización, y por otra parte, son mayoritariamente «excluidos» de las agendas de desarrollo y de los procesos orientados al crecimiento urbano, o bien apenas «superficialmente incluidos» en los mismos.
Durante las dos últimas décadas hemos sido testigos de un notable giro hacia la urbanización, en el cual las ciudades, afortunada o desafortunadamente, han surgido como maquinarias de crecimiento económico y comercial, o como centros de actividades socioculturales y políticas. Han adquirido una marcada identidad multicultural y metropolitana que deriva de su base demográfica dinámica y en permanente expansión. Sin embargo, la otra cara de este proceso de crecimiento urbano es igualmente sombría. Según Ban Ki Moon, Secretario General de las Naciones Unidas,
«la imagen que se ha ido configurando para la ciudad del siglo 21 se ajusta a muchas descripciones. Algunas son centros de veloz crecimiento industrial y creación de riquezas, que a menudo traen aparejada la perniciosa producción de desechos y contaminación. Otras se caracterizan por el estancamiento, el deterioro urbano y la creciente exclusión e intolerancia social. Ambos escenarios señalan la urgente necesidad de aplicar enfoques novedosos y más sostenibles al desarrollo urbano. En ambos casos se impone la necesidad de contar con pueblos y ciudades más ecológicos, resilientes e inclusivos, que puedan ayudar a combatir el cambio climático y resolver inveteradas desigualdades urbanas».1
En la declaración del señor Moon se reitera claramente la paradoja del crecimiento y el desarrollo urbanos que en algún momento han irrumpido incluso en las ciudades mejor planificadas y organizadas del planeta. En lo que respecta a los pueblos pequeños y de extensión mediana, la situación es aun peor. Especialmente en los países en desarrollo queda de manifiesto la deplorable situación de los servicios y recursos urbanos, sea el abastecimiento de agua, el saneamiento, la electricidad, la salud y la educación. Lo anterior se debe en parte al permanente crecimiento de la población urbana, que genera una enorme presión sobre una disponibilidad limitada de recursos, y en parte también a la carencia de sistemas y mecanismos eficaces para gestionar y gobernar las ciudades que afrontan esta crisis. Este fenómeno resulta claramente apreciable en los países en desarrollo del Hemisferio Sur, especialmente de Asia, continente que alberga la mayoría de las ciudades más grandes del mundo. El año 2000, había en esa región 227 ciudades con 1 millón o más de habitantes, y 21 ciudades donde esa cifra iguala o supera los 5 millones. De cada 10 ciudades de gran extensión o megalópolis del Hemisferio Sur, más de 7 están situadas en Asia.2
Delegados camboyanos dialogan con el alcalde de Varanusi durante su visita a la India, Fuente: PRIA
¡Y aquí no acaba el problema! La situación empeora cuando este crecimiento desmesurado de pueblos y megaciudades no se complementa con el surgimiento de nuevas estructuras a nivel local, o con el reforzamiento de las existentes, en especial de las que tienen a su cargo la gestión y el gobierno de pueblos y ciudades. A nivel local, ellas corresponden más que nada a organismos de servicio creados por el Estado, como municipalidades, autoridades urbanísticas de pueblos y ciudades, o autoridades responsables del abastecimiento de agua. En la mayoría de los casos, estas instituciones no se encuentran suficientemente provistas (en cuanto a recursos financieros y humanos) para hacer frente a una situación de emergencia, ni tampoco tienen una idea clara de su papel y sus responsabilidades, que a menudo se traslapan. En definitiva, quienes tienen que sufrir las consecuencias de esta situación adversa son los ciudadanos, y con mayor rigor los pobres y los marginados.
Al percatarse del creciente peligro que representa el crecimiento urbano no planificado, muchos países y gobiernos están procurando discurrir medidas que ofrezcan una salida eficaz a este problema. Fuera del Estado, diversos actores de la sociedad civil, del mundo académico y de los medios de comunicación están promoviendo también el uso de mecanismos innovadores para: a) sensibilizar a los ciudadanos frente a los avatares de la urbanización; b) desarrollar sus capacidades para trabajar colectivamente en favor de cambios que puedan fomentar a nivel comunitario; y c) comprometer su participación en diálogos y en campañas para exigir mejores servicios en sectores donde las decisiones dependen únicamente de las autoridades. El poder y el potencial del compromiso cívico no son cualidades que resulten desconocidas para el mundo. Especialmente en los países en desarrollo esas prácticas están siendo puestas a prueba cada vez con mayor frecuencia, ya que han demostrado su capacidad para producir resultados realmente beneficiosos. En algunos casos, ellas han surgido por iniciativa de determinados dirigentes o miembros de las comunidades, y otras veces han sido el resultado de un proceso de acción colectiva desencadenado más que nada por la acuciante necesidad de provocar un cambio en el estado de cosas. En estos esfuerzos los ciudadanos suelen contar con el apoyo de la sociedad civil, de los medios de comunicación, o de ambos actores, que cumplen un papel decisivo al potenciar la voz de la gente y plasmar sus opiniones.
En efecto, es a través de los esfuerzos conjuntos como las distintas partes interesadas, actuando como socios estratégicos en este proceso de cambio, logran obtener los resultados previstos. Los conocimientos y las energías de las comunidades de base, combinados con la orientación técnica y las aportaciones de la sociedad civil, y con el apoyo de las autoridades locales, son algunos de los factores esenciales que propician el cambio si convergen en el momento preciso y se aplica el enfoque apropiado. El ejemplo de la mohalla (vecindario) de Satnami citado anteriormente (en el primer párrafo), saca a relucir, por tanto, la delicada interacción de recursos y conocimientos poseídos y compartidos por los diferentes actores. En este caso, las partes involucradas eran las mujeres afectadas de Satnami, las autoridades de la Corporación Municipal de Raipur, e Investigación Participativa en Asia (Participatory Research in Asia – PRIA), una organización de la sociedad civil, que en conjunto lograron que el gobierno local asumiera un mayor grado de responsabilidad y demostrara mayor sensibilidad. Con el objeto de producir resultados óptimos y acentuar el carácter participativo del proceso, PRIA se aseguró de que todos los actores involucrados tomaran parte en esta iniciativa para generar desde el comienzo un sentimiento de identificación compartida. Del mismo modo, las partes interesadas han emprendido un sinnúmero de innovadoras iniciativas colectivas en distintas regiones del mundo, que ofrecen diversas oportunidades de aprendizaje e intercambio mutuos.
En consecuencia, puesto que están surgiendo modelos o tendencias donde se aprecia el impacto de la acción colectiva, y se están presentando suficientes oportunidades para reproducirlos o adoptarlos, existe la necesidad de crear entre ellos un vínculo que permita desarrollar y promover mecanismos más innovadores, participativos y basados en necesidades. En este proceso se advierten un par de aspectos que conviene tener en cuenta. En primer lugar, resulta de suma importancia garantizar el mantenimiento de los principios de aprendizaje e intercambio mutuos, de suerte que todos los actores involucrados en el proceso puedan aportar su experiencia y sus conocimientos para alcanzar el objetivo común. En segundo lugar, también es fundamental que, antes de forjar una alianza entre los distintos actores y regiones, se determine en qué medida tienen elementos comunes en los contextos socioeconómico y político. Se trata de una condición básica para evitar que se sientan amenazados o abrumados por las posturas extremas que los demás puedan presentar, y en lugar de ello se relacionen mutuamente de tal manera que el proceso de aprendizaje adquiera mayor significación para todos.
Miembros de una junta vecinal elaborando un cuadro de seguimiento con imágenes Fuente: PRIA
Este es el contenido al que alude el concepto de aprendizaje Sur-Sur. El aprendizaje y la cooperación Sur-Sur tienen que ver con lograr que los países lleguen a aunar fuerzas para encontrar soluciones a problemas de desarrollo comunes. Este enfoque promueve una cooperación técnica y económica más estrecha entre los países en desarrollo, empleando especialistas del Hemisferio Sur, compartiendo mejores prácticas de este sector del planeta y ayudando a desarrollar un sentido de identificación con el proceso de desarrollo.3 La cooperación Sur-Sur está siendo utilizada cada vez con mayor frecuencia como un método popular para acelerar el aprendizaje entre los países del Sur, puesto que ofrece soluciones prácticas y factibles a algunos de los problemas más angustiantes que afrontan hoy en día los países en desarrollo. Ha demostrado ser mucho más eficaz que el sistema de transferencia Sur-Sur de conocimientos, en la que los países y actores del Norte suelen controlar el proceso de desarrollo y los socios del Sur cumplen el papel de meros receptores. Cuando los países en desarrollo aprendan unos de otros intercambiando sus conocimientos y sus competencias, este proceso tenderá a transformarse en una experiencia más enriquecedora y gratificante, ya que unos y otros se encontrarían mayoritariamente en pie de igualdad y su relación estaría despojada de cualquier tipo de predominio o poder; de hecho, se basa en los principios de aprendizaje e intercambio mutuos.
En cumplimiento de este principio, PRIA, a través de la iniciativa de «Profundización de la gobernanza democrática local mediante la responsabilidad social en Asia», está intentando congregar a actores de tres países del Hemisferio Sur, a saber Bangladesh, Camboya e India, para llevar a cabo un proceso recíproco de aprendizaje e intercambio de conocimientos sobre cuestiones asociadas a la gobernanza urbana. Esta iniciativa está siendo implementada con el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Democracia (FNUD), en calidad de organismo proveedor de financiación, y de las ONG PRIP Trust de Bangladesh y SILAKA de Camboya como socios ejecutores. Su objetivo es mejorar las prácticas democráticas de las instituciones urbanas de gobernanza local a través de la responsabilidad social, para así mejorar la prestación de servicios básicos a familias marginadas en dos ciudades asiáticas: Rajshahi en Bangladesh y Takhmao en Camboya.
El propósito de la iniciativa es compartir la experiencia de PRIA sobre mejoramiento de las prácticas de gobernanza local urbana y de responsabilidad social en pueblos y ciudades de la India y en las ciudades ya identificadas de Bangladesh y Camboya. Se concentra en el fomento de la acción y la participación cívica organizada a través de la movilización, la creación de capacidades, la intervención en campañas y la supervisión participativa para garantizar la rendición de cuentas. El objetivo general consiste en desarrollar las capacidades de OSC y comunidades intermediarias de nivel local mediante programas de capacitación, visitas de contacto y tutorías para influir en las políticas nacionales y subnacionales sobre responsabilidad social y gobernanza urbana.
Este esfuerzo es percibido, por tanto, como una oportunidad para promover y facilitar el aprendizaje Sur-Sur, ya que los 3 países asociados, además de pertenecer al Hemisferio Sur, también comparten una sensación de inquietud ante las crisis de desarrollo incipientes, a las que ven como una amenaza. Ellos aportan a la asociación su bagaje único de conocimientos y prácticas que genera una dinámica plataforma para el intercambio de ideas y deliberaciones significativas. En conjunto, la colaboración ofrece una oportunidad para que los países asociados equilibren sus limitaciones y debilidades y proyecten lo mejor de sí.
En el pasado reciente, los gobiernos de muchos países en desarrollo han introducido un cambio de paradigma en su estilo de gobernanza, al adoptar enfoques más descentralizados y participativos con respecto al desarrollo. No obstante, en la mayoría de estas naciones la transición no ha sido muy fluida, ya que pone en tela de juicio ciertas nociones de poder y autoridad. En consecuencia, adoptar modalidades innovadoras no ha sido tarea fácil para muchos gobiernos, y la mayoría de ellos siguen esforzándose por adaptarse a esta nueva identidad.
La situación también resulta aplicable, en cierta medida, a los tres países que intervienen en esta asociación. Aun así, se puede afirmar que a este respecto India se encuentra relativamente por delante de Bangladesh y Camboya. Ello sería atribuible al hecho de que el Gobierno indio adoptó la descentralización en 1991 (al promulgarse las 73a y 74a leyes de enmienda constitucional), fecha muy anterior a la escogida por los otros dos países. Asimismo, India ha realizado considerables progresos hacia el empoderamiento político de los grupos marginados mediante la descentralización democrática a lo largo de los años, experiencia que le permite ofrecer útiles enseñanzas a sus dos naciones asociadas. En Bangladesh y Camboya, los marcos legales para la descentralización democrática también quedaron establecidos al entrar en vigencia la Ley de Ayuntamientos y el Reglamento de Ayuntamientos en 2009, y la Ley Orgánica de 2008, respectivamente. En estos marcos jurídicos se esbozan las funciones, las responsabilidades y las potestades de las instituciones de gobernanza local. Con todo, la gobernanza democrática local es mucho más que un mero conjunto de procedimientos y normas institucionales. Los espacios para que los ciudadanos participen en el cogobierno de las ciudades, para exigir transparencia y rendición de cuentas, y para contribuir a encontrar soluciones conjuntas, están lejos de ser satisfactorios.
Aun cuando la «buena gobernanza» constituye el elemento central de la Estrategia Rectangular del Gobierno de Camboya, y se la destaca como un requisito para que el país logre reducir la pobreza y alcance el desarrollo sostenible, el país se caracteriza por una escasa rendición de cuentas y un alto grado de corrupción, al igual que por una deficiente aplicación del estado de derecho. El carácter altamente centralizado del Estado camboyano reduce las oportunidades para que los ciudadanos influyan en asuntos que afectan directamente su vida. Entre la protesta local y el gobierno nacional media una enorme distancia.4 Asimismo, pese a las recientes mejorías observadas en algunos de los indicadores de desarrollo humano de Bangladesh, su deficiente historial en materia de gobernanza refrena todo su potencial. Los sucesivos gobiernos se han mostrado insensibles a las necesidades de las comunidades pobres y marginadas. Antes bien, el poder estatal es utilizado para fines personales y partidistas, y los mecanismos de rendición de cuentas del sistema político no funcionan como debieran, por lo que los niveles de corrupción se mantienen altos.5
Resulta interesante observar que, a pesar de las limitaciones antes mencionadas en sus sistemas de gobernanza, los tres países sin excepción poseen algunas características firmemente arraigadas que les han ayudado a progresar desde la más adversa de las situaciones. Ya se trate de la naturaleza siempre cambiante de la democracia india, de los Jemer Rojos y la guerra civil en Camboya, o de la dinámica de la política partidista en Bangladesh, se ha logrado superar estos obstáculos y exhibir fortalezas en más de un aspecto. De manera que esta asociación amplía las oportunidades para que compartan sus puntos fuertes y aprendan unos de otros.
A fin de abordar eficazmente las inquietudes con respecto a la urbanización y el déficit democrático descritas al comienzo, PRIA está intentando crear un ambiente propicio para el intercambio de conocimientos, además de mejorar las capacidades de los socios involucrados, de modo que puedan discurrir conjuntamente soluciones adecuadas para todos ellos. En este proceso, los principios del aprendizaje de adultos y del aprendizaje a lo largo de toda la vida,6 lo mismo que las metodologías participativas, se aplican de diversas maneras. Así pues, la iniciativa ha sido concebida de tal forma que permita crear oportunidades para la interacción, el discurso y la negociación, dondequiera que sea necesario y factible. Las técnicas participativas han sido adoptadas en diversas etapas, ya sea durante la gestión de programas o la implementación de distintas tareas y actividades. Este aspecto adquiere importancia por cuanto los conocimientos adquiridos tienen que contextualizarse antes de ser adoptados y reproducidos, para así obtener resultados óptimos.
El intercambio de conocimientos y capacidades es fomentado en sentido vertical y horizontal. Dicho de otro modo, el intercambio transnacional de conocimientos por parte de organizaciones confederadas de la sociedad civil (aprendizaje horizontal) es posteriormente difundido en sus países de origen en forma de comunicación vertical junto con otros actores pertinentes como las organizaciones de la sociedad civil (socios locales, organizaciones basadas en la comunidad, medios de comunicación, el mundo académico, etc.), la comunidad, al igual que las dependencias gubernamentales competentes. Hay ocasiones en que estas interfaces son incorporadas formalmente en la estructura de la intervención, pero por lo general se permite que surjan espontáneamente y cuando las circunstancias lo exijan.
De alguna manera se puede afirmar que el aprendizaje es compartido y que las capacidades están siendo creadas en distintos niveles empleando numerosas modalidades, que se explican a continuación:
● Aprendizaje temático entre las organizaciones asociadas.
En primer lugar, existe un intercambio de conocimientos a nivel del programa entre las organizaciones asociadas, que se relaciona con la búsqueda y la prestación de asesoramiento técnico sobre los distintos componentes de los temas del programa. En este caso, ellos son la gobernanza urbana, las herramientas y los mecanismos de responsabilidad social (cartas de compromiso con el ciudadano, sistemas de reparación de agravios y revelación de información), participación y supervisión ciudadana (informes ciudadanos, supervisión basada en la comunidad), etc. Este aprendizaje ayuda a mejorar sus capacidades y los prepara para emprender intervenciones temáticas similares en el futuro.
Existen diversas maneras de llevar a cabo este aprendizaje. Se adoptan nuevos e innovadores medios de comunicación para acelerar el proceso de aprendizaje entre las organizaciones asociadas. Fuera del intercambio regular de ideas e información a través de materiales de referencia, manuales y libros, mensajes electrónicos y teléfonos, se están explorando nuevas herramientas de comunicación para utilizar con la mayor eficiencia posible las tecnologías disponibles. Parte importante del apoyo de orientación se ofrece de manera «virtual» mediante el uso de videoconferencias y reuniones virtuales. Estos métodos proporcionan un margen para la interacción directa, donde las dudas y las consultas se plantean y se abordan de manera periódica, lo cual ayuda a gestionar e implementar las iniciativas a nivel local.
● Aprendizaje compartido entre los distintos actores involucrados
En segundo lugar, los conocimientos adquiridos también se intercambian entre los demás actores, sea de manera directa o indirecta. Existe espacio suficiente para un proceso de interacción y comunicación directa en el que intervienen distintos actores de los tres países y que se materializa a través de visitas de inmersión y giras de estudio. Se dio una vez un caso único en su género cuando se organizó una visita de estudio que congregó a una amplia gama de actores, incluidos miembros de la sociedad civil, medios de comunicación, representantes de la ciudadanía, como también funcionarios municipales y representantes elegidos de los tres países. Se visitaron dos ciudades: Varanasi (Uttar Pradesh) y Jaipur (Rajastán) en India, donde PRIA ha adquirido un considerable bagaje de experiencia laboral y ha formado importantes asociaciones con las respectivas municipalidades y la ciudadanía local en torno a temas vinculados a la responsabilidad social y la gobernanza urbana. Esta visita abrió nuevas vías para entablar diálogos, y demostró ser una plataforma eficaz para fomentar y facilitar el aprendizaje y el intercambio mutuos. Se trató de un proceso de aprendizaje a tres bandas, donde los delegados de Bangladesh y Camboya tuvieron la oportunidad no solo de recibir enseñanzas de su país anfitrión (India), sino además de aprender uno del otro. Asimismo, para sus homólogos (funcionarios, representantes elegidos, ciudadanos, etc.) de la India esta fue una ocasión para compartir sus experiencias y obtener información de los delegados sobre cómo operan en sus respectivos países, cuáles son los diferentes marcos, instituciones y procedimientos de gobernanza urbana, etc.
Por otra parte, los conocimientos se intercambian de manera indirecta a través de las organizaciones asociadas, que se dan a conocer mutuamente las mejores prácticas de cada cual para luego transferir esa información a los actores pertinentes. Este proceso de intercambio y de desarrollo de capacidades ocurre de distintas maneras, por ejemplo como cursos de capacitación, talleres, reuniones y diálogos periódicos con las respectivas partes interesadas.
Cuadro de seguimiento
con imágenes
Fuente: PRIA
● Aprendizaje conjunto como grupo de países meridionales
En el curso de la implementación de esta iniciativa ha quedado de manifiesto que la asociación va mucho más allá de los aspectos programáticos o temáticos. Ella permite adquirir un enorme caudal de conocimientos no solo sobre la gestión y la implementación de programas, sino además sobre cómo se puede aumentar la eficacia y la significación de esas iniciativas multinacionales, especialmente las emprendidas entre países del Hemisferio Sur. ¿Cuáles pueden ser la dinámica y los desafíos de estas iniciativas, y cuáles son las funciones y las responsabilidades que tiene que cumplir cada miembro para materializar la asociación? ¿Qué decisiones deben adoptarse a nivel local y cuál es la instancia para que los socios consulten entre sí antes de llegar a un entendimiento común? Estos conocimientos adquiridos, que pueden encontrarse en muchas asociaciones, adquieren suma importancia en casos de colaboraciones transnacionales, ya que poseen una magnitud y una naturaleza completamente distintas. En consecuencia, es menester percibirlos, comprenderlos y obtener el máximo provecho de ellos al analizarlos internamente y difundirlos entre otros actores que estén llevando a cabo iniciativas similares.
Aun cuando esta colaboración de aprendizaje Sur-Sur entre India, Bangladesh y Camboya se encuentra todavía en ciernes, ya ha sido capaz de exhibir algunos resultados positivos. A nivel comunitario, los ciudadanos de ambos países están siendo movilizados para que participen y aúnen esfuerzos con las autoridades municipales en la formulación de peticiones para que mejore la prestación de servicios básicos. Debido a la ausencia de una acción cívica organizada, se ha alentado y respaldado a los ciudadanos para que formen juntas vecinales. En ambos países se han formado alrededor de 15 de estos organismos, y se están potenciando sus capacidades para identificar y abordar los problemas que surjan a nivel del vecindario. Estas juntas vecinales y dirigentes escogidos de organizaciones ciudadanas también están siendo capacitados para asumir tareas de supervisión comunitaria. Los Informes Ciudadanos sobre servicios WATSAN7 han sido elaborados en las dos ciudades, donde ha quedado de manifiesto la deplorable situación de los servicios municipales.
Otro signo alentador ha sido la actitud y la conducta positivas de parte de funcionarios públicos y autoridades municipales, al tomarse en serio esta iniciativa. En ambos países ellos han ampliado su apoyo y demostrado su interés en colaborar con las organizaciones asociadas. Se está trabajando a toda marcha para fortalecer los mecanismos de responsabilidad social en ambas municipalidades. En la municipalidad de Takhmao también se ha creado un grupo que está deliberando en torno a la formulación de una carta de compromiso con la ciudadanía basada en los servicios que esta entidad presta a la sociedad.
Fuera de los ciudadanos y los funcionarios municipales, los medios de comunicación locales y otras organizaciones de base comunitaria también han decidido tomar parte en esta asociación. Los lazos establecidos con responsables de medios de difusión han permitido publicar comunicados de prensa en los periódicos locales de Bangladesh y Camboya, los cuales han logrado crear coincidencia entre los ciudadanos acerca de su papel potencial como socios en el proceso de cambio.
1 Estado de las Ciudades del Mundo 2010- 2011: Reducir la Brecha Urbana». ONU-Habitat.
2 Estado de las Ciudades del Mundo, 2008- 2009, Ciudades Armoniosas, ONU-Habitat.
3 Ajay Tejaswi, ‘South-South Capacity Development: The way to grow?’ Capacity Development Briefs, No. 20, febrero de 2007, World Bank Institute.
4 Información extraída del sitio web khmerviews.com/2008/12/social-accountability-in-cambodia/
5 Datos extraídos del informe de DFID’s report titulado DFID’s Programme in Bangladesh, Third Report of Session 2009 –10, www.publications.parliament.uk/pa/cm200910/cmselect/cmintdev/95/95i.pdf
6 La alfabetización de adultos y el aprendizaje a lo largo de toda la vida conforman un proceso continuo con un enfoque más participativo, que fomenta el diálogo y el debate entre miembros de la comunidad, una buena manera de llegar a conocer el punto de vista de «los demás». (Tomado del módulo de cursos de apreciación impartidos a distancia por PRIA sobre «Conceptos y tendencias en la educación de adultos»).
7 WATSAN: water and sanitation (agua y saneamiento).