Durante los últimos dos años, DV V International y su socia en Afganistán, la Asociación Nacional Afgana para la Educación de Adultos (Afghan National Association for Adult Education – ANAFAE) han restablecido siete centros de aprendizaje comunitario en diversos distritos urbanos de Mazar-i-Sharif, en la provincia septentrional de Balj, en la frontera con Uzbekistán.
Estos centros fueron creados originalmente en 1995 por ONU-Hábitat en emplazamientos comunitarios con el nombre de Foros Comunitarios de Distrito (FCD), durante el régimen talibán. Su objetivo era atender a las necesidades de la comunidad y proporcionar un espacio seguro para que las mujeres pudieran aprovechar los programas sociales y de educación, que se concentraban principalmente en la alfabetización y las oportunidades laborales, y contaban con el apoyo de pequeños préstamos concedidos a mujeres analfabetas.
Los FCD administraban una imprenta, un servicio de taxis, y algunos servían de puestos de atención sanitaria durante la época de desarrollo urbano. A partir de 2002, el programa de ONU-Hábitat dejó de funcionar. Los FCD quedaron relegados al olvido durante años, pero de alguna manera se las arreglaron para seguir realizando algunas actividades en menor escala con recursos muy exiguos y capacidades de organización limitadas.
Los nuevos centros de aprendizaje comunitario están profundamente comprometidos con la lucha contra la pobreza. Ellos promueven el desarrollo de aptitudes y competencias para grupos desfavorecidos, al igual que oportunidades para el empoderamiento, el cambio social y el mejoramiento de las condiciones de vida.
En un país con cerca de 10 millones de adultos analfabetos, la alfabetización es todavía una necesidad fundamental, especialmente para las mujeres. Pese al éxito logrado con la creación del actual sistema educativo afgano, el acceso a la educación continúa siendo dificultoso. Hoy en día, una proporción bastante superior al 30% de los niños y niñas —sobre todo de estas últimas— no se inscribe en la escuela. La educación escolar carece de maestros cualificados. Menos del 3% de la población ha logrado adquirir una
formación profesional formal. El acceso a la educación superior y a la formación profesional sigue siendo limitado. El futuro de este país depende fundamentalmente de las oportunidades de capacitación y de la cualificación de la generación más joven. Sobre la mitad de los habitantes tienen menos de 25 años y están afectados por una alta tasa de desempleo.
Si bien la cantidad de personas que completarán su educación escolar aumentará a cerca de 500.000 durante los próximos años, las oportunidades de formación profesional son todavía insuficientes. Los jóvenes que podrían realizar importantes contribuciones al crecimiento económico carecen de nuevos conocimientos y aptitudes.
Las jóvenes pertenecientes a familias tradicionales encuentran en el centro de aprendizaje comunitario un lugar seguro donde pueden aprender y participar activamente en las clases de alfabetización.
El novedoso concepto del centro de aprendizaje comunitario tiene en cuenta esta situación. Los programas de educación comunitaria de Afganistán continúan atendiendo a los intereses y las necesidades de los alumnos tradicionales, pero las necesidades y los problemas de las generaciones más jóvenes de estas comunidades urbanas, especialmente los de las niñas, han cambiado.
El objetivo, en este caso, consiste en ampliar la participación en la educación, al igual que aumentar las oportunidades de educación mediante ofertas pertinentes que se basen en la comunidad y permitan desarrollar aptitudes, tendiendo un puente estratégico en la transición de la educación escolar a la enseñanza universitaria o a la vida laboral.
Los programas complementarios respaldan la educación escolar. En la actualidad ha aumentado la proporción de jóvenes de las comunidades urbanas que aspiran a entrar a la universidad. Hace muy poco, en uno de los CAC, 68 de los 90 alumnos inscritos en los cursos de preparación para el examen de ingreso a la universidad obtuvieron los puntajes más altos de la ciudad.
Los programas educativos ofrecidos en dichos centros han ampliado las oportunidades de superación para las generaciones más jóvenes de las comunidades urbanas. Les ayudan a iniciarse en la vida laboral y refuerzan su empleabilidad mediante cursos sobre tecnologías de la información en idioma inglés, ofreciendo cualificaciones técnicas al igual que el desarrollo de aptitudes para administrar negocios y realizar labores de oficina.
Los centros proporcionan la infraestructura y los recursos locales para el desarrollo social a través de la educación basada en la comunidad. Ellos realizan una contribución fundamental al aprendizaje a lo largo de la vida, aplicando un enfoque muy integral (abarcando las dimensiones formal, no formal e informal). También fortalecen la creación de capacidades para provocar cambios y participar en el ámbito social. Muchos de los jóvenes alumnos participaron en las recientes elecciones y actualmente aspiran a vivir en un clima de estabilidad y de cambios.
La educación comunitaria, tal como la imparte ANAFAE, es una herramienta que permite que la gente mejore su calidad de vida mediante el aprendizaje y la cooperación. El concepto recientemente adoptado de aprendizaje comunitario hace hincapié en una mayor participación de los padres, las empresas y las ONG locales para asociarse en la tarea de abordar las inquietudes de carácter educativo y comunitario. Por ejemplo, el propietario de un taller de reparación de teléfonos móviles ofrece capacitación técnica en uno de los centros, y los grupos femeninos se reúnen para debatir sobre los derechos de la mujer.
La cooperación con los padres y las familias es el punto fuerte de los programas de educación exitosos. Los padres y los ancianos de la comunidad influyen en la calidad de la enseñanza. Los programas de alfabetización se ofrecen en forma gratuita. La mayoría de los programas de educación son sufragados por las familias a través del pago de módicos derechos de matrícula, con lo cual se contribuye a la sostenibilidad de los centros.
La cantidad de alumnos de diversas generaciones está aumentando, y se espera llegar a los 14.000 durante 2014. Este logro influirá de manera definitiva en la transformación social de las comunidades.
Otro aspecto del nuevo concepto incluye la sugerencia de desarrollar los centros como un centro neurálgico para diversos servicios comunitarios. En la lista figuran especialmente programas sociales, de atención básica de salud, de vacunación y de distribución de alimentos. Los centros pueden servir también de plataformas para la cooperación entre instituciones públicas y ONG, lo que permitiría ofrecer una amplia gama de servicios al interior de la comunidad.
Para mayor información
www.anafae.af
Autor
Wolfgang Schur, Coordinador de Proyectos en Afganistán,
DVV International, wolfgang.schur@online.de