Irina Chistyakova
Kirguistán
Irina Chistyakova creció en una familia de educadores: tanto su madre como su padre dedicaron su vida a la educación de niños y niñas. En un intento por liberarse de esa herencia, Irina ejerció el periodismo durante 20 años antes de darse cuenta de que su verdadera vocación era la de educadora de adultos.
Irina Chistyakova: ¡Tal parece que, después de todo, educar a otras personas —no a niños sino a adultos— era mi vocación! Al principio deseaba compartir mi experiencia profesional, por lo que comencé a dar clases en el Departamento de Periodismo Internacional de la Universidad Kirguiso-Rusa (eslava) en Biskek. Cuando comencé a dictar cursos de formación avanzada para profesores universitarios, me familiaricé con técnicas de aprendizaje interactivo y con la metodología de la formación. Y luego me dije a mí misma: “¡Esta es el área que me interesa!”. El primer curso de formación que impartí versó sobre los medios de difusión, y estaba destinado a profesionales del sector. Y luego me pregunté: “¿qué es lo mejor que puedo hacer en mi calidad de periodista y qué puedo enseñarles a otras personas?”. Entonces comencé a diseñar y a impartir cursos de formación sobre el desarrollo de aptitudes para una comunicación eficaz, tanto para clientes empresariales como en una modalidad abierta.
Diseño e imparto cursos de formación sobre diversos temas para profesionales de los medios de comunicación, blogueros y periodistas cívicos. Como adiestradora o coach empresarial dicto cursos de formación sobre técnicas para lograr una comunicación eficaz: aptitudes de expresión oral y escrita, de comunicación empresarial y de oratoria. Uno de los principales temas de los cursos de formación para adultos que dicto en la actualidad es el desarrollo de aptitudes de inteligencia emocional. Soy la primera capacitadora de Asia Central que estimula el desarrollo de la inteligencia emocional según el concepto de la Universidad de Yale. Recientemente me he perfeccionado en el área de la metodología de la capacitación.
Poco a poco comencé a complementar las herramientas de formación tradicionales con técnicas de facilitación, empleando el método de facilitación basado en tarjetas PinPoint. En mis cursos de formación también empleo con frecuencia enfoques basados en el coaching, como la ludificación, ya que soy coach profesional. Cuando hay que emplear una modalidad tradicional para el desarrollo de aptitudes, al diseñar los programas recurro al ciclo de Kolb.
Gracias por hacerme esa pregunta, porque me ha hecho reflexionar. Me encanta trabajar con los grupos de alumnos que participan en los cursos de formación, y me atraen los procesos grupales que se desarrollan durante las clases. Es imposible impartir dos veces el mismo curso de formación, incluso si versa sobre el mismo tema y el destinatario es el mismo grupo de antes. ¡Siempre será una historia completamente distinta! Cada curso de formación es un pequeño espacio vital que nunca volverá a reproducirse. Para mí, los dos momentos más apasionantes de la formación son el comienzo, cuando los participantes dan a conocer sus expectativas, y la conclusión, cuando llega el momento de la reflexión final y los alumnos se refieren a lo que han aprendido durante la formación y a las herramientas que en lo sucesivo van a incorporar a su práctica. Lo anterior corresponde, por cierto, solo a una parte de los resultados de la formación —opiniones e impresiones de los participantes—, pero para mí representa un aspecto valioso que refuerza la importancia de mi labor.