En su contribución para los 25 años de asociación entre la ASPBAE y el IIZ/DVV Heribert Hinzen realiza una personal mirada retrospectiva a toda esta larga amistad, cómo surgió, qué personas estuvieron colaborando de manera significativa en ambos lados. Una parte importante de su ponencia tiene que ver con el ámbito de las universidades populares y la cooperación internacional. El Prof.(H) Dr. Heribert Hinzen es Director del IIZ/DVV.
En la plenaria inaugural de la Conferencia de Beijing sobre Cooperación Internacional a la Educación de Adultos, en febrero de 2003, se me dio la oportunidad de expresar, junto a los saludos y felicitaciones, también algunas ideas sobre la cooperación que ha habido hasta ahora y sobre la futura. Lo que más me interesaba era visualizar la fecundidad de la asociación, desde el punto de vista de la contraparte alemana, y mostrar que en último término aquélla descansa en dos estables piedras angulares que son el profesionalismo y la solidaridad. Como quiera que los participantes chinos, y seguramente también algunos de los participantes internacionales, y en último término también el lector de esta revista, sólo pueden tener conocimientos limitados sobre el trabajo de las universidades populares en Alemania y sus contactos internacionales, se ha incorporado en la presentación las respectivas informaciones.
Cuando empezó la cooperación en 1978, se encontraron dos intereses. Por una parte estaba el intento de colegas comprometidos, asiáticos y australianos, por delante de todos el Prof. Chris Duke, por despertar a la ASPBAE (la Oficina de Asia y el Pacífico Sur para la Educación de Adultos), fundada en 1964, de un sueño de bella durmiente relativamente profundo. Desde el lado alemán esta preocupación fue recibida favorablemente, puesto que a fin de cuentas ya en la asamblea fundacional de la ASPBAE había estado presente la DVV (Asociación Alemana para la Educación de Adultos) en la persona de Helmuth Dolff que era entonces su director.
En la década de los cincuenta la DVV, fundada en 1953, había considerado como una obligación propia el realizar su trabajo internacional en el marco de contrapartes municipales, del entendimiento entre los pueblos y del intercambio técnico con los países industrializados de Europa y de otros continentes. A comienzos de la década de los sesenta, durante la primera fase de la descolonización, la DVV había empezado a reaccionar positivamente a las solicitudes del Gobierno Federal en el sentido de apoyar, en el marco de la ayuda educativa, la alfabetización y la formación de educadores de adultos. Esto ocurrió en el terreno mismo de los diferentes países, pero también mediante cursos de formación permanente en las universidades populares domésticas de Göhrde, para educadores de adultos africanos, y de Rendsburg para latinoamericanos. Luego, a mediados de la década de los setenta, había empezado en la DVV la discusión acerca de cómo se podría ampliar la futura cooperación para la formación de educadores de adultos también con los colegas asiáticos. El resultado fue que se intentó arrancar, en una perspectiva regional con la ASPBAE, y en una bilateral con contrapartes indias.
Se elaboró una propuesta de proyecto que se hizo llegar al Ministerio Federal para la Cooperación Económica y el Desarrollo (BMZ), y que fue aprobada por el mismo, que se refería a seminarios y conferencias, a publicaciones, y a asociaciones itinerantes. De esta manera se pudo mejorar considerablemente, en encuentros nacionales y regionales, la información y comunicación entre las instituciones estatales y universitarias, y las ONGs. El servicio de estafeta de la ASPBAE cobró nueva vida y adquirió un carácter netamente innovador con el envío regular del material que se iba compilando y que consistía en una revista y diversos documentos y boletines informativos con referencias temáticas y organizativas. Las becas para viajes hicieron posible el conocimiento de los colegas inmersos en las más diferentes realidades de la educación de adultos del extenso espacio asiático y del Pacífico, y de manera especial el encuentro entre unos y otros creó sólidas amistades entre colegas.
Cuando en términos de mi biografía profesional me pongo a recordar mis primeros contactos con la ASPBAE, no puedo olvidar nunca la combinación de curiosidad contenida con que me interrogaban en cada uno de mis viajes anuales a la región. Esto empezó en 1978, cuando en la DVV nuestro colega Bernd Pflug nos dejó, de manera bastante sorprendente, diciendo que él ahora quería dedicarse a enseñar en las bases, dentro de la práctica educativa alemana; a fin de cuentas había sido él quien puso en marcha la cooperación con las contrapartes asiáticas. En aquel tiempo todavía era muy pequeño el equipo nuestro que se ocupaba de cuestiones internacionales. El director de este departamento de la DVV era Jakob Horn. En cuanto a mí, era responsable de un proyecto que se dedicaba a la educación para el desarrollo en las universidades populares, mediante la formación y la educación continua de multiplicadores, y en la elaboración de medios y materiales utilizables en el trabajo de cursillos. Con ello se buscaba respuestas a la siguiente pregunta: ¿Cómo se puede elevar en las universidades populares la sensibilidad de la población alemana en cuestiones interculturales y de políticas de desarrollo, reforzando y mejorando la información?
Así es como, de manera para mí bastante sorprendente, pasé a ser responsable de atender los proyectos de la DVV en Asia y África. Y cuando en 1979 visité por primera vez a contrapartes de Indonesia y Filipinas, me alegré de haber aprendido algo sobre educación de adultos tanto en los estudios como en mi propia praxis. Y es que las preguntas de los colegas asiáticos apuntaban a eso: ¿Cuáles son los contenidos y temas de la educación de adultos en Alemania? ¿Cómo está organizada y cuáles son sus estructuras? ¿Cómo se financia? ¿Qué papel juega el estado? Pero también se dejaban escuchar posiciones dubitativas: Si ustedes hace más de 100 años que tienen la escuela obligatoria ¿para qué necesitan todavía la educación de adultos?
Ya en aquel tiempo los cuestionamientos dominantes en las consultorías de pro yectos se referían más a la educación de adultos que a políticas de desarrollo, si bien nosotros intentábamos tomarlos, mediante una nueva elaboración conceptual, como educación de adultos orientada al desarrollo. Pronto nos trazamos una forma de presentación para poder explicar la relación de las universidades populares con sus asociaciones nacionales y con la DVV; más adelante nuestro actual responsable de Asia, el Dr. Hanno Schindele, aclaró este peculiar tejido de relaciones mediante el gráfico que aquí se reproduce como primera ilustración (1). A saber, que somos una asociación que debe prestar servicios a sus miembros, los cuales pagan para ello y dejarían de hacerlo si la calidad no fuera la esperada. Que se trata por tanto de un enfoque de abajo hacia arriba. Que la DVV es también, y por encima de todo, una instancia de cabildeo, actividad que se tiene que realizar al mismo tiempo que los importantes servicios de consultoría pedagógica y organizativa. Que las 1.000 universidades populares que cubren toda la superficie de Alemania son asequibles para jóvenes y adultos con una oferta concreta que debe responder a una demanda siempre cambiante, pero sobre el horizonte de una filosofía propia de las universidades populares.
Ilustración 1:
DIE: Adolf-Grimme Institut – Gesellschaft für Medien, Bildung und Kultur mbH (Instituto Alemán para la Educación de Adultos)
AGI: Deutsches Institut für Erwachsenenbildung e.V. (Instituto Adolf-Grimme, S.Ltda. para los medios de comunicación, la educación y la cultura)
WBT: WBT – Weiterbildungs-Testsysteme GmbH (S.Ltda. WTB-Sistemas de Test para el Perfeccionamiento)
Eran pues dos las asociaciones especializadas en educación de adultos que empezaron a cooperar a finales de la década de los setenta, y que también estaban dispuestas a aprender una de otra. No siempre sólo de manera directa, con frecuencia también a través de membresías comunes o de la colaboración en la preparación compartida de conferencias. La DVV había sido también, en 1953, miem bro fundador de la Asociación Europea para la Educación de Adultos (AEEA) a la que apoyó eficazmente mediante la asunción de tareas directivas como la de Tesorero, Presidente y Vicepresidente, ligadas con las personas de Helmuth Dolff, el Prof. Günther Domen y el Dr. Michael Samlowski.
Las dos asociaciones regionales ASPBAE y AEEA apadrinaron también al Consejo Internacional de Educación de Adultos (CIEA) cuando nació en 1973. En 1972 había sido Tokio el lugar donde se organizó la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Educación de Adultos, a la que se le dio el nombre abreviado de Confintea III. Entre bambalinas se preguntaba entonces si, además de las instancias estatales, no debería haber también una organización internacional no gubernamental que fuera la llamada a defender los intereses de la educación de adultos con una perspectiva global (concepto que todavía no era muy usado). A la generación que fundó entonces el CIEA pertenecían el Prof. Roby Kidd, de Canadá; el Dr. Malcolm Adiseshia, de la India; Paul Mhaiki, de Tanzania; el danés Paul Bertelson como oficial de la UNESCO y el Director de la DVV Helmuth Dolff.
Con seguridad el Cuadro (2), que muestra los nombres de las personas y organizaciones que tuvieron importancia en la educación internacional de adultos, sobre todo desde el punto de vista de la ASPBAE y la DVV, es solamente un intento incompleto y que debe ampliarse y corregirse; el autor se alegrará de cualquier dato complementario. Pero a pesar de todo muestra con claridad cuán importantes eran los lazos entre asociaciones especializadas en los planos nacional, regional e internacional. Y quien conoce a las personas sabe también cuán significativa era y sigue siendo la amistad entre colegas para la eficacia de la cooperación.
Cuadro 2:
Year | UNESCO | ICAE | ASPBAE | DVV | Persons |
1949 | Helsingör: Después de la segunda guerra mundial | ||||
1953 | Becker, Ebbighausen | ||||
1960 | Montreal: Paises en vías de desarrollo | ||||
1964 | Año de fundación | Miembro Fundador | Dutta, Hely, Dolff | ||
1972 | Tokyo: Professionalización | Bertelson, Kidd, Dolff, Mhaiki | |||
1973 | Año de fundación | Miembro Fundador | Kidd, Dolff, Mhaiki | ||
1976 | Dar es Salaam: Educación de Adultos y Desarrollo | Kidd, Mhaiki, Hall | |||
1977 | Cooperación con la DVV Chiang Mai | Principio de trabajo an Asia y India | Duke, Heslop, Horn, Pflug, Hinzen | ||
1982 | Paris:Desarrollo auténtico | dos programas nacionales | Lim Hoy Pick, Hwang | ||
1983 | Regional y en el pais | Curso de verano para lo Asiáticos | Leumer | ||
1984 | Visita a la China | Aprendizaje global | Horn, Lößl | ||
1985 | Paris: El derecho de aprender | Buenos Aires: Paz | Vio Grossi, Hall, Duke, Horn, Hinzen | ||
1986 | Programa especial para el trabajo en la China | ||||
1987 | Revista: Educación de Adultos en China | Dong Mingchuan | |||
1990 | Bangkok: Alfabetización | Kowit, Kasama, Samlowski | |||
1991 | Tagaytay: Primera asamblea general | Tandon, Wijetunga, Ariyaratne | |||
1994 | Cairo: Mujeres y Alfabetización | Ana Maria Quiroz, Lößl | |||
1995 | Visitas de estudio en la China | Hutterer, Oels, Ufer | |||
1996 | Darwin: Asamblea general declaración | Maria Khan, Om Shrivasthava, Schindele | |||
1997 | Aprendizaje a lo largo de toda la Vida | Bélanger, Süssmuth | |||
1999 | Chiangmai: Aprender para hacer una diferencia | Usa Duongsaa, Maria Khan | |||
2000 | Dakar: Educazión para Todos | EPT: exepto para Adultos | |||
2001 | Ocho Rios: Democracía y Participación | Hans Pollinger | |||
2002 | Oficina en Tashkent para la Asía central | Uwe Gartenschlaeger | |||
2003 | 25 años de Cooperacíon con la DVV – celebración en la China | All |
Con cada nueva generación de colegas que se incorporaban activamente a la ASPBAE y su entorno surgía nuevamente la pregunta: ¿Por qué hace la DVV este trabajo internacional? ¿De dónde saca dinero para ello? Y entonces empezaban las explicaciones: La DVV no es una agencia donante sino una asociación matriz para la educación de adultos que se realiza a nivel local en Alemania, y tiene la finalidad de prestar servicios a sus miembros. Esto incluía siempre una clara visión de sus límites, primero dentro de Europa, después en los países industrializados y en vías de desarrollo de otros continentes. Esto es lo que había perseguido la DVV como objetivo, de manera que se pudo llegar a establecer una red bien estructurada de contrapartes y proyectos internacionales, red de la que se presenta un esquema inicial en el siguiente diagrama (3).
Diagrama 3: La estructura del IIZ/DVV
Fueron estas prestaciones de servicios que ofrecemos en Alemania, especializadas y asociadas, las que llevaron al Ministerio para la Cooperación y el Desarrollo a preguntarnos si no podríamos incorporar nuestro know-how, por supuesto con las adaptaciones correspondientes, a la cooperación internacional para el desarrollo. Ya que a fin de cuentas las experiencias y conocimientos en cuestiones de políticas educativas y legislación, de formación básica y alfabetización, de formación profesional y búsqueda de mejores ingresos, de trabajo comunitario y auto ayuda, de organización y gestión, están ampliamente presentes en las universidades populares y en la DVV, y podrían ser útiles a la cooperación para el desarrollo. De la misma manera el Gobierno Federal de entonces les preguntó también a otras asociaciones especializadas en los campos de la política social, del trabajo con jóvenes, del cooperativismo, del trabajo social y de la tecnología apropiada, de qué manera podrían ampliar y complementar la ayuda estatal al desarrollo. Para ello se creó un título propio en el Presupuesto Federal, y entre tanto las organizaciones se han reunido en un consorcio propio, el Grupo de Trabajo para la Promoción de Estructuras Sociales (Arbeitsgemeinschaft Sozialstruktur – AGS) con el fin de hacer intercambios en el plano técnico y de realizar un trabajo conjunto de cabildeo.
En tal sentido el intento de juntar la educación profesional de adultos y la solidaridad orientada al desarrollo siempre ha sido en la DVV una empresa arriesgada, sobre todo desde que existe un instituto propio para la cooperación internacional, el IIZ/DVV, resultado de la constante ampliación de proyectos y contrapartes, de finanzas y personal. Esta discusión se volvió a avivar a finales de la década de los ochenta, cuando surgió el problema de los llamados países en transformación, ya fueran aquellos estados del Norte que se desprendían de la antigua Unión Soviética y del Pacto de Varsovia, o también los países en vías de desarrollo que hasta entonces eran socialistas y que tenían que incorporarse a un nuevo orden económico mundial globalizado. También en la cooperación con las contrapartes dedicadas a la educación de adultos en esos países había que encontrar nuevas formas y contenidos que pudieran reunir profesionalidad y solidaridad.
Otra veta de discusión, que igualmente se volvía a presentar cada vez, y con el que regularmente me topé en mi colaboración con la ASPBAE, era la cuestión de los intereses que se escondían detrás de ideas y conceptos aparentemente bien intencionados. ¿No será también la DVV parte de un sistema que en su conjunto no tiene como objetivo la eliminación de la pobreza, la explotación y la opresión? ¿Se deja enganchar para otros propósitos, o viene a ser algo así como una hoja de higuera?
Entonces se ponía a la cooperación misma en tela de juicio. Las discusiones entre nosotros se desarrollaban apasionadamente, probablemente también por el hecho de que en nuestros respectivos países también estábamos metidos en discusiones similares. Hoy me resulta algo más fácil comprender las angustias que de diferentes maneras se escondían detrás de todo ello, a menudo en términos más bien pragmáticos, pero a veces también con preocupaciones de fondo, como se puede ver p.ej. en la siguiente caricatura (4).
A menudo entraban también en el debate cuestiones relativas al carácter de la asociación. ¿Qué es lo que la constituye, qué la fortalece o la debilita? ¿Qué hay entre la ASPBAE y el IIZ/DVV que sea diferente a lo que hay entre otros socios? Por supuesto no siempre hemos encontrado respuestas. Pero con mucha frecuencia surgieron palabras o descripciones que tienen que ver con la confianza y el respeto mutuo. Confianza en el sentido de que podemos contar unos con otros. Respeto no como temor, sino más bien como reconocimiento de los servicios concretos que el otro está dispuesto a aportar a la cooperación.
También es interesante el hecho de que el monto financiero de la cooperación siempre se ha mantenido relativamente modesto si se lo compara con las gigantescas necesidades existentes en cada país de la región, pero también si se lo compara con los volúmenes que se podría aportar para proyectos de la cooperación. Con cuánta frecuencia – colegas de la ASPBAE y del IIZ/DVV – nos hemos dado por contentos con el concepto de seed money, e incluso nos hemos sentido orgullosos de lo mucho que se puede hacer con tan poco dinero, siempre y cuando éste esté disponible de manera regular, confiable y durante un espacio de tiempo relativamente largo. Y así ha sido realmente, como lo puede ilustrar el siguiente diagrama (5).
Diagrama 5:
Con seguridad la parte que le ha tocado a Asia en el presupuesto del IIZ/DVV ha sido desproporcionadamente bajo, pero por otra parte el presupuesto de la ASPBAE, dentro de los recursos destinados a Asia, ha sido desproporcionadamente alto. En todo caso las cosas parecen ser así si establecemos una relación entre el trabajo regional y nacional que realiza el IIZ/DVV en los demás continentes.
Otro concepto que venía a caracterizar el apoyo financiero era el del aceite para la maquinaria pesada (oil for heavy machineries). No es que en los estados asiáticos y del Pacífico no exista dinero para la educación de adultos; hoy con seguridad más que ayer. Ya en la década de los setenta había incluso grandes proyectos del Banco Mundial para educación de adultos en Indonesia y Tailandia; y cabe suponer que en el marco de la Educación para Todos se añadirán otros. Pero también ahí fue creativa la ASPBAE, creó un programa binacional e invirtió sus modestos recursos allá donde eficazmente podían generar movimiento en los engranajes de las instancias burocráticas y donde las pérdidas por rozamiento constituyen una amenaza. Con esto se debe decir también que el trabajo regional e internacional no tiene fácil ni automáticamente más valor que el que se lleva a cabo en las bases locales o en el conjunto del propio país. Ahí quienes trabajan en desarrollo tienen mucho en común; todos tienen como patrón a Sísifo (6). A fin de cuentas el desarrollo, que apunta a una concentración cada vez más fuerte y más regional de los objetivos y programas, es expresión de los planteamientos y decisiones estratégicas de la ASPBAE, consistentes en seguir elevando lo más posible el plusvalor del uso de recursos mediante enfoques regionales. Sin duda constituyó una buena señal de colaboración el hecho de que en estos procesos se llevó activamente adelante el diálogo entre la ASPBAE y el IIZ/DVV, no sólo a lo largo de la evolución desde las queridas viejas cartas postales hasta la nueva comunicación por email, sino también, y mucho más, a través de las continuas consultas realizadas en la región asiática, y por parte de colegas de la ASPBAE en las universidades populares y en la DVV.
Caricatura 6:
Fuente: Jan Tomaschoff, en: SZ 31.10./1./2.11.1997
También deberemos hacer un seguimiento conjunto de los cambios que se van produciendo en las asignaciones financieras para proyectos en el marco de los servicios de ayuda para el desarrollo. Percibimos un achicamiento de los volúmenes, un acortamiento de los plazos, una focalización temática más fuerte y una reacción cada vez más flexible ante procesos de emergencia. La cooperación entre la ASPBAE y el IIZ/DDV también ha podido reunir en ese sentido experiencias recientes en los campos de la lucha contra la pobreza, de las campañas contra el terrorismo y del diálogo intercultural europeo-islámico. Para ello sólo se ha empleado recursos especiales adicionales, pero que no dejan de ser significativos si se los compara con el volumen global. Pero también es posible que surjan formas completamente nuevas de cooperación: ¿no sería posible la presentación de propuestas y solicitudes comunes ante la Unión Europea, los bancos de desarrollo o las fundaciones? Tendremos que examinar y discutir todo esto conjuntamente.
Queda mucho por hacer. Ya en 1997 nos preguntábamos en la Confintea V en Hamburgo: Si la educación de adultos es tan importante y presenta tantas potencialidades ¿por qué no encuentra un apoyo mayor de parte de los gobiernos y las organizaciones internacionales?. Y pronto tendremos una nueva ocasión, en la Confintea V+6 en Bangkok, de hacer apreciaciones realistas para ver si la situación ha cambiado. Y con seguridad volverá a estar sobre el tapete la pregunta planteada por la Secretaria General de la ASPBAE María Khan: «¿Será que la Educación para Todos exceptúa a los adultos?» («Does EFA stand for – Except for Adults?»); en su lugar ella propuso la EFAA = Education for All Adults (Educación para Todos los Adultos). Va a haber que reflexionar sobre cómo se puede lograr un cambio de pensamiento. Lo que en todo caso queda claro a partir de todo lo dicho hasta aquí es que por el momento no estamos pensando en ponerle fin a esta maravillosa relación. Por el contrario queremos aprovechar las nuevas oportunidades en interés de la causa, de las personas, de las instituciones y de la cooperación. En tal sentido esta conferencia constituye un hito que apunta a nuevas metas. A todas las personas que la han preparado y que han apoyado su ejecución, y sobre todo a los anfitriones chinos, ¡gracias de todo corazón!